Los nuevos depredadores
El turismo masivo encarece la vivienda y los precios de nuestras ciudades y colapsa nuestras infraestructuras y servicios. Es depredador, porque solo beneficia a unos pocos. De ahí que los residentes, que pagamos impuestos desde hace años para que hoy sean atractivas como destinos turísticos, tengamos derecho a participar también en los beneficios que genera ese éxito. Cómo lograrlo es el desafío para los gestores públicos, pero hoy hay tecnologías para que se haga bien. Lo explica Carlo Ratti desde el laboratorio urbano del MIT, que investiga las urbes modernas y cómo hacerlas justas y habitables. Las nuevas tecnologías sirven para distribuir la riqueza que genera el turismo o para seguir empoderando a una docena de ultrarricos tecnológicos, los nuevos depredadores. La decisión es política y depende de nosotros.
Vi su obra en el MoMA sobre los teléfonos de Nueva York.
Las clases altas, cosmopolitas; y las bajas, inmigrantes, llamaban sobre todo al extranjero; y las clases medias, en cambio, llamaban sobre todo a los EE.UU.
En el dato se resume el nacionalismo.
Los ricos y pobres son menos “nacionales”. Y, en cambio, son los “nacionales” los que votan hoy a Trump. Al final, todas las ciudades pueden ser analizadas por sus datos.
¿Qué hacemos con el turismo masivo?
No se queje, que Barcelona no está mal.
Nos dispara el precio de la vivienda, degrada la restauración, banaliza museos...
Por mucho turismo que reciban aquí, Barcelona es todavía una ciudad de casi dos millones de habitantes. Piense en Venecia, que recibe los mismos turistas que Barcelona, y solo tiene 50.000 habitantes.
¡Poverina Venezia!
He dirigido la Bienal de Venecia, donde he vivido, y he aprendido algunas cosas sobre el turismo masivo que tal vez les sirvan a ustedes en Barcelona, porque compruebo que van en la buena dirección...
¡Avanti Carlo!
Para empezar, hay que cobrar la entrada al turista. Y cuantos más turistas haya
–eso es, más demanda– más alta debe ser.
¿Y si nosotros pagamos impuestos para tener la ciudad cuidada, ellos también?
Es la manera de poder compensar después con esa recaudación –hacerlo bien es otro capítulo– la carga que supone el turismo masivo para los vecinos, los servicios y las infraestructuras de la ciudad.
¿Que a los barceloneses nos bonifiquen tasa de basuras, IBI, parkings...?
Por ahí iba yo... Pero hay que ser justos y los vecinos con menos renta en los barrios que sufren más el turismo masivo deben ser también los más beneficiados.
Es difícil discernir con justicia.
Se trataría de beneficiar a los vecinos de siempre y, entre ellos a los más necesitados de esa ayuda, en los barrios que han sufrido la subida de alquileres y precios a causa de ese turismo.
Justo y necesario.
Pero hay otra línea de gestión que hemos apuntado en Venecia. y es que igual que el turismo masivo sin límites de tour pasajero degrada la ciudad, la llegada de talento foráneo la enriquece.
Gaudí llegó de Reus y otros emprendedores de todo el mundo nos mejoraron.
No habría Museo Guggenheim en Venecia si Peggy Guggenheim no se hubiera hecho veneciana... tras ser mera turista.
Pero Peggy no llegó y se fue en un tour.
A eso nos referimos: deberíamos arbitrar mecanismos para penalizar el alquiler turístico por días y facilitar que se convierta en largas estancias y que las ciudades se abran al talento; al intercambio de ideas e iniciativas... de todo el planeta.
Pues venga a Barcelona cuando quiera.
He estado más de seis meses aquí y le aseguro que han cambiado mi vida y, desde luego, mi relación con la ciudad. La tengo en mi mapa mental para siempre. Y ahora mismo me siento en mi casa.
¿Cómo convertir una escapada de fin de semana en una relación de por vida?
Desde luego haciendo que quedarse más tiempo en la ciudad sea menos caro que pasar un par de días. No digo que eso lo solucione todo, pero sí que es la dirección en la que podemos progresar.
Es buena idea, pero ¿cómo aplicarla?
En eso trabajamos en el MIT. Hoy hay tecnología, si hay voluntad política para aplicarla, que haría posible que se redistribuyera la riqueza que genera el turismo para que los vecinos no lo vean como una invasión que los empobrece y sí como una inversión que nos enriquece a todos.
¿El turismo masivo es predatorio?
Ese de corre, ven, usa la ciudad y vete lo es. Por eso hay que tasarlo para que no se dispare y convierta la ciudad donde vivimos en un parque temático en el que pasar un par de días y largarte. Hoy hay tecnología para lograrlo. Pero eso no debe cerrar la ciudad al visitante, sino abrirla a quien de verdad quiere conocerla.
¿Seleccionar el tipo de turismo?
Mi amigo Giuliano da Empoli...
¡Salió en La Contra el martes pasado!
...Explica muy bien en La hora de los depredadores que la tecnología puede concentrar el poder y la riqueza en manos de cuatro ultrarricos en la alianza MAGA o redistribuirla mejor entre todos. Y nosotros podemos decidirlo hoy empezando por el turismo: o concentra el dinero en cuatro manos que poseen una appde turismo por días o nos hace prósperos a todos.
¿Por qué está tan seguro?
Porque la tecnología –lo sabemos en el MIT– puede servir para unos pocos o para todos: la decisión es nuestra.
