El reloj astronómico frustrado del Senado
Barcelona secreta
La Acadèmia de Ciències de la Rambla conserva un espectacular mecanismo que el famoso relojero de Gràcia Albert Billeter fabricó a mediados del siglo XIX para la cámara alta, que finalmente se desdijo del encargo
El reloj astronómico conservado en la Acadèmia de Ciències de Barcelona
La Acadèmia de Ciències de Barcelona, en la Rambla, conserva i exhibe en su primera planta un espectacular reloj astronómico construido a mediados del siglo XIX por el renombrado relojero Albert Billeter, autor, entre otros del que corona la torre de la plaza Vila de Gràcia, gran icono del barrio. Fue un encargo del Senado del que la cámara alta finalmente se desdijo. Décadas después, acabó en la academia y allí sigue para admiración de los visitantes.
Billeter tenía su taller en Gràcia, en una vieja masía en la esquina de Torrent de l’Olla con Montseny. Tenía gran fama. Por esta razón, el Congreso de los Diputados le encargó un reloj astronómico que construyó entre 1854 y 1857 y que aún hoy es una de las joyas de la institución. La espectacularidad del reloj hizo que el Senado le encargara otro en 1858. Este era mayor que el del Congreso y con una maquinaria más avanzada. Billeter tardó en esta ocasión 10 años en construirlo.
El reloj lo construyó a mediados del siglo XIX el renombrado relojero Albert Billeter
Como que el encargo se hizo en nombre de la reina Isabel II, su caída tras la revolución de 1868 hizo que el nuevo Senado no lo reconociera. Billeter no cobró el reloj y se lo tuvo que quedar junto con las deudas generadas para financiar su fabricación. Una de ellas era la contraída con el ebanista Agustín Moragas, que ya había modelado el mueble del reloj del Congreso. Por este motivo, Billeter acabó entregando el reloj a Moragas como compensación. Moragas, primero, y sus herederos, después, intentaron venderlo en varias ocasiones infructuosamente, hasta que tras la Exposición Universal de 1888 lo cedieron en depósito a la Acadèmia de Ciències, que lo acabó adquiriendo en 1926.
El Congreso de los Diputados encargó el reloj astronómico a Billeter
El mecanismo del reloj es visible gracias a un gran vidrio integrado en la puerta que lo protege y que es el causante de que sea muy complicado fotografiarlo, pues recibe multitud de reflejos, entre ellos los de unos vitrales que adornan la sala donde se expone y que invaden cualquier intento de captarlo por una cámara. A través del vidrio se pueden admirar todas las esferas con distintos indicadores que contiene, además de la hora local y la de otras ciudades del mundo.
A través del vidrio se pueden admirar todas las esferas con distintos indicadores que contiene, además de la hora local y la de otras ciudades del mundo
Su característica más destacada dos esferas de mayor tamaño enmarcadas en dos círculos centrales formados por los signos del Zodíaco. El superior detalla la posición de la Tierra y la Luna respecto al Sol. La segunda esfera muestra la posición de los planetas del Sistema Solar conocidos en el momento de fabricar el reloj. Es una maravilla.