Nassim Haramein,físico teórico, adalid de la teoría del campo unificado:

“Tú eres un fractal del universo mientras estás lavando los platos”

Tengo 62 años. Nací en Ginebra (Suiza) y vivo en Chamonix (Francia). Soy físico teórico. Tengo dos hijos, Osiris (19) y Surama (15), nombres egipcio y védico. ¿Política? Un mundo diverso y unido, sin fronteras. ¿Creencias? No. Medito cada día. Soy esquiador, escalador, submarinista y surfista. (Foto: Joan Mateu Parra / Shooting)

Será usted Nobel de Física, dicen.

Ja, ja, ja.

Predijo el radio del protón.

Había una discrepancia ¡del 4%! entre el cálculo estándar y el mío. En enero del 2013, el acelerador de partículas de Zurich confirmó el mío.

¡Enhorabuena!

Mis colegas físicos me tomaron en serio.

¿Antes le ningunearon?

Yo había sido un outsider autodidacta: no pisé la universidad.

¿Y por qué no?

Mi padre, psicólogo infantil discípulo de Piaget y autoridad en la Universidad de Ginebra, fue encorsetado por la institución y no pudo desplegar sus proyectos...

¿Eso influyó en usted?

Decidí estudiar por mi cuenta, eso es.

¿Estudiar... qué?

¡Física!

¿Y por qué física?

Quise entender la naturaleza, todo lo que me rodeaba, me apasioné por comprender el funcionamiento del universo.

Ambiciosa vocación: ¿de dónde nace?

De una vivencia a mis ocho añitos.

¿Qué pasó, Nassim?

Un día en clase me aburría. Miré por la ventana. Vi un árbol, un roble grande. Lo contemplé. Y sentí ¡que no había vacío entre el roble y yo! Estábamos entrelazados.

No ha olvidado aquello, veo.

Dejé las aulas con 16 años. Fui esquiador profesional. Y me focalicé: ¡estudiaría física! Estudiaba quince horas al día. A solas en una furgoneta. Por el desierto de California... Por las montañas de Canadá...

¿Aislado?

Sí, y apliqué al estudio la misma disciplina férrea aprendida de mis entrenos. Estudiaba y escalaba. Estudiaba y buceaba. Estudiaba y esquiaba, estudiaba, estudiaba...

¿Formuló más ecuaciones?

Sencillas, elegantes, explican lo que Einstein se propuso explicar y no logró.

¿A qué se refiere?

A compaginar las fuerzas gravitatoria (cósmica) y nuclear (subatómica), a entender cómo funciona el universo entero.

Lo que había soñado de niño.

Lo he logrado con la teoría del campo unificado: en breve será ciencia estándar, será la teoría comúnmente aceptada.

¿La entenderé yo?

Atienda: el universo es hológrafo y es fractal, cada punto contiene el todo, cada partícula subatómica está entrelazada con todas y tan elevada complejidad implica autoaprendizaje y conciencia cósmica.

El roble y el niño que lo mira.

Estudié la masa de un solo protón y así... extrapolé la masa del universo. Comprendí: el núcleo de cada protón es un agujero negro. ¡He despejado la conjetura de la energía y materia oscuras! Eran un invento para hacer cuadrar lo que no cuadraba.

¿Qué diría Einstein si le oyese?

Diría: “¡Ostras, claro!”. ¡Le alegraría! Él buscó esa fórmula unificadora de todas las fuerzas del universo, que aparentaban contradecirse: la paradoja Einstein-Podolsky-Rosen (1935) planteaba unificar la relatividad con la mecánica cuántica.

¡Y usted lo ha hecho! Me impresiona.

Vea una taza de café con el líquido rotando. Eche una gota de leche y tomará forma de galaxia. Esta imagen ilustra el funcionamiento del cosmos sin vacíos...

¿Y yo? ¿Cuántas célula me conforman?

Llamas “yo” a un conjunto de 37 billones de células... que se regeneran en millones por segundo. Y cada una sabe dónde y para qué. ¡Y cada célula implica en ella a cien billones de átomos!

Uf... Entonces, ¿qué hay en común entre el embrión que fui y lo que soy yo hoy?

¡La información! Unas ondas de información cuántica.

¿Información previa a mi concepción?

Sí, está memorizada en el universo. Toda energía se conserva, nada se destruye.

Moriré... ¿y seguirá estando, entonces?

El universo conserva memoria de todo. Y una información que se encarnó como persona está memorizada en la estructura del espacio-tiempo, de modo que es concebible que pueda volver a encarnarse.

A esas ondas de información... ¿puedo llamarlas conciencia cósmica?

Sí. Tu cerebro permite un modo local de conciencia... que tú puedes sintonizar con la conciencia universal. Somos antenas.

¿Cómo sintoniza usted?

Contemplo la naturaleza y practico la autoexploración mediante el aislamiento, la emoción y la meditación.

Siendo yo antena, ¿recibo o emito?

Emites y recibes. Todo lo que haces, piensas y sientes fluye en el conjunto del universo así como todo el universo fluye en ti.

¿Y hacia dónde vamos, Nassim?

¡A ser responsables y conscientes del prodigio! Tú mismo eres un fractal del universo mientras estás lavando los platos.

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