Pisos y plataformas digitales captan el negocio de la prostitución

Cambios en el trabajo sexual

Mujer latinoamericana sin papeles, perfil mayoritario de la trabajadora sexual en Barcelona

prostitución , página web

Redes sociales y plataformas digitales, como la que mira un hombre en la fotografía, alimentan el mercado del sexo 

Ana Jiménez

La realidad de la prostitución ha cambiado desde la pandemia de la covid: pisos y clubs pequeños han cobrado protagonismo mientras que la actividad en la calle se ha reducido de manera significativa en Barcelona. Los grandes burdeles con decenas de mujeres también han pasado a la historia. De esta manera los proxenetas quedan más ocultos y es más complicado acceder a las víctimas de explotación. En este diagnóstico coinciden los Mossos d’Esquadra, la agencia Àbits del Ayuntamiento de Barcelona y entidades sociales como El Lloc de la Dona-Germanes Oblates, una de las pioneras en el acompañamiento de trabajadoras sexuales.

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Los Mossos d'Esquadra han liberado a ocho mujeres procedentes de países sudamericanos que eran forzadas a ejercer la prostitución en dos locales de Barcelona y han detenido a tres personas relacionados con esta trama de explotación sexual. Según han informado este domingo los Mossos, han sido detenidas dos mujeres y un hombre, de entre 35 y 60 años, a quien se les atribuyen delitos de tráfico de seres humanos en la vertiente de explotación sexual, pertenencia a grupo criminal y delitos de tráfico de drogas.

Aunque las realidades de la prostitución son múltiples, los elementos dominantes en la actualidad son la procedencia de Colombia, Venezuela, Perú y de otros países latinoamericanos de la mayoría de mujeres; el papel relevante que juega internet y las plataformas en línea, y la concentración de esta actividad en viviendas convertidas en prostíbulos. “Son mujeres jóvenes con hijos que en muchos casos han empezado con el cibersexo en sus ciudades de origen, que conocen a una captadora que les ofrece venir a España donde les aseguran que ganarán mucho dinero. Llegan a Barcelona y tienen plaza en un piso durante 21 días, luego van a otro en la misma ciudad o viajan a Francia, Italia, Alemania, Kosovo...”, explican fuentes del Grupo de Tráfico de Seres Humanos de Barcelona de los Mossos. El denominador común es que son migrantes con escasos recursos que contraen una deuda de entre 3.000 y 8.000 euros para pagarse todos los gastos del viaje y que, una vez en España, trabajan gratis hasta que logran saldarla; lo normal es que no tengan un horario marcado y que estén siempre disponibles, detallan las mismas fuentes. Una cosa es que se dediquen al trabajo sexual de manera voluntaria y otra que se vean sometidas a un control las 24 horas del día, a ser explotadas, añaden.

Los Mossos subrayan que antes de la covid la prostitución era más visible, en la calle o en macroburdeles, por lo que resultaba más fácil detectar a personas víctimas de trata.

Los pisos son gestionados por mujeres o pequeños grupos que tienen otros negocios, principalmente centros de estética, peluquerías, barberías..., donde blanquean el dinero que obtienen en los prostíbulos, señala la policía autonómica.

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Entre enero y el pasado 31 de octubre, los Mossos han instruido en Barcelona ocho atestados por tráfico de seres humanos en el ámbito sexual frente a los 15 de todo el 2023 o los seis del 2022. Los casos por explotación tramitados se elevan a 38 en el 2024, de los cuales 18 de menores de edad. Una de las operaciones de mayor envergadura en la que la que la explotación sexual confluía con el tráfico de drogas culminó el año pasado gracias al testimonio de una mujer procedente de Colombia a la que le prometieron un empleo de cuidadora de ancianos, pero que al llegar a Barcelona fue obligada a ejercer la prostitución en un local del barrio de Gràcia. Logró escapar y su denuncia facilitó las pesquisas de los Mossos para desmantelar a un grupo criminal que utilizaba a las mujeres para transportar en el interior de su cuerpo cocaína y luego las explotaba sexualmente. La líder que dirigía el negocio está en prisión y la víctima que denunció es una testigo protegida. La historia no acabó aquí, en el burdel también se cometió un asesinato.

Los Mossos desmantelaron en junio este local, en el distrito de Sant Martí, en el que se obligaba a mujeres a ejercer la prostitución

Los Mossos desmantelaron en junio este local, en el distrito de Sant Martí, en el que se obligaba a mujeres a ejercer la prostitución 

Mossos d'Esquadra

Los mossos han tramitado 38 casos por explotación sexual, 18 de los cuales a menores de edad, hasta octubre

El Lloc de la Dona-Germanes Oblates, entidad de larga trayectoria galardonada recientemente con el premio Solidaris de ONCE Catalunya, atiende y ofrece formación laboral a mujeres que ejercen o han ejercido la prostitución, además de visitar periódicamente pisos y clubs para repartir material, informar a las trabajadoras de sus derechos, asesorarlas en temas de salud y jurídicos y detectar si sufren violencia. Durante el 2023 prestó apoyo a 716 personas, de las cuales el 64% en situación administrativa irregular y el 20% demandantes de protección internacional. La mayoría, en concreto el 47%, procedían de Colombia; un 32% de otros países latinoamericanos, principalmente Venezuela, Perú y República Dominicana, y el 16% de África. Estiman que el 18% han sido víctimas de trata.

