Mel Robbins,autora superventas en ‘The New York Times’ y del podcast más exitoso del mundo:

“Le damos demasiado poder a lo que dicen o creen los demás”

Tengo 57 años. Nací en Misuri y vivo en las montañas de Vermont. Casada, tres hijos, dos perros y un gato. Me preocupan la negatividad y la división que hay en el mundo, pura ilusión, pero las voces que más escuchamos son las que más gritan. Estoy profundamente conectada con eso más grande que todos y todo. (Foto: Scott Eisen / Getty)

E

sta historia comienza con una ruina. En el 2008 debíamos 800.000 dólares y teníamos tres hijos pequeños.

¿Cómo se sentía?

Avergonzada, deprimida. Pensaba que había perdido mi matrimonio, mi casa y mi salud, pero hice un clic: estaba borracha reprochándome que me pasaba el día en la cama y viendo la tele. Y apareció el lanzamiento de un cohete y pensé: “Es una señal”.

¡…!

A la mañana siguiente conté: 5, 4, 3, 2, 1… y me levanté por primera vez en seis meses. Si pasas más de cinco segundos pensando en algo incómodo, tu cerebro encuentra excusas para no hacerlo. La acción ganó a la depresión, pero me costó salir del hoyo 6 años. Si quieres cambiar tu vida, actúa, aun con miedo.

¿Realmente cree que con eso basta?

Después de años haciendo la cuenta atrás me seguía costando vivir y me pregunté de dónde salía tanta resistencia, por qué nos cuestionamos, por qué dudamos tanto .

¿Llegó a alguna conclusión?

Que le damos demasiado poder a lo que dicen o creen los demás. Las expectativas de los demás son la primera causa de estrés en nuestra vida.

¿Y se aplicó el cuento?

Intenté ser menos controladora. Leí muchísimo sobre la aceptación radical y los prin­cipios del estoicismo, pero era incapaz de aplicarlos cuando me sentía estresada o enfadada. Hasta que descubrí el poder de estas dos palabras: let them .

Déjales.

El día del baile de graduación de mi hija yo lo quería microgestionar todo. Mi hija me agarró del brazo con sus puntiagudas uñas postizas y me dijo: “¡Mamá, te estás comportando de una forma superpesada!, déjales hacer lo que quieran”.

Veo que le impactó.

Muchísimo, se me relajaron los hombros y pensé: “Déjales”. Y lo apliqué en todos los momentos tensos de mi vida. Me preguntaba: “¿Por qué dejo que el tráfico me estrese?, ¿por qué le dedico mi energía a lo que me ha dicho tal persona?”.

¿En qué se tradujo?

Me volví mucho más consciente de cómo las cosas me afectaban, del espacio mental que ocupaban en mí. Cuanto menos intentes controlar lo externo, mejor. La teoría es muy clara: deja que los demás sean como son, que digan lo que dicen, que hagan lo que hacen, y recupera tu poder. Enfócate en tu reacción.

¿Eso es todo?

A todo el mundo le encantaba lo de let them , la gente se lo tatuaba, pero me seguía faltando algo. Si dices “déjale” porque el jefe es un idiota, te quedas con sensación de impotencia. Así llegué al segundo paso, “déjame”.

¿Por ejemplo?

Ahora dejo que sea el jefe quien decida mientras yo me ocupo de hacer un buen currículo o networking . Y eso es: déjales y déjame. Déjame, te dices a ti mismo, ocuparme de las cosas que sí puedo hacer.

Queremos tenerlo todo bajo control.

Es instinto de supervivencia. Nunca vamos a deshacernos de esa necesidad. Y, sin duda, los demás se van a comportar de alguna forma que te va a hacer sentir estresada, ofendida o dolida, y ese comportamiento va a desencadenar el mecanismo de supervivencia.

¿Y entonces?

Cuando yo intento cambiarte a ti, no estoy motivando tu cambio, estoy generando una resistencia por tu parte. La teoría Let Them te ayuda a ser estratégico, a escoger qué puedes y qué vas a controlar.

¿Cuanto más dejas que los demás vivan su vida, mejor será la tuya?

Exactamente. Porque ya no vas a dar vueltas a las cosas que no puedes controlar, que son los demás.

Los acontecimientos de la vida alteran nuestro estado emocional.

Cierto, todos los días pasan cosas que nos estresan. Hay que aprender que las emociones son reacciones químicas que pasan en cuestión de segundos, son como una ola que sube y baja; espera a que baje, no reacciones.

¿Y qué hacemos con la inseguridad?

En su mayor parte viene de fuera. Si quieres caer bien, la inseguridad está asegurada porque le estás dando el poder a otra persona, a lo que opina de ti, algo que no vas a poder controlar. Déjales que te juzguen, no dudes de ti. Mantén la fuente de validación en ti.

Apliquémoslo a las relaciones.

Yo me he pasado la vida intentando cambiar a la gente que quiero, juzgándoles. Ahora enfoco mi energía en cambiarme a mí y así la dinámica de esa relación cambia. Cuanta mayor aceptación, más confianza en ti mismo y más conexión hay en la relación.

¿Qué tal lleva la ansiedad?

Lo que más ansiedad provoca no es lo que tienes que hacer, es lo que te dices a ti mismo. La ansiedad es anticipación. Yo cuando empiezo con lo de “y si pasa eso, y si pasa aquello”, invierto la pregunta: “¿Y si sale bien?”.

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