Revolución o evolución
Para algunos tecnólogos, especialmente los ultramillonarios que la preconizan, la inteligencia artificial en todas sus variantes está revolucionando las empresas en su camino ascendente para superar pronto a la humana. Tuomi pertenece al grupo convencido, en cambio, de que se trata simplemente de la evolución de los buscadores en la red y solo parecen inteligentes al asociar palabras e imágenes por probabilidad estadística y no por raciocinio. Su progreso acabará en un callejón sin salida, porque no son sostenibles –requieren cantidades ingentes y crecientes de energía– ni rentables. Ustedes juzgarán si sus resultados justifican el riesgo que asumen quienes invierten en ellos. En cualquier caso, se trata de la mayor apuesta tecnológica de la humanidad en la evolución ¿o revolución? de internet.
¿La inteligencia artificial (IA) es inteligente?
De todos los modos de aprendizaje que conocemos, la IA opera en el más elemental, que es el asociativo y el que todos los animales utilizan para adaptarse al medio.
¿Qué animales? ¿Cómo lo usan?
Las palomas, por ejemplo, reaccionan a estímulos ambientales y los asocian; pero los humanos reaccionamos a su significado, su concepto y todo lo que supone en una estructura de conocimiento. Usamos la inteligencia humana, que es mucho más que esa asociación superficial de meros estímulos.
¿ChatGPT y demás modelos de lenguaje y IA solo asocian palabras?
Si fueras capaz de unir 60.000 millones de cerebros de palomas, según mi cálculo, tendrías un modelo de lenguaje similar a esos modelos. Así que la IA hoy no es inteligente.
¿Por qué lo parece?
Porque es impresionante, pero no inteligente. Fue una sorpresa para todos los que trabajamos en ciencias computacionales que los modelos de lenguaje de repente empezaran a ser capaces de trabajar con palabras.
¿Por qué aprendieron?
Fue una sorpresa para todos y es espectacular cómo esos sistemas pueden simular que piensan cuando solo asocian palabras.
¿Sin entender lo que significan?
Cuando internet se popularizó, de repente esos sistemas tuvieron acceso a billones de palabras e imágenes y fueron capaces de distinguir unas de otras; pero no es que la máquina pensara, sino que solo las asoció de forma superficial sin entenderlas.
¿Pero cómo logran que esas asociaciones que nos brindan tengan sentido?
Lo único que hacen es aplicar la estadística a las palabras de la red y asociarlas por probabilidad sin realmente entender lo que dicen.
¿Cómo?
La inteligencia que hay en los textos es la que en su día le dieron los humanos; pero la IA es capaz, usando cantidades ingentes de datos, ergo de energía, de juntar esas palabras por probabilidad estadística y, cuando le pedimos una búsqueda, regurgitarlos de forma inteligible, aun con errores de bulto.
¿Esos modelos solo repiten como loros?
Recuperan y reasocian todo lo que ya estaba en la red escrito por humanos, de forma que pueden imitarnos cuando escribimos o hablamos o dibujamos, pero es solo imitación.
¿Y no pueden aprender como nosotros?
Lo que pronto descubrieron los creadores de estos lenguajes es que, si ponían cada vez más datos y poder de computación a regurgitar textos e imágenes, los resultados eran cada vez más espectaculares.
¿Hasta qué punto?
Yo trabajé con las primeras versiones de ChatGPT y ya eran espectaculares con mucho menor poder computacional que ahora; pero su modo de lograrlo era el mismo que ahora y el que será siempre: no piensan por sí solos, parafrasean lo que nosotros los humanos hemos pensado. No crean nada.
¿Son buscadores como Google, pero mucho más sofisticados?
Ese sería un modo de explicarlos.
¿Y con más y más datos y más y más poder computacional no llegarán a pensar?
Sería un progreso incremental, pero solo aún más impresionante; no más inteligente. No habrá un salto conceptual ni tecnológico: la IA avanza hacia un callejón sin salida.
¿Por qué sin salida? Hay millones, miles de millones ya invertidos en IA.
Para seguir progresando se necesitarán millones y millones de chips procesadores de IA. Y esa gigantesca capacidad computacional requerirá inmensas cantidades de electricidad para operar...
¿Tenemos red para tanta energía?
Habrá que reforzarla, porque para lograr ese aumento de computación deberán instalar modernas centrales nucleares. Se trata, por tanto, del sistema de generar información más derrochador de la historia.
No es sostenible, pero los mercados solo se preguntan si es rentable.
El cerebro humano apenas gasta 20 W de energía para lograr razonamientos muy superiores a los que logra la IA. Así que los sistemas de IA usan una computación iterativa estúpida. Se basa en acierto-error reiterado trillones de veces hasta lograr dependencias estadísticas, y eso es malgastar energía. Por eso es un callejón sin salida.
Pues se invierten en ella miles de millones, y los mercados especulan con ella.
Cada seis meses deben doblar el poder de computación para mantener el ritmo actual de crecimiento. No es sostenible ni rentable.
¿Y la vía china, que usa menos energía?
Usan los modelos existentes para entrenar los suyos, más pequeños. Solo es eso. Por tanto, tampoco tienen recorrido racional.
¿La IA no es una revolución, entonces?
De momento es más una carrera de egos y de miles de millones que una auténtica revolución tecnológica.