Dolor, consternación e indignación se han mezclado este viernes entre los vecinos, familiares y compañeros que se han concentraron ante la vivienda de la niña de 14 años que, el pasado martes, se quitó la vida tras sufrir acoso escolar en el colegio Irlandesas Loreto de Sevilla. Flores, velas, abrazos entre quienes no daban crédito al dramático suceso. El homenaje, que ha tenido lugar en la calle Rafael Laffón, no solo buscaba recordar a la joven Sandra Peña, sino también como vía para alzar la voz contra la violencia silenciosa que sufría la chica desde hacía más de un año.
Los asistentes se han reunido en torno a un altar improvisado con flores que ha contado con la presencia de la madre de la víctima, vestida con la camiseta del equipo de fútbol donde jugaba su hija (el Hollyball) y el resto de su familia. Entre aplausos y gritos de “justicia”, varios vecinos y padres de alumnos del colegio, un centro privado concertado del barrio, han denunciado otros posibles casos de acoso en las mismas instalaciones, así como han reprochado con dolor e impotencia la falta de actuación por parte de la dirección del colegio.
La madre había denunciado dos veces sobre este acoso al a dirección del centro
Según el testimonio del tío de la menor, la madre había presentado dos denuncias por escrito al centro, acompañadas de informes psicológicos, advirtiendo de que su hija estaba siendo acosada por tres compañeras. “No se activó ningún protocolo. La única medida que se tomó, a petición de mi hermana, fue que no compartieran aula este curso, pero el acoso continuó en los pasillos y el recreo”, lamentó Isaac Villar.
Isaac Villar, tío materno de Sandra, la joven que se suicidó el pasado martes en Sevilla, se dirige a medios de comunicación este viernes.
Tras la tragedia, la Junta de Andalucía ha remitido el caso a la Fiscalía y ha abierto un expediente administrativo al detectar, tras una inspección, que el colegio no activó ni el protocolo de acoso ni el de conductas autolíticas, tal y como exige la normativa. Fue el curso pasado cuando la madre dio la primera alerta del sufrimiento de su hija a la dirección del centro y no se hizo nada para protegerla, según explican los allegados de Sandra.
Recordemos que este tipo de violencia, en un ámbito estatal, afectó en 2024 a más de 1.196 chicos en edad escolar, según datos extraídos de la Fiscalía General de Estado, una lacra que afecta a la salud mental de los menores y que detectarla se antoja complicado en muchos de los casos para los padres. Una de cada tres víctimas no cuenta lo que le está ocurriendo.
Analizan el teléfono de Sandra
Pintadas en el colegio Las Irlandesas en Sevilla en el que estudiaba Sandra.
El suceso ocurrió el pasado martes, cuando la joven, tras regresar de clase, subió a la azotea del edificio y se arrojó al vacío. La Policía Nacional ha abierto una investigación y analiza el teléfono móvil de la menor para determinar si también fue víctima de acoso a través de las redes sociales.
El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, ha anunciado una investigación de oficio para esclarecer por qué no se activó el protocolo pese a las reiteradas denuncias. “Alarma que se haya avisado dos o tres veces y no se haya hecho nada”, ha declarado.
Mientras tanto, los muros del colegio aparecieron este viernes cubiertos de pintadas con mensajes como “Justicia”, “Culpables” o “No queremos que se olvide”, reflejo de la indignación y el dolor de una comunidad que exige responsabilidades.
En qué consiste el protocolo de actuación ante acoso escolar en Andalucía
El protocolo que los centros educativos sostenidos con fondos públicos y los concertados deben seguir en estos casos, y que está regulado por la Orden de 20 de junio de 2011 de la Junta de Andalucía, estable las siguientes medidas:
- Identificación y comunicación: Cualquier miembro de la comunidad educativa (alumnos, profesorado, familias, personal no docente) que tenga conocimiento o sospecha de acoso debe comunicarlo al tutor, al equipo de orientación o al equipo directivo.
- Actuaciones inmediatas y evaluación: Una vez recibida la alerta, el equipo directivo, junto con tutor/a y orientación, recopilan información, evalúan la gravedad, frecuencia, tipo de acoso (físico, verbal, psicológico, ciberacoso...) y deciden las medidas a adoptar.
- Medidas de protección a la víctima: Intervenciones concretas para asegurar que la víctima quede protegida de nuevas agresiones. Puede incluir separación de los agresores, supervisión especial, apoyo psicológico, medidas de seguridad en los espacios comunes del colegio, etc.
- Intervenciones con el agresor: Evaluación del comportamiento del agresor/es, propuestas de cambio, seguimiento, sanciones si corresponde, mediación si es posible.
- Actuaciones con los observadores y entorno: Los compañeros que han presenciado los hechos, el profesorado y las familias tienen también un papel. Se les informa, se les sensibiliza, se les da la oportunidad de participar para frenar la situación y apoyar a la víctima.
- Comunicación con las familias: Tanto de la víctima como del agresor, informándolas de las medidas tomadas, garantizando confidencialidad, participación, seguimiento.
- Seguimiento, evaluación y prevención futura: Registrar lo ocurrido, evaluar si las medidas han sido eficaces, tomar medidas preventivas para evitar reincidencia, incluir actividades de sensibilización, formación de profesorado y alumnado, plan de convivencia.
