‘Flashing lights’
Juan Avellaneda conoce bien el mundo de la moda desde dentro y me lo describe como una jungla con jirafas y gacelas, hienas, leones y cebras –“el animal más fashion ”–: él se ve como guepardo estilizado y relajado que observa. Cuenta lo que sabe en Flashing lights (Lunwerg), novela muy visual: “La escribí mirando fotos de personas que inspiran mis personajes, perfumaba la estancia, cerraba los ojos... y afloraban imágenes y escenas”. La protagonizan Olympia (top model de buena familia) y un diseñador, Jon Hurritza: ambos tienen aspectos de Avellaneda. Me señala que a las top model antes estelares hoy las sustituyen influencers de moda en redes, como lo es él mismo (@avellaneda_eu, @avellaneda_official). Ahora sueña con Corea del Sur, foco de creatividad.
!Dieciocho millones de visitas!
Tengo 800.000 seguidores en TikTok e Instagram...
¿Qué les cuenta?
Comento el vestuario de figuras públicas que ves en revistas y televisión, analizo tendencias en la moda, asisto a pasarelas, estudio desfiles, colecciones...
¿Tanto le gusta la moda?
La moda ¡es todo! Es mi pasión, da sentido a mi vida.
¿Desde cuándo?
Me recuerdo de niño hojeando revistas y dibujando vestidos. En la biblioteca.
¿Qué biblioteca?
La de mis padres: se dedicaban a la edición, a la prensa. Mi lugar favorito es... ¡una biblioteca! Y un vestidor.
¿Los tiene?
Sí, aunque aspiro al dormitorio en una biblioteca, como el que se ha hecho mi admirado interiorista Luis Bustamente.
¿Qué diseñador le inspiró más?
En una revista vi la foto de Helmut Newron de una modelo vestida a lo masculino por Yves Saint Laurent, en una estrecha calle del París nocturno, luz de farolas...
¿Qué sintió?
¡Que yo quería pertenecer a ese universo!
¿Cuál fue su primer diseño?
El traje de mi primera comunión.
¡No!
Me empeñé en hacérmelo yo: raya diplomática doble, gris palomo, pantalón mismo tono, corbata, zapato Oxford negro.
¿Qué pasó luego?
Estudié ingeniería por deseo familiar y fui director de comunicación en un banco...
No era lo suyo.
Apliqué ideas de la moda, aprendí... pero... los domingo por la tarde... yo lloraba.
Señal inequívoca: ¡su vida no iba bien!
En un viaje de trabajo... me desmayé. Recobré la conciencia en un hospital. Padecí un cáncer de testículos...
Señales...
Sí. Debía tomar las riendas de mi vida. Lo dejé todo y me arriesgué: ofrecí ideas de moda a Lluís Sans, de Santa Eulalia. ¡Me ayudó muchísimo! Colaboro con ellos...
¿Ha diseñado colecciones?
De mujer y de hombre. Y viajo y veo todas las colecciones y pasarelas, empezando por la Semana de la Moda de París.
Defina su estilo.
Tomo la tradición para traerla, con respeto, al presente. ¡Cómo disfruto!
Los más grandes diseñadores son...
Yves Saint Laurent: osó vestir a la mujer de otro modo; y Tom Ford: desde los 90 redefinió la industria de la moda, atrevido,sexy con sutileza, elegante...
¿Qué es la elegancia, Avellaneda?
La elegancia es ser tú mismo.
¿En qué consiste “ser tú mismo”?
En sentirte cómodo y seguro con lo que vistes. Si te encoges o te sientes disfrazado... no eres tú. El impostor no es elegante.
Es elegante la persona sincera.
El triunfo no es otra cosa que ser fiel a ti mismo: es no necesitar compararte.
Pues las redes nos incitan a compararnos todo el tiempo.
Si en redes algo te inspira, eso puede ayudarte a marcarte objetivos para así encontrarte a ti mismo. Pero siempre con conciencia, o serás un permanente frustrado.
Esa sería la parte tóxica de la moda.
Considero tóxico subrayar lo joven como valor superior, siendo lo cierto que nunca es tarde para ser creativo, elegante.
¿Qué es la belleza?
Todo lo que te reporte paz es bello. La belleza es lo que nos salva el alma.
Se ha dicho que la belleza es superficial.
La belleza es profunda siempre. Se trata de apreciarla.
¿Piropea al prójimo?
“Estás estupenda”, digo, y punto. Jamás: “Se te ve bien, ¿qué te has hecho?”. ¡Estás diciéndole que suele estar mal! Jamás diría “qué guapa, estás más delgada”...
Porque estás diciéndole que suele tener sobrepeso, ¿no?
A mí me dicen “¡qué delgado, qué bien!” y eso me hiere, porque mi delgadez a mí me acompleja, yo querría más volumen...
¿Qué dos objetos lleva usted siempre en su maleta?
Una plancha. Pequeñita, plana. Necesito salir de la habitación recién planchado. Y llevo siempre también perfume de rosas.
¿Por qué de rosas?
Era el de mi abuela ¡y me encantaba! Me da subidón. Perfumes y colores no tienen género: antes el color del varón poderoso era el rosa, y el celeste era el de la mujer.
¿Puedo vestir bien con poco dinero?
El estilo no se compra con dinero.
Voy de compras: ¿compro diez prendas vulgares o una sola de calidad?
Calidad. Durará, la combinarás con otras. Las vulgares te cansarán y las tirarás.
Deme un consejo para vestir bien.
Prueba, diviértete, obedece a tu intuición.