Matemáticas: las chicas participan 5 veces más en una competición femenina que en una mixta
Matemáticas
El sábado participaron 125 estudiantes de 12 a 18 años en la olimpiada catalana femenina, organizada por la Societat Catalana de Matemàtiques junto a las facultades de la UPC, UAB y UB
Participants de l'Olimpíada femenina de matemàtiques
La estrategia de organizar competiciones únicamente femeninas para alentar el talento científico funciona en el caso de informática y matemáticas que tiene sus olimpiadas nacionales e internacionales especificas en cada disciplina. Un ejemplo es la Olimpiada Matemàtica Catalana Femenina (OMCaF) que se celebró con un rotundo éxito de participación el pasado sábado.
En la Olimpiada Matemàtica Catalana, la general que es mixta, celebrada en diciembre, se presentaron 109 participantes de los que 28 eran chicas. El sábado pasado se presentaron a la facultad de matemáticas de la UPC unas 125 alumnas con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años.
Para el decano de la facultad de matemáticas de la UPC, Jordi Guàrdia, es una gran éxito de convocatoria. “Esto es como llenar el Camp Nou”, señala con satisfacción. El año pasado fueron aún más, 140 chicas, pero confirmar por segundo año consecutivo el centenar sigue siendo, a su juicio, un éxito.
Para Montserrat Alsina, presidenta de la Societat Catalana de Matemáticas, “éste es un proceso que requiere constancia, dedicación y, sobre todo, la voluntad de superar los obstáculos. Pero el primer paso es atreverse a participar y uno de los objetivos es que las chicas vean hasta dónde pueden llegar”.
La mitad de las participantes cursaban 4º de la ESO (el 26%) y 1ª de bachillerato (24%). De 2º de bachillerato, curso que se preparan para las pruebas de acceso a la universidad, eran significativamente menos, un 10%. El resto tenía menos de 15 años. De 3º de la ESO (18%), de 2º, un 9% y de 1º un meritorio 12%.
Las chicas veían mayormente del área de Barcelona, pero el certamen, abierto a todo el territorio, recibió a alumnas de Cassà de la Selva, Santa Coloma de Farners, La Ràpita o Lleida. Una de las ganadoras de la plata, Esther Quintilla, es de Fondarella (Lleida).
Guàrdia explica que se sabe que hay muchas mujeres a las que les gustan las matemáticas, pero no lo suelen manifestar para no parecer diferentes. “Acostumbran a estar solas en su afición y cuando organizamos actividades para preparar la olimpiada general casi no vienen”, indica. De ahí que los matemáticos pensaran en una olimpiada femenina, una estrategia que se ha visto que funciona en otros países, también a nivel internacional, así como en disciplinas en las que las mujeres son minoría, como informática.
La Olímpiada Matemàtica Catalana Femenina(OMCaF) está organizada por la Societat Catalana de Matemàtiques junto a las facultades de la UPC, UAB y UB.
Esta segunda edición se ha desarrollado en un ambiente distendido y alegre. Además de la resolución del problema matemático, se han celebrado actividades diversas como una gimcana preparada por estudiantes de los grados de matemáticas de las tres universidades y charlas con matemáticas catalanas de prestigio internacional que trabajan en la investigación, la empresa o la docencia. Por ejemplo, Eva Miranda, investigadora de la UPC, y Laura Farré, también pianista. “Son las alexias putellas y las aitanas bonmatí”, sigue con el símil del Barça Guàrdia. “Aquí se lo pasan bien, conocen a otras chicas con la misma pasión, hacen como cientos de adolescentes los sábados que van a jugar a su deporte favorito. Ellas compiten, pero en el reto de resolver problemas”.
Entre las asistentes hay estudiantes muy jóvenes. Es el caso de Erin, que se trasladó desde Vilanova i la Geltrú. Había participado en las pruebas Cangur en primaria. “Pero es una competición que resuelves en el colegio. Esto es diferente. Tienes que venir hasta aquí y hay chicas de todas partes y todas las edades. Yo he pensado, 'por fin un sitio donde hay gente como yo'”.
Esta estudiante del instituto Manuel de Cabanyes (Vilanova i la Geltrú) le gustan todas las ciencias y estudia física en sus ratos libres. Sigue a divulgadores como Javier Santolaya o Eduardo Sáenz de Cabezón. También le gusta leer. La novela La puerta de los tres cerrojos (Destino), escrita por la física Sónia Fernández-Vidal, le descubrió la física cuántica.
