El paso de la discordia de la plaza de Gardunya se abrirá este verano

Urbanismo

Se trata de una pieza fundamental de la transformación de la parte de atrás del mercado la Boqueria

La plaza de la Gardunya se convirtió hace mucho en el merendero del mercado

Al fondo de la plaza, a través del muro de color más claro, se abrirá el paso en cuestión

Àlex Garcia

El Ayuntamiento de Barcelona detallo ayer que sacó ya a concurso las obras para abrir un paso que una la plaza de la Gardunya y los históricos jardines Rubió i Lluch a través de las dependencias de la antigua escuela Massana. Las obras arrancarán este verano, concluirán a principios del 2026, comportarán una inversión de unos 800.000 euros y pondrán fin a lustros de dudas municipales. El asunto ya pasó por la correspondiente comisión de gobierno.

No se trata de una cuestión baladí. En verdad esta obra es la pieza maestra llamada a transformar la muy denostada parte de atrás del mercado municipal de la Boqueria y de buena parte del corazón del barrio del Raval. En realidad el Ayuntamiento lleva mucho tiempo pergeñando esta iniciativa, desojando la margarita.

El Ayuntamiento dudó durante lustros sobre si esta apertura frenará la degradación de la zona o simplemente la esparcirá

La apertura de los jardines Rubió i Lluch ya estaba contemplada en el proyecto de transformación del aparcamiento del mercado municipal en la plaza de la Gardunya ejecutada en tiempos del alcalde Xavier Trias. Pero luego la continua degradación de la nueva plaza y de los históricos jardines del recinto del Antic Hospital de la Santa Creu despertaron una retahíla de dudas al respecto ¿abrir estos espacios no supondrá esparcir sus problemas mientras sube la presión turística?

De un tiempo a esta parte la Gardunya devino en un distópico punto de encuentro de turistas que compran sus paellas y brochetas en la Boqueria y de trotamundos que acostumbran a pasarse el día bebiendo. Así que los vecinos de la zona prefieren apretar el paso y dejar atrás el lugar lo antes posible. Aquí, quien más a gusto suelen estar, son las palomas y las gaviotas, que se llenan la panza alegremente. Y al otro lado, en los históricos jardines Rubió i Lluch, abundan las instituciones culturales, científicas y académicas, y también las personas sin techo y toxicómanos en busca de refugio.

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Pero el gobierno del alcalde Jaume Collboni marcó la transformación de este lado del Raval como una de sus prioridades de este mandato. El ejecutivo de los socialistas entiende que esta iniciativa es la continuación de la transformación de la Rambla. Estas Navidades el Ayuntamiento instaló en el Antic Hospital de la Santa Creu un urinario de plástico y color gris propio de un festival donde varios hombres pueden hacer pipí a la vez con el objetivo de mejorar la convivencia.

Y hace poco desalojó las dependencias ocupadas de la antigua escuela Massana, tomadas por entidades alternativas la noche de Sant Joan del 2020. Esta desocupación fue clave. Los ocupas siempre dijeron que no permitirán que el Consistorio una la plaza y los jardines, que esta obra aumentará la presión turística sobre el barrio, que lo que quiere el Ayuntamiento es ganar espacio para abrir otro restaurante. Y últimamente añaden que en cuanto puedan volverán a tomar la antigua Massana. Así que el gobierno del alcalde Collboni pisa el acelerador.

La remodelación de los jardines Doctor Fleming y la plaza Gardunya arrancó este lunes

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Àlex Garcia
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