La suerte que hemos tenido
Wolf es buen conocedor de nuestra historia económica, pero reconoce con humildad que ha tenido una educación de élite gracias a la suerte de haber vivido el mejor periodo –y nosotros con él– de la historia de Europa en países razonablemente democráticos con economías razonablemente prósperas y sanidad, educación, pensiones y oportunidades. Y sin grandes guerras ni conflictos. “Cuando los historiadores del futuro analicen este periodo, lo considerarán –concluye– una de las épocas doradas de la humanidad; y en Europa más”. Tal vez hayamos tenido algún mérito en estos últimos 80 años de próspera globalización y libre mercado; pero, como apunta, “un sudanés no ha tenido nuestra buena suerte”. Y advierte, al irse, que en toda su vida nadie había vuelto a imponer tarifas como Trump y aún no sabemos cómo nos afectarán.
¿Por qué EE.UU. ha dejado de ser nuestro mejor aliado?
Veamos la historia: EE.UU. nació como un país con enormes recursos naturales pero despoblado. Una inmigración colosal le hizo crecer hasta convertirlo a finales del siglo XIX en una potencia tecnológica, que en 1910 ya era la superpotencia mundial...
...Que decidió las dos guerras mundiales.
Sí, pero no olvide que EE.UU. consiguió esa supremacía gracias a un periodo proteccionista como lo eran Lincoln y Hamilton. Al imponer aranceles a las importaciones, protegían su industria incipiente.
¿Y Trump regresa ahora a esa tradición?
Trump sigue esa línea de que EE.UU. debe ser autosuficiente: importar lo mínimo y producir todo lo que necesita por sí mismo.
¿Por qué EE.UU. se hizo globalizador?
Porque llegó la Gran Depresión del 29 justo después de un periodo de proteccionismo con enormes aranceles, a los que se culpó del desastre. Roosevelt sacó a EE.UU. de la depresión haciendo justo lo contrario: quitando aranceles y barreras aduaneras.
¿Y desde 1930 no ha sido esa globalización del comercio la clave del progreso?
Por eso, tras la II Guerra Mundial, se institucionalizó el libre comercio con el GATT (Acuerdo General en Tarifas y Comercio). Y Washington lo convirtió en eje de la recuperación de Europa. Y globalizó la economía.
Y millones de humanos salieron del hambre: ¿seguirá funcionando?
Japón y Alemania despegaron con esa globalización, y así EE.UU. siguió impulsándola al favorecer el mercado común europeo y el Tratado de Libre Comercio Asiático con el que Corea también dio el salto.
¿Y así China también despertó con él?
Poco antes ya hubo una reacción del Partido Demócrata y sus bases obreras industriales al ver que la nueva competencia asiática les destruía empleos y salarios, pero no duró. Y en los 80 y 90 se siguió creyendo que EE.UU. era tan grande que podía permitirse competir con el mundo sin barreras aduaneras.
¿Hasta hoy?
Hasta hoy en que vivimos una revolución en cómo los EE.UU. se conciben a sí mismos. Millones de estadounidenses creen que ese libre comercio mundial les causa perjuicio. Y ese cambio de opinión modifica de forma radical la derecha estadounidense estos años.
¿Se vuelve nacionalista proteccionista?
Como en EE.UU solo hay dos partidos, las grandes coaliciones, con sus contradicciones, se forman dentro de cada partido. Y en el republicano, los globalistas liberales de libre mercado perdieron unas elecciones con Romney. Así que los nacionalistas proteccionistas ganaron la batalla después y dieron el poder a un Trump autoritario y reaccionario.
¿Es un regreso a la derecha del pasado?
Es una vuelta al siglo XIX, porque es una revolución nacionalista que exige barreras para productos extranjeros. Pero hay contradicciones en el partido, por eso Elon Musk, que necesita vender en todo el planeta, se enfrenta a los proteccionistas aislacionistas.
¿Qué ha hecho cambiar a EE.UU.?
El miedo al poder creciente de China.
¿Cuál es su consejo hoy para un inversor?
Depende del poder que tenga su industria o inversión en influir en Washington: si tiene poder sobre la derecha de Trump, como Apple o las big tech, evitará lo peor y acabará reconduciéndolo. También lo tiene la automoción, incluso algunas europeas como Mercedes. Los demás, sin ese poder, sufrirán.
¿Y a los políticos, qué les aconseja?
Realismo y paciencia. En especial a los europeos: EE.UU. ya no es el mejor socio de la UE, pero aún es el menos malo.
¿Por eso hoy compramos más armas?
Las compramos porque no debes hacer nada que haga que EE.UU. te considere un rival. Y lo realista es aceptar que aún dependemos de ellos para nuestra seguridad. Y que tenemos que comprarles armas: sí.
¿No podríamos independizarnos?
Tal vez a largo plazo podríamos lograr autonomía europea en defensa, pero con un coste enorme a corto. Porque no tenemos alternativa geopolítica: ¿con quién pactamos, con la dictadura china aliada con Moscú en Ucrania y competidora de Alemania?
¿Qué hacer entonces?
Disentir de Trump, pero sin cortar con EE.UU. Y mantener un ojo esperanzado en el ascenso de India y su democracia.
¿Trump no ha obedecido a Wall Street?
Es una línea roja. Si el proteccionismo hunde empresas y causa inflación y pierde las elecciones de medio mandato, él perdería poder y muchos trumpistas hoy con cargo que han infringido la ley podrían acabar en la cárcel. De ahí que tengan mucho cuidado con los mercados y, en especial, con la inflación.
¿Qué hará para no dañar la economía?
Creo que pronto desviará la atención de los aranceles y los impuestos, que dejará de agitar, hacia la inmigración, porque sus bases obreras son antiinmigrantes.