Palmarés
Medalla de oro
Vera Morancho (Aula Escola Europea, 1º bachillerato)
Dina Markhovskaya (Escola Pérez Iborra, 2º bachillerato)
Abril Catalán (Instituto Ernest Lluch, 1º bachillerato)
Medalla de plata
Yi Lu (The British School of Barcelona, 1º bachillerato)
Eulàlia Gaya (Aula Escola Europea, 2º bachillerato)
Esther Quintilla (La Salle Mollerussa, 4º ESO)
Medallas de bronce
Xingyi Chen (Hamelin-Laie International School, 4º ESO)
Valentina Sans (Instituto Vila de Gràcia, 1º bachillerato)
Júlia Borges (Escola el Cim, 2º ESO)
Menciones
Laura Xiaopiao Sanz Lázaro (Instituto Manuel de Cabanyes, 3º ESO)
Bruna Vázquez Barrio (Escola Dominiques, 1º bachillerato)
También hay profesorado de secundaria implicado en el evento, disponible por si su presencia es útil. El profesor David Arso acompañó a cuatro de sus alumnas a la competición. “Hemos quedado en la puerta del instituto (Miquel Tarradell, en el Raval) y hemos venido juntos en metro” (distrito de Les Corts). “Ahora me quedo la jornada para que sepan que estoy ahí por si necesitan alguna cosa”, añade.
Arso, profesor de matemáticas, anima a participar a las alumnas de su clase. Y las chicas iban con ilusión a pesar de que, como todas, no saben con quién compiten ni en qué posición quedarán. “Las hay con mucha autoexigencia a los retos, pero los docentes sabemos que la experiencia de la jornada entera les compensa”.
Las ganadoras con la consellera d'Igualtat, Eva Menor, con los rectores Javier Lafuente (UAB), Daniel Crespo (UPC) y Joan Guàrdia (UB), así como con la presidenta de la SCM, Montserrat Alsina
El apoyo del profesorado es importante también, según el decano, especialmente en las edades más tempranas así como en alumnas de entornos socioeconómicos más vulnerables porque no tienen referentes científicos ni universitarios. Y las familias no siempre ven el impacto de esta experiencia.
Vera Morancho y Dina Markhovskaya, medalla de oro, ganaron la plata en la edición anterior y también estuvieron clasificadas en la olimpiada mixta. Abril Catalán, del instituto Ernest Lluch, es la tercera oro. Justo acaba de cumplir los 17 años. “No esperaba ganar, no salí con buena impresión”, admite.
“Me apunté a la olimpiada porque me gusta resolver problemas, puedes hacerlo por muchos caminos y es apasionante”.
Aún le queda un año por decidir la carrera. Le gustaría combinar una matemática con una ingeniería (mecánica o aeronáutica).
En el instituto hay un buen ambiente matemático. Es compañera de Guillem Vizcarro que ganó en diciembre la Olimpiada Matemàtica Catalana. “Tengo un grupo de amigas con las que comparto la misma ilusión por las matemáticas”.
Para Dina, las mates son denominador común de otras ciencias que también le atraen mucho (física, química o lingüística). Disfrutó el sábado en la facultad de matemáticas porque conoció a más chicas como ella. “Sabes que existen, claro, pero aquí las conoces, hablas con ellas, están allí”. Quiere estudiar matemáticas y, encararse, quizás, a la investigación. “Es pronto para saberlo”.
De hecho las matemáticas referentes que les dieron charlas les dijeron que no tuvieran miedo a escogerlas como formación porque en todos os campos existen aplicaciones. investigación, empresa, enseñanza... “Con ellas se te abren muchas puertas”, resume Abril.
La presidenta de la SCM destacó la participación de las autoridades destacadas como la consellera d'Igulatats i Feminisme, Eva Menor, y los rectores de las tres universidades organizadoras: Javier Lafuente (UAB), Daniel Crespo (UPC) y Joan Guàrdia (UB). Recordando al día internacional de la niña y la mujer en la ciencia, Alsina concluía que “somos los adultos, administraciones y gobernantes, profesorado, madres y padres los que tenemos que hacer los deberes y romper con el techo de cristal antes de que las niñas lleguen al mismo”.