María Gabilán, superiora del colegio de religiosas de la Asunción, decidió en 1946 solicitar al Ayuntamiento el permiso para construir una capilla en una Torre Girona rehabilitada entonces como escuela. Fue a raíz de aquella rehabilitación cuando la majestuosa residencia principió a cobrar visualidad y una notable vida pública.
Acogió finalmente el rectorado de la Universitat Politècnica de Catalunya, transformación que le otorgó una función aún más relevante. Y la capilla pasó a cumplir la misión de sala de actos, hecho del que conservo grata memoria al haber pronunciado en 1995 la lección inaugural del curso académico ante el president Pujol y los rectores de las universidades.
Fue costeada por las familias de las alumnas al pasar a ser el colegio de la Asunción
Esta capilla fue objeto de una nueva rehabilitación para acoger en 2005 y en el marco del Barcelona Supercomputing Center el MareNostrum, uno de los ordenadores más potentes de Europa.
Todo este conjunto de intervenciones otorgó a la capilla una notoriedad obvia, pero desviada de su verdadero pasado: la atribuían a la magnificencia del banquero Girona, pese a que su roñería era pública y notoria. Merece, pues, ser contada la historia de todo aquel conjunto.

La capilla colegial de los años 40 acabará acogiendo el supercomputador MareNostrum
Manuel Girona encargó en 1860 al renombrado arquitecto Josep Oriol Mestres que le proyectara una gran torre ajardinada para gozar allí de unos veraneos más frescos que en la ciudad amurallada.
La casa lucía un perfil neoclásico. El jardín romántico contenía una torre molino para asegurar el abastecimiento de agua, pabellones chinos, esculturas, alamedas, juegos de agua, huerta, viñedo; un gran lago, con su embarcadero y torre mirador proyectados por el arquitecto Josep Masdeu, aparecía envuelto en un bosque de pinos, uno de los cuales figura hoy en el Catàleg del Patrimoni.
La capilla acabó cobrando tal relevancia que todas las informaciones la atribuían como un apéndice modernista de la Torre Girona puesto en pie en la embocadura de los años 40, cuando aún no era colegio. Fue debida en verdad a la iniciativa de la superiora de la orden de la Asunción y a la decisiva participación económica de las familias de las alumnas. La documentación del Arxiu Municipal Contemporani revela que fue proyectada bajo inspiración neoclásica en 1949 por el arquitecto Joaquim Lloret, el mismo de la Clínica Barraquer y el Rancho Grande.
CUADERNO BARCELONÉS
De Comedia a museo
Haber elegido el que fue Palau Marcet y Comedia para devenir Museo Carmen Thyssen es una noticia cultural de envergadura notable para la ciudad. Tal edificio histórico aporta solemnidad ya de entrada, ni que reste tan sólo la fachada elegante que fue ampliada en 1995 siguiendo el mismo estilo original a lo largo de la Gran Via. Este hecho, estimado quizá como algo negativo, ofrece la ventaja de que la rehabilitación facilitará sea proyectada a medida de la colección, y así la favorecerá en todos los sentidos. El lugar no puede ser un enclave más central y estratégico de primer orden: la relación entre el museo y el paseo de Gràcia se enriquecerá mutuamente, sintonía que habrá de beneficiar de forma notoria a Barcelona. La colección es de categoría y el hecho de ser arte catalán supone un espaldarazo de lo más potente que lo proyecta a nivel internacional. El paseo de Gràcia, con la manzana de la discordia, la casa Milà y el Museo Carmen Cervera, junto con la concentración de las más grandes marcas comerciales extranjeras, adquiere de esta suerte una intensidad insuperable.