Votar contra uno mismo
Si no la equilibramos, la dinámica de los mercados concentra poder y capital cada vez en menos manos y sitios. Condena al abandono a barrios, pueblos y territorios cuya riqueza, población y talento acaban yéndose también a las metrópolis que han absorbido los de la España vaciada. Entre quienes quedan en las áreas perdedoras brota el resentimiento que favorece el voto de castigo al establishment y a favor de discursos simplistas que buscan culpables, como la inmigración. Las regiones perdedoras británicas, por ejemplo, votaron por el Brexit frente a Londres, que lo rechazó. Se pegaron así un tiro en el pie, porque sus exportaciones eran a la UE y hoy tras el Brexit son aún más pobres. ¿Quién tiene la culpa? Collier cree que los poderosos que concentraron recursos en la capital y abandonaron a esas regiones.
¿Por qué la riqueza tiende a concentrarse en las grandes capitales?
Es la dinámica del capitalismo acelerado y de los mercados, que concentran cada vez más riqueza en menos manos y menos territorios y tienden a centralizar todo el poder en ellas.
¿Las regiones vaciadas lo serán más?
Si no contrarrestamos los mercados con políticas de equilibrio, crean una espiral de fuga de talento; pérdida de autoestima e identidad; colapso de sus instituciones y servicios, y total dependencia de las regiones ricas.
Pues eso describe la España vaciada.
Pero podemos revertir esa espiral decadente con instituciones y líderes capaces y una sociedad civil activa y cohesionada, que genere y canalice la capacidad colectiva para crear riqueza y compartirla con un relato común.
Pues ya me dirá dónde están esos líderes.
No son héroes carismáticos, sino solo personas con visión capaces de exigir a los implicados en la gestión pública que cumplan.
¿Quiénes lo han logrado?
Lee Kuan Yew convirtió Singapur, un país dividido y pobre, en una potencia financiera; Seretse Khama logró hacer de Botsuana una isla de progreso africana; Deng Xiaoping convirtió la precaria China de Mao en la superpotencia que hoy compite con EE.UU...
¿Cómo?
Devolvieron el poder centralizado a las áreas que se habían quedado atrás y movilizaron energías locales. Conciliaron grupos e identidades enfrentadas dándoles una narrativa, visión y objetivo comunes.
¿Federar es mejor que centralizar?
Siempre lo es, pero también supone federar recursos y no negociarlos cada año, sino repartirlos de forma automática y previsible a largo plazo. España, por ejemplo, necesita esa redistribución fiscal automática entre regiones sin ideologías políticas de por medio.
¿Algún consejo a un gobernante actual?
Milei triunfaría si con su último éxito en las urnas pidiera a los ricos un esfuerzo fiscal ya.
¿Quién podría mejorar también?
Xi Jinping está revirtiendo la saludable descentralización de Deng Xiaoping y centralizando poder en el partido aumentando la censura y el control. Y tengo otro para votar.
Adelante.
Tendemos a dejarnos llevar por las emociones al votar; pero si por castigo votas a idiotas, pagas las consecuencias. Votar no es un gesto puntual, sino un cálculo racional cuyos efectos se proyectarán en toda tu vida.
¿Por qué me lo dice?
Porque si sabemos votar, crearemos redes locales y regionales y estatales de líderes electos y tecnócratas que cooperarán y competirán para progresar.
¿Basta con acertar al votar?
Debemos incluirnos en el tejido de nuestra sociedad civil: asociaciones, clubs, uniones de todo tipo: deportivas, profesionales, académicas, escolares... Así creamos riqueza local, porque son nervio y músculo social de esa gestión y ese liderazgo. Lean a Putnam.
Lo entrevisté: nos aconsejó no comer nunca solos y hablar con desconocidos.
Un ejemplo de socialización que genera riqueza, como los boy scouts o los clubs deportivos que unen a ciudadanos, fue la fundación y extensión del Rotary Club por Paul Harris...
Fui becario Rotary en NYU y se lo debo.
Movilizó a miles de profesionales de todo el mundo con objetivos filantrópicos, y cuando los rotarios, como los scouts, centros cívicos, asociaciones de vecinos... abandonan barrios y pueblos aceleran su decadencia.
¿Por qué son tan relevantes?
Porque sin ellos, las élites cosmopolitas de las grandes capitales nos dictan su discurso y lo absorben todo. Necesitamos ideas, narrativas, sentimientos, creencias propias que devuelvan poder y protagonismo a los locales en los territorios que se quedan atrás.
¿Y si no?
Esos territorios abandonados votarán a idiotas que dirán que todo es culpa de la inmigración después de explotarla; o de los judíos, o de cualquier demonio inventado. Y después con nuestros votos nos hundirán aún más.
Pues parece que el cabreo funciona.
Por eso, la principal tarea del líder es explicar que no hay soluciones rápidas para problemas complejos y que hay que buscarlas juntos, asociados, día a día, y con esfuerzo en cada pueblo, en el barrio, en la comarca.
¿Las tecnologías vaciarán más regiones?
No podemos predecir su efecto, igual que hace 25 años no teníamos ni idea de lo que serían hoy; pero, a más corto plazo, podemos anticipar combinaciones de tecnologías. Edison inventó el fonógrafo para grabar discursos, pero deploró que se grabara música...
El inventor no controla el uso del invento.
Y la primera fábrica del mundo nació en mi pueblo, Sheffield. Usaba la energía de un molino para mover telares de 200 mujeres. Dos tecnologías milenarias creaban una nueva. Pues imagínese la IA: tal vez cambie también el mapa de la riqueza.
