Fernando Giráldez,biomédico, publica ‘Un neurocientífico en el Museo del Prado’:

“El gran artista pinta con el cerebro y no con las manos”

¿Edad? Tengo la suerte de vivir la edad de oro de la biomedicina e investigar y enseñarla como catedrático en la UPF. Antes llevaba a mis hijos al museo; ahora llevo a los nietos. Un gran cuadro dice tanto del artista como de su cerebro y el del espectador. Velázquez llega al fondo del alma desde fuera; Goya, desde dentro. (Foto: Ana Jiménez)

¿Qué ve el cerebro cuando ve un cuadro?

A cinco metros de un Sorolla, ves velas; el mar, el cielo con la magia de la luz mediterránea... A un palmo, manchas y borrones.

¿Es eso la pintura?

De cerca no entiendes nada, pero si te alejas un poco...

¿Es un milagro?

Y neurociencia. El neurocientífico se pregunta por qué sucede el milagro. Y el historiador explica que ese milagro no ocurre en Europa hasta el Renacimiento, cuando la gente empieza a querer ver en el arte las cosas como en la realidad.

¿Cómo lo consigue el artista?

Debe representar las tres dimensiones de lo real en una tela plana, así que ha de desentrañar y aplicar una ingeniería inversa del lienzo al cerebro con perspectiva, sombras, interposiciones...

¿Cómo pasa del borrón a la imagen?

Da Vinci empieza con el sfumato. Di­fu­mina los contornos de una figura para darle profundidad y lejanía, y después
los venecianos acaban ya por eliminar
el dibujo y los contornos por completo.

¿Al difuminar los contornos de las figuras les infundían vida?

Así habían descubierto que nuestra retina es heterogénea. Una parte, la fóvea, ve con alta resolución y el resto, con baja. Cuando miramos el mundo en panorá­mica lo vemos en baja resolución y cuando fijamos la vista en un objeto lo vemos en alta.

¿Leonardo aprendió a engañar al ojo?

Y hoy vamos desentrañando otros trucos de los pintores desde el Renacimiento para imitar la realidad. Siglos después, las manchas de Tiziano, Velázquez, Goya, se sirven de la retina periférica para describir su realidad.

De Goya decían que no sabía dibujar.

También se lo decían a Tiziano. El dibujo se sirve de la fóvea y lo procesamos de otra forma. En cambio, si vas a ver de cerca El dos de mayo , descubrirás que está completamente desenfocado.

El papa Inocencio exclama al ver su retrato de Velázquez: “Troppo verità!”.

En ese retrato y en otros Velázquez llega al fondo del alma desde fuera con maestría inigualable; Goya llega desde dentro.

Con manchas y borrones.

Para simular lo real. Hasta el siglo XIX la pintura debe representar de forma veraz el mundo según la percepción humana.

¿Hasta que llegó la fotografía?

Que permite la reproducción sin trucos y libra al arte de la servidumbre de imitar la realidad. El romanticismo desarrolla neurotrucos contraintuitivos y el impresionismo aún mantiene cierto nexo con la realidad, pero exagera las técnicas.

¿Y la abstracción es ya solo para elites?

Ese es su problema: que no representa ya nada. Es pura subjetividad con personalísimos e interesantes enfoques intelectualmente, pero pierde conexión con el observador. La pintura naturalista te descubre otro modo de ver la misma realidad; la abstracta te hace ver lo que quieras.

¿La abstracción tiene otros trucos?

Los mecanismos de categorización cerebral son los mismos, pero con exploraciones mucho más refinadas.

¿Y mucho más elitistas?

Se pierde el favor del pueblo, porque en los antiguos talleres se picaba mucha piedra para llegar al gran público. No eran creadores que dejaban Bellas Artes y se iban a su casa a inventar cosas.

¿Otros trucos de los talleres?

Vermeer y los flamencos usaban la óptica, a veces sofisticada, para engañar al ojo y al cerebro en pro del realismo. Tiziano, Rubens, Velázquez, Sorolla… son muy diferentes, pero apelan a las mismas áreas del cerebro. Y no digamos hoy los neorrealistas como Antonio López…

¿Es más realista aún que la fotografía?

Se puede lograr con el truco de las claves monoculares que se observa, por ejemplo, en El lavatorio de Tintoretto. Es un cuadro rectangular en el que Jesús lava los pies a los apóstoles con perspectivas logradas con la proyección de tamaños y la creación del espacio.

¿Usaban además óptica avanzada?

Basta con taparse un ojo para observar los modelos y privarles de profundidad. Los naturalistas pintan tapándose un ojo.

¿Para verlo todo plano?

Así evitan la binocularidad. Y es que vemos en tres dimensiones porque tenemos dos ojos, así que había que taparse uno para remitirse al plano del cuadro.

¿Cómo conseguían ilusión de profundidad, de lejanía, de proximidad...?

Para las proyecciones echaron mano de la geometría euclidiana. Tenían hasta máquinas de proyectar. Durero proyectaba con ellas el mundo sobre la retina.

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