‘España fea’
El libro de Andrés Rubio España fea impactó en el 2022 (distinguido con el premio FAD de pensamiento y crítica 2023) y ha sido reeditado con 275 fotografías que ilustran desgarros urbanísticos, aquí denunciados: España fea. El caos urbano, el mayor fracaso de la democracia (Debate, 2024). Charlamos a la sombra del hotel Vela (Barcelona) y Andrés se enfada con los políticos conservadores catalanes: “No han conservado la belleza de la Costa Brava”. Menciona a Chirac: “Supo frenar el afeamiento de Francia”. Execra a los desalmados que unen “progreso” a destrucción del paisaje, especulación caótica, corrupción política e incultura. Reclama una educación de la mirada contra la violación de la belleza. Nos lo cuenta este sábado en el Festival Literario de Morella (Castellón).
¿España es fea?
Sí.
Hombre...
Culpa nuestra: hemos decidido afear este país hermoso.
¿Quién afea España?
Constructores urbanísticos con beneplácito de políticos.
¿Lo peor de España hoy es...?
Vea la infame construcción especulativa que destroza el fabuloso paisaje costero de la cala Sa Riera de Begur.
Vergüenza caiga sobre nosotros.
Es El Algarrobico catalán.
¿Qué es El Algarrobico?
El monstruoso hotel de 21 plantas y 411 habitaciones en la playa de Carboneras, en el parque natural Cabo de Gata-Níjar.
¡Brutal mamotreto!
Construido ilegalmente con pasividad de los políticos. La justicia lo paralizó en el 2005, pero sigue sin ser derruido.
¿Cómo pueden pasar estas cosas?
El caos urbanístico es el mayor fracaso de la transición política en España, ¡un grave atentado al bien común!
¿Debido a la codicia?
A la miseria moral y cultural. Codicia y negligencia y visión corta, dolorosa ausencia de sensibilidad ante el paisaje.
¿Estamos rectificando?
No. Lo feo no decae: la fealdad se hipertrofia en España.
¿De quién es culpa?
De legisladores y políticos, de promotores y constructores, urbanistas, arquitectos y periodistas acríticos: ¡de todos!
Su primer trato con la fealdad fue en...
Estudié en un convento románico del siglo XII, en León, monumento nacional: a su lado vi salir un edificio anaranjado.
Somos lo peor.
Los españoles nos arrimamos a la fealdad.
¿Todo eso arrancó con el franquismo?
Es un modelo economicista que antepone la ganancia contable a la decor urbis.
¿Decor urbis?
Decoro urbano. Concepto romano: decoro, de recordatio , monumento para traer una ciudad al cor-cordis (corazón).
¿Podemos inspirarnos en otros países?
El Támesis fue un espanto hasta que los ingleses le brindaron tutela pública.
¿Más ejemplos?
En Francia aprendieron a defender no solo el monumento, sino su perímetro y lo que puede verse desde ese monumento.
Aprobemos aquí esas normas...
¡Las tenemos! España cuenta con más de 100.000 normas urbanísticas, y en Alemania bastan 10.000. No necesitamos más leyes, solo priorizar el espacio público.
Hablamos junto al hotel Vela de Bofill...
Yo solo veo un rascacielos rechoncho.
A mí me gusta.
Es vulgar, no es ligero, pero quizá un día hasta le tomaremos cariño.
De su catálogo de fealdades, diga más...
El barcelonés se queja de Barcelona, pero ¿no habéis visto Madrid? ¡Uf! Vea el espantoso Centro Canalejas, complejo comercial y hotelero muy irrespetuoso.
Otra fealdad.
Arrancaron en Donostia las barandillas del paseo de la playa de la Concha: San Sebastián está siendo destruida...
Otra fealdad.
En Ourense, sarcásticamente llamado Novayorciño, está O Carballinho: varios aterradores rascacielos, ¡feísmo galaico!
Quizá hecho con buena fe?
Hecho con nulo amor al país.
Dígame algo de nuestras impactantes rotondas españolas.
Esculturas sin arte, ajenas al decor urbis, provocan sonrojo y vergüenza ajena... España es Nación Rotonda.
O Rotoñandia, también.
Y si vemos la casa de nuestros Reyes...
¿Qué le pasa?
Casona de ecos neofolkloristas castellano-manchegos, denota falta de aprecio en España por la arquitectura: ni se convocó un triste concurso público...
Veo en su libro también el hotel Meliá de Alicante...
Alzado entre 1964 y 1973 en un terreno ganado al mar, es un muro cortabrisas entre el puerto y la playa del Postiguet: debiera haberse derribado con la democracia.
¿Nos vamos a Eivissa?
Rosario de excesos. Y en Cantabria, la Eivissa del norte. Casos de cullerización, por el desparrame litoral de Cullera.
Póngame algunos contraejemplos a tanta fealdad.
Las islas de Lanzarote y de La Graciosa, santuario natural, gracias al arquitecto César Manrique, que se plantó ante la especulación del decepcionante felipismo.
Deme tres bellezas... y despidámonos contentos, Andrés.
La Pontevedra peatonal. Y el corazón urbano de Santiago de Compostela. Ah, y el corazón de Girona, ¡ciudad flipante!