Miguel Ángel Aguilar,periodista que hace 50 años informaba de la agonía de Franco:

“Franco expiró junto al brazo incorrupto de santa Teresa”

Tengo 82 años. Soy de Madrid. Soy periodista. Soy viudo. Tengo dos hijos, Miguel (49) y Andrea (47), y tres nietos, Tomás (11), Ignacio (8) y Carmen (2). ¿Política? Defender libertades y criticar al poder abusivo. ¿Creencias? No sé aún: creo que en algo creo. Y me atengo a una jerarquía moral. (Foto: Dani Duch)

¿Dónde estuvo el 20-N de 1975?

Tras todo el día 19-N –¡hace hoy 50 años!– en el hospital La Paz de Madrid, donde se moría Franco, me retiré a casa de madrugada, a descansar un poco.

¿Hacía guardia desde cuándo?

Hacía días, a la espera de los partes médicos: “Heces en forma de melena”...

Recuerdo oír eso en RNE y TVE.

A las cinco de la mañana me despertó el teléfono, un colega: “Franco ha muerto”.

Parecía que no iba a morir nunca...

El jefe médico era su yerno, Cristóbal Martínez-Bordiú, que entubó y sondó al moribundo para mantenerlo vivo contra toda sensatez y toda humanidad.

¿Qué pretendía Martínez-Bordiú?

Que no muriera hasta el 26 de noviembre.

¿Por qué hasta ese día?

Caducaba el mandato de Alejandro Rodríguez de Valcárcel, franquista inmovilista, como presidente de las Cortes y, por eso, miembro del Consejo de Estado: ¡votaría la terna para el siguiente jefe de gobierno!

¿Era del denominado búnker?

Sí: querían hacernos creer a todos que Franco le renovaba en el cargo el día 26, y de ese modo se prorrogaba el franquismo.

Y Bordiú protegía sus privilegios.

Sí, buscaban ganar tiempo para sus manejos. Pero acaeció “el hecho biológico”, eufemismo para la muerte de Franco: expiró junto al brazo incorrupto de santa Teresa.

¿En serio lo tenía al lado?

Sí, era el talismán predilecto de Franco y lo tenía en la habitación, como también veneraba el manto de la Virgen del Pilar.

Con Franco ya muerto, ¿qué pasó?

Se activó la operación Lucero: detallaba los protocolos de la capilla ardiente y sepelio de Franco y de la proclamación como rey de Juan Carlos I en las Cortes.

¡Lo vi todo por la tele! Tenía 15 años.

Yo tenía 32 años. Hacía ya diez años que era yo periodista, en el diario Madrid y, en esos días, para el semanario Posible.

¿Por qué se hizo usted periodista?

Yo estudiaba Físicas, pero me enfrenté al sindicato universitario franquista, único, yo quería libertad... Y empecé a escribir.

¿Qué publicaba en los días previos a la muerte del general Franco?

Aún me conmueve recordarlo: aquel noviembre vi el fusilamiento de los tres últimos condenados a muerte en Madrid.

Debía de ir con tiento al escribir...

La policía intentaba amedrentar a los periodistas. “No somos torturables”, les soltaba yo, sabedor de tener el paraguas de mis colegas periodistas internacionales.

¿Qué hacía mientras el ejército?

En Portugal los militares habían echado al dictador para traer la democracia. En España... Lo intentó la Unión Militar Democrática (UMD), ¡y por suerte fracasó!

¿Por suerte, dice?

Claro, hoy le deberíamos la democracia a los militares. Pero hoy la deuda es al revés: la democracia defendió a los militares.

¿Qué hacía la Iglesia en ese momento?

Con el cardenal Tarancón al frente, la Iglesia se adhiere a la democracia. Y los del búnker nacionalcatólico le increpaban: “¡Tarancón al paredón!”, clamaban.

Brutos. ¡Bien por el cardenal!

Sí, porque desde el final de la guerra no había habido paz sino victoria bajo palio. Ahora sí empezaba la paz, que cristalizaría en la Constitución española de 1978.

¿De quién fue el mayor mérito?

Del rey Juan Carlos I, de Adolfo Suárez...

¿Del rey Juan Carlos I, por qué?

Juan Carlos recibe todo el poder de Franco y el mando de las fuerzas armadas, y traspasa la lealtad de las fuerzas armadas a Franco... A lealtad a la democracia.

¿Por qué cree que lo hizo?

Tenia aprendido lo mal que le fue a su abuelo Alfonso XIII ponerse en manos de militares, y que eso mismo le había pasado en Grecia a su cuñado Constantino.

Juan Carlos fue traidor a Franco, pues, y también Suárez: lo ha escrito Cercas.

“Héroes de la retirada”, les llamaría yo. A Adolfo Suárez lo promueve Juan Carlos a la terna desde la que lo elegirá como presidente de gobierno el 3 de julio de 1976.

¿Se habían conocido anteriormente Juan Carlos de Borbón y Adolfo Suárez?

Adolfo Suárez había dirigido TVE de 1969 a 1973, y se había dedicado a promocionar la imagen del príncipe Juan Carlos.

Se conchabaron para bien, veo.

Y en abril de 1977 Suárez, valiente, legalizó el PCE. Me quedé de piedra. Las elecciones a Cortes fueron pluripartidistas.

Y de ahí salió la Constitución.

Pensé en mi padre, médico en el bando nacional. Tras la victoria le ordenaron certificar la muerte de fusilados: ¡y se plantó! Devolvió su pistola, se jugó ser fusilado él. Me lo contó una sola vez, y entendí: ante la abyección... Te queda siempre un margen de dignidad personal.

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