Judith Herman,psiquiatra; pionera en la cura del síndrome de estrés postraumático:

“Tu cuerpo lleva la cuenta de cada trauma, aunque tú no lo recuerdes”

¿Cuántos años tengo? Comprendo que los años se acumulan cuando se sabe cómo compartirlos. Mi equipo en el Cambridge Hospital ha sumado y sigue sumando: la colaboración es clave. Provengo de Nueva York, una ciudad enriquecida por judíos que escapaban de Hitler. La mejor forma de combatir la angustia ante la mortalidad es a través de la ayuda. Trabajo junto al Instituto Cuatro Ciclos.

¿Cómo se convirtió en referente de terapia postraumática?

Los veteranos de la guerra de Vietnam, quienes se congregaban en rap groups, fueron los primeros en abordar el tratamiento del trastorno de estrés postraumático.

¿Fueron las raíces del rap?

Con él, veteranos de guerra se congregaban para intercambiar vivencias y hallaban consuelo al expresarlas.

¿Sin psiquiatras?

Inicialmente, era un tratamiento no convencional, y el psiquiatra pionero en formalizarlo fue Robert Lifton, autor de Volver de la guerra quien previamente había abordado el trauma de los sobrevivientes de Hiroshima. Sus testimonios de veteranos ante el Congreso y el Manual de diagnóstico llevaron a la inclusión del síndrome. Actualmente, su validez no se debate.

¿Usted lo estudió en la vida cotidiana?

Vamos a ver: ¿qué es un psiquiatra?

¿...?

Un galeno judío con aversión a la sangre. Era un chiste recurrente en la universidad, pero con un trasfondo de verdad, como suele ocurrir con las bromas. Sentí la necesidad de relatar mi propia historia para sanar. Mi progenitor, de origen judío, emigró desde Letonia a Estados Unidos. Su fobia a la sangre lo impulsó a la medicina.

Era humano.

Me desvanecí en el quirófano la primera ocasión que presencié sangre; otra vez al intervenir de prácticas a un can; al ejercitarme con un cadáver... Mi progenitora igualmente rehuía la sangre. Mis progenitores fueron hostigados por McCarthy.

¿Por comunistas?

My mother was put on that blacklist for being a feminist avant la lettre . New York was buzzing with interest in psychology following the arrival of prominent psychiatrists fleeing Hitler. And in the 60s, the fight for rights, against the war, and for women's liberation became inseparable from psychiatry and psychoanalysis.

¿Usted ya ejercía?

En 1970 inicié mi formación en psiquiatría, pero fue al ingresar a Harvard cuando experimenté discriminación por primera vez: por ser mujer y judía, debido a que solo aceptaban un número limitado de ambas. La Harvard Medical School nos recordaba esto constantemente. Finalmente, atendí a mi primer paciente.

¿Mujer?

Dos jóvenes sufrieron abuso sexual por parte de un familiar y habían intentado quitarse la vida. No me resultó difícil establecer el vínculo entre sus infancias difíciles y sus intentos de suicidio. Y comencé a darme cuenta de que los problemas psiquiátricos frecuentemente tienen raíces sociales... Con mucha frecuencia.

¿Cómo tratar el trauma de un país?

Iniciamos estableciendo un centro de salud para mujeres, y junto a Lisa Hirschman, documentamos y difundimos 20 instancias de incesto traumático. Posteriormente, comenzamos a obtener correspondencia de afectadas de diversas partes de Estados Unidos. Mi obra sobre el incesto me llevó a ser invitado a formar parte del departamento de Psiquiatría en el Cambridge Hospital de Harvard. Fue un período de aprendizaje inigualable.

¿Más que en la facultad de Medicina?

Además, dado que se trataba de un centro de salud público, atendíamos a una clientela variada. Las lecciones extraídas del tratamiento de una víctima de abuso son aplicables a muchas otras, y la heterogeneidad social nos aportaba valor. Colaboramos en obras significativas, como el libro de Susan Brownmiller Against our will (Contra nuestra voluntad) acerca de la violación.

¿Por qué tuvo tanto impacto?

Hasta las estadísticas de la década de 1970, la violación y el incesto eran simplemente no registrados. Eran silenciados. Y probamos que constituían una epidemia. En ciertas jurisdicciones, una de cada cinco mujeres había experimentado abuso.

¿Aprendieron a tratar los traumas?

Y un sinfín de pacientes a nivel global obtuvieron beneficios. En 2014, la obra de Van der Kolk sobre el postrauma, titulada "El cuerpo lleva la cuenta" The body keeps the score , alcanzó el estatus de superventas. Y la premisa se mantiene válida: tu organismo registra cada herida emocional, incluso si tu memoria consciente ha olvidado esos sucesos. Es necesario que los identifiques.

¿Qué sabemos hoy sobre cómo tratar un trauma que no sabía cuándo empezó?

Actualmente se reconoce que los seres humanos experimentan un sufrimiento emocional considerablemente mayor que el daño físico al atravesar una experiencia traumática, y que el trastorno de estrés postraumático, de no ser abordado, puede conducir incluso al suicidio.

¿Cómo tratar tus traumas?

El mensaje terapéutico inicial para todos es que tu trauma es muy habitual: no estás solo.

Siempre reconforta.

El segundo mensaje para quienes han sufrido traumas es que nadie merece padecer lo que les ha ocurrido. Una agresión violenta es intrínsecamente injusta. No existe justificación alguna para experimentarla. Por esta razón, mi obra más reciente aborda cómo los afectados por un trauma, en su estrés postraumático, evalúan el sistema de justicia.

¿Cree que no siempre es justa?

No es equitativo, sobre todo cuando los perpetradores de tu trauma ostentan poder. Por el contrario, después de experimentar una agresión, solemos auto-culparnos o pensar que estamos perdiendo la cabeza, o bien, experimentar flashbacks , insomnio o tener pesadillas.

¿Compartir y contar tu terror ayuda?

Para sanar, es útil poder contarlo, pero la experiencia del trastorno de estrés postraumático no es una historia. Se manifiesta como olores desagradables recurrentes, vómitos, incontinencia o una completa falta de sensación, nunca.

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