Up
Que muchos ciudadanos siguen viendo Montjuïc como un Everest lo evidenció el traslado del Barça al Estadi Olímpic, 60.000 abonados desistieron de ir. Veían el hecho de “subir hasta allí arriba” como una ascensión incómoda y épica. Montjuïc no se acaba de entender como una parte de la ciudad, sino como un lugar poco urbano, inhóspito y laberíntico, al que es mejor ir de día que de noche, y con una movilidad complicada. No hay metro para llegar a los más de 70 equipamientos, entre ellos, el MNAC y la Fundació Miró pero también los espacios más multitudinarios de Barcelona, como el Palau Sant Jordi y el Estadi Olímpic.
Aficionados blaugranas en el Estadi Olímpic de Montjuïc
De hecho, desde que Maragall la convirtió en montaña olímpica, nunca se ha encontrado la manera de ordenarla. Joan Clos quería que fuera el Central Park de Barcelona, Xavier Trias proponía convertirla en La Montaña de los Museos. Ninguna de estas ideas triunfó, pero es que nada podrá triunfar del todo sin un buen transporte. Maragall ya lo intentó hace más de 30 años. Uno de los titulares de prensa de la época era “poder ir a hacer deporte en metro”. El proyecto acabó muriendo por la confrontación con la Generalitat. Hereu lo volvió a intentar pero fue la crisis la que lo frustró. Ahora, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat sacan de nuevo el proyecto del cajón, alargar la L2 desde Sant Antoni hasta el Parc Logístic, atravesando Montjuïc. Esperamos que este intento sea el definitivo.
Down
Ahora no hay unos Juegos Olímpicos pero hay muchos motivos para intentarlo de nuevo. La ampliación del MNAC, la Fira que crece y se prepara para celebrar los 100 años de la Exposición Internacional del 29, pero sobre todo, que en el regazo, en el down, de Montjuïc está naciendo un nuevo barrio: La Marina del Prat Vermell. Un barrio que la mayoría de barceloneses no sabría situar en el mapa, ni tampoco ha pisado nunca, pero que es el que más ha crecido en el último año, donde se ha hecho más vivienda protegida, donde está planeada la construcción de 12.000 pisos y donde se esperan 28.000 vecinos nuevos los próximos años, ahora tiene 2.597. El barrio está al lado de la Marina del Port, mucho más consolidado, con 35.000 habitantes. Cuando la otra Marina complete las construcciones previstas, ambas sumarán 60.000 vecinos, podrían ser un distrito, pero faltan servicios básicos y, evidentemente, el metro. Ahora hay una sola parada de una línea, la L10, que no lleva directamente al centro de Barcelona. Un problema porque el nuevo barrio de la Marina del Prat Vermell está cerca, pero al mismo tiempo también está lejos de todo. Está cerca de La Rambla –se podría trazar una línea recta hasta Colón– pero en bus se tarda más de 45 minutos. Está junto a Montjuïc, pero la montaña siempre ha hecho de barrera y está muy cerca de un polo económico (Port, Zona Franca y distrito administrativo de la Generalitat) pero en cambio tiene uno de los índices de paro más altos de la ciudad (8,5%). El proyecto de alargamiento de la L2 no lo arreglará todo, pero acercará una montaña e impulsará un nuevo barrio del qué oiremos hablar.