Una nueva técnica permite reconstruir cómo se movían nuestros antepasados 

Estudio UB

Un estudio de la Universitat de Barcelona analiza los ligamentos de la muñeca para reconstruir la locomoción y la destreza manual en la evolución humana

Imagen de la evolución humana

Aunque los ligamentos rara vez se han utilizado en estudios de locomoción, cumplen una función esencial como estabilizadores articulares

iStockphoto

La forma en que se desplazaban nuestros antepasados sigue siendo una de las grandes preguntas de la evolución humana. Ahora, una investigación de la Universitat de Barcelona propone una nueva vía para descifrarla: mirar más allá de los huesos y poner el foco en los tejidos blandos, en concreto en los ligamentos del carpo, para reconstruir cómo se movían y manipulaban objetos los homínidos fósiles.

El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, está liderado por los profesores Josep M. Potau y Aroa Casado, de la Unidad de Anatomía y Embriología Humana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y del Instituto de Arqueología de la UB. La investigación introduce una metodología innovadora que amplía las herramientas clásicas de la paleoantropología, tradicionalmente centradas en la morfología ósea y, especialmente, en las inserciones musculares.

Los ligamentos del carpo revelan cómo se movían y usaban las manos nuestros antepasados

La clave del trabajo reside en la aplicación de la morfometría geométrica tridimensional (3D GM) para analizar las zonas de inserción de los ligamentos del carpo en la epífisis distal del radio, el extremo del hueso del antebrazo que articula con la muñeca.

Aunque los ligamentos rara vez se han utilizado en estudios de locomoción, cumplen una función esencial como estabilizadores articulares y ofrecen información directa sobre el uso funcional de las extremidades.

Este nuevo método abre nuevas vías para estudiar la evolución humana más allá de los huesos

A partir de esta técnica, el equipo ha comparado restos fósiles de distintos ancestros humanos con especies actuales, incluidos los seres humanos y otros grandes primates como chimpancés, gorilas y orangutanes, para identificar similitudes y diferencias en la forma de desplazarse y en el uso de las manos a lo largo de la evolución.

Los resultados confirman que existieron diversos comportamientos locomotores a lo largo de la evolución humana y revelan diferencias significativas en la forma, orientación y tamaño de las inserciones ligamentarias del carpo entre unas especies y otras.

Según explica Josep M. Potau, los humanos actuales, bípedos y con un uso prioritario de las manos para la manipulación, presentan unas características anatómicas claramente distintas de las de otros primates hominoideos no humanos, cuya locomoción combina desplazamientos arbóreos y terrestres. El análisis de los ligamentos permite corroborar —o en algunos casos cuestionar— las inferencias realizadas hasta ahora únicamente a partir de las inserciones musculares y aporta información que no puede obtenerse por otras vías.

El estudio de los ligamentos aporta información única que no puede obtenerse solo a partir de los músculos”

Josep Maria PotauProfesor de la Unidad de Anatomía y Embriología Humana de la Facultad de Medicina de la UB

Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que la epífisis distal del radio, bien conservada en muchas especies fósiles, no presenta inserciones musculares claras, pero sí zonas definidas donde se anclan los ligamentos del carpo. Esto ha permitido extraer conclusiones locomotoras que antes no eran posibles. Tal como señala Aroa Casado, cuando los resultados obtenidos a partir de ligamentos y músculos coinciden, se refuerza la interpretación del tipo de locomoción; cuando no lo hacen, se abre la puerta a hipótesis alternativas.

Para especies más próximas a la humana, como Homo neanderthalensis y Homo sapiens arcaico, la investigación detecta una gran similitud con los humanos actuales, aunque con rasgos específicos que apuntan a un uso más robusto del carpo. En particular, la anatomía asociada al ligamento radiosemilunar corto sugiere una mayor demanda de carga manual, posiblemente vinculada a actividades como la caza o la fabricación de herramientas.

Los autores destacan que esta metodología puede aplicarse a futuros estudios tanto en especies fósiles como actuales para inferir patrones de locomoción y destreza manual.

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