‘Lorca en La Habana’
Antonio Manuel, en una casa –hoy Ateneo– de su pueblo, toca el piano que tocaba María Luisa Natera, la única chica de la que se enamoró Federico. El prodigioso Lorca rebrota en mil obras de arte cada aurora, como Lorca en La Habana, película dirigida por Antonio Manuel y José Antonio Torres. Grabada en escenarios de Cuba, intervienen lorquistas cubanos –Urbano Martínez Carmenate, Ciro Bianchi...– que conocen las huellas del poeta granadino en la isla caribeña, y viceversa. Con una magnífica canción original, Habanera de la máscara, la cinta se presenta mañana en Barcelona (Reial Cercle Artístic, 19 h), el miércoles en Figueres (La Cate, 19 h) y el jueves 16 en Sabadell (sala 1 de Cines Imperial, 20.30 h). “¡Me ha encantado!”, me confiesa Miguel Poveda, que ya ha podido verla.
Lorca estuvo en Cuba.
Poco sabido, por eso lo cuento.
En 'Lorca en La Habana'.
Película documental con el actor Javier Jiménez Noia poniéndose la máscara de Federico García Lorca para contar su sentir en la isla.
¿Cuánto tiempo Lorca vivió en Cuba?
98 días, desde el 7 de marzo de 1930.
¿En qué circunstancias?
Federico regresaba a España tras nueve meses en Nueva York, e hizo escala en La Habana para dar tres charlas una semana.
¿Pasó de siete días a noventa y ocho?
Se enamoró de Cuba. Y se demoró. “Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba”, escribió a su madre. “¡Han sido los días más felices de mi vida!”, dijo al zarpar a España el 12 de junio de 1930.
Ojalá se hubiese quedado allá...
“Hago falta en España”, declaró a sus amigos cubanos, poetas e intelectuales comprometidos, que le inspiraron.
¿Por qué fue tan feliz en Cuba?
Se reencontró con su lengua, comida rica, colores intensos, alegría y música en la calle, templos barrocos...: ¡era su país, Cuba era “la Andalucía mundial”, diría.
¿Se sentía en casa de verdad?
El río Guadalquivir nace en sierra de Cazorla y desemboca en La Habana. Véase como Cádiz y La Habana son un espejo...
Es verdad... ¿Y los cubanos?
Federico trató allí a poetas, intelectuales y artistas que le agasajaban, se sintió príncipe de los poetas. Y, además, los negros fueron espejo para Federico García Lorca.
¿Los negros?
Granada tiene su “barranco de los negros”, de gitanos más oscuros que una “madrugá”, y el Sacromonte gitano y el Albaicín morisco y judío...
Gitanos, moros, judíos, negros...
“Ser de Granada me inclina a la comprensión simpática del perseguido, del gitano, del negro, del judío, del morisco”, dijo él.
¿Cantó Federico a la negritud?
Escribió Son de negros (Iré a Santiago ), poema a ritmo de son. A Lorca, músico, le deslumbró el naciente son cubano: “Salen los negros con sus ritmos que yo descubro típicos del gran pueblo andaluz...”.
¿África está en Cuba y en Andalucía?
El oído de Federico era sensible a los “sonidos negros”, que luego ha estudiado Santiago Auserón: ritmos africanos en el cante jondo, en el flamenco, pues hubo negros en Andalucía desde el medioevo.
En Harlem se los reencontró Lorca...
De ellos dirá, entristecido, que “son negros que no quieren ser negros”. En cambio, se alboroza con los negros de Cuba, que define como “negritos sin drama”.
Sin drama... pero muy pobres.
Y marginados. Lorca elevó una airada queja un día en el encopetado Yacht Club al ver cómo expulsaron a dos mulatos.
Federico siempre con los débiles.
Federico descubre que esos negros, como sus gitanos andaluces, saben transmutar su honda pena en arte. ¡Cantan! ¡Bailan!
¿Y los de Nueva York?
“Carne robada al paraíso”, los describirá: leed El rey de Harlem , sublime poema de Poeta en Nueva York , clamor ante un capitalismo desalmado y devastador.
Y el poeta llega al fin a La Habana...
“Es el amarillo de Cádiz con un grado más, es el rosa de Sevilla tirando a carmín, es el verde de Granada...
...con una leve fosforescencia de pez”. ¿Escribió mucho Lorca en La Habana?
Bebió, comió, fumó, cantó, bailó, vivió... y escribió, escribir es su respiración, cada línea suya está habitada por él: El Público, Así que pasen cinco años , completó Poeta en Nueva Yor k y sus conferencias magistrales, avanzó Yerma , y compuso Son ...
Escribiendo tres meses “entre cañaverales y ruido de maracas”...
“...cornetas chinas y marimbas”, invitado por su amigo cubano José María Chacón, que le pagó las conferencias: de tres pasaron a ser diez, maravillosas. Nueva York y La Habana son la cruz y la cara de la moneda de aquel año suyo de viaje; la cruz es sombra y la cara lleva toda la luz.
¿Hasta qué punto Cuba marcó a Lorca?
El Caribe afroandaluz le desvela amputaciones padecidas en la cultura española y en sí mismo, tesoros que Lorca se impone rescatar y cantar, con alegría.
Su película hace hablar a Lorca...
Con palabras que él dejó dichas en textos, en charlas, en entrevistas, y siempre con palabras a las que hago bailar su baile.
Subráyeme alguna frase lorquiana.
“Mi sitio está con los que no tienen sitio”. El compromiso social de Lorca es incuestionable. Vuelve a España y funda La Barracay apoya la República. Vivir en Cuba alentó la vena social del poeta. “Es usted un joven que escribe versos”, le dirá alguien, a lo que Federico responderá: “Ni ya tan joven ni solo escribo versos”.