De los centenares de inmuebles dedicados a la prostitución en el área de Barcelona, el Lloc de la Dona acude a unos 90. “Queremos romper el estigma, mostrar que esto es consecuencia de nuestra sociedad, son migrantes sin papeles y pobres, esta es una salida para ellas. Para la mayoría es algo transitorio, nosotras las preparamos con formación básica y con la oferta de diferentes cursos, de moza de almacén, para cuidar a gente mayor, de peluquería...”, explican en El Lloc de la Dona.

Los abusos se repiten aprovechando la vulnerabilidad de las recién llegadas. Desde esta entidad indican que muchas no han ejercido en su país la prostitución y que no son pocos los clientes que exigen que las mujeres consuman droga con ellos, “el ‘pack’ es chica y cocaína rosa”.

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Xesca Muñoz, responsable del Servei d’Atenció Socioeducativa (SAS) de la agencia municipal Àbits, subraya “el importante cambio que ha experimentado el mercado del sexo en Barcelona en los últimos años por la covid y el uso de las redes sociales; el cliente ya no busca en la calle, es un lugar sólo para los perfiles más degradados”. “Antes eran muy visibles, podíamos contactar fácilmente con ellas, pero con la pandemia se trasladaron a espacios cerrados. Si en el 2017 el 83% de las personas que atendíamos encontraban al cliente en la vía pública, ahora es sólo el 24%. Robadors o el entorno del Barça siguen siendo puntos de prostitución, pero con un número sensiblemente inferior de trabajadoras sexuales”, precisa Muñoz.

El SAS pone a disposición de las mujeres apoyo psicológico, acceso a juristas y a servicios sanitarios. Desde su creación se especializó en las que están en la vía pública.

Plataformas digitales funcionan como una suerte de mercado del sexo en el que el cliente escribe sus críticas

Las posibilidades que brinda internet han impulsado la puesta en marcha de plataformas en línea en las que se anuncian personas que se dedican a la prostitución y se ofertan todo tipo de servicios, en una suerte de mercado del sexo en el que los usuarios hacen críticas de sus experiencias.

Muñoz también lamenta que actualmente es mucho más difícil acceder a pisos por lo que el equipo del SAS contacta con las mujeres a las que presta apoyo a través de los teléfonos que aparecen en estas páginas web de prostitución. En el 2023 accedieron a 1.600 trabajadoras sexuales de esta manera.

“Nos llega gente en situación extrema, relatan coerciones y privación de libertades. Nos cuentan que no las dejan salir cuando quieren, que no pueden escoger a sus clientes, que trabajan y duermen en infraviviendas...”, sigue relatando la responsable del SAS.

Los porcentajes respecto al origen de las usuarias del SAS se han invertido: antes de la pandemia el 70% eran migrantes nigerianas sometidas por sus explotadores con la amenaza de hacerles vudú. Ahora, el 70% son latinoamericanas, principalmente colombianas y peruanas. “La precariedad y las situaciones de riesgo en su país las llevan a venir a Europa en busca de oportunidades; el perfil de las mujeres coincide con la evolución de los flujos migratorios. El 60% de las que atendemos no tienen papeles; en dos años se ha duplicado la entrada de mujeres que se dedican a la prostitución”, precisa Múñoz.

Los tres primeros países de origen de ciudadanos solicitantes de protección internacional en España son Venezuela, Colombia y Perú, que en el 2023 concentraron el 78,7% del total de peticiones, según el informe que publica anualmente la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). En el 2023 se registraron 53.564 demandas de asilo, un 48,7% más que en el 2022.

“El 60% de las personas que atendemos no tienen papeles”, dice Xesca Muñoz, responsable del SAS

“Tengo hijos en Bogotá, no quiero dedicarme siempre a esto, es temporal, pero llegué aquí sin un céntimo, no tenía ni para comer. Muchas acabamos enfermas física y mentalmente, la droga siempre está presente”, relata una mujer veinteañera que aterrizó en Barcelona hace unos meses. A comienzos de diciembre tenía plaza en un piso del centro de la ciudad junto con cinco compañeras y preveía que antes de Navidad la trasladarían a otro inmueble. Las rotaciones de unas tres semanas a las que aluden los Mossos.

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