Un piloto de helicóptero británico se enfrenta a una pena de 19 años de cárcel por haber matado a un joven durante una fiesta chemsex en La Baronia del Montseny, en el término municipal de Vallgorguina. La Fiscalía solicita una alta pena de prisión para A. Rainbow, un hombre de 50 años que el 17 de febrero de 2023 acuchilló de muerte a un joven de 38 años al que había contratado para una velada de sexo y drogas. La petición de la fiscalía es el último paso que faltaba para cerrar la instrucción y llevar el asunto a juicio.
En el escrito de acusación al que ha tenido acceso La Vanguardia, el fiscal acusa a A. Rainbow de un delito de asesinato con alevosía al considerar que atacó a la víctima de forma “desprevenida” cuando se encontraba “en la tranquilidad de su domicilio y en el contexto de relaciones íntimas que estaba manteniendo con el atacante”.
Un joven de 38 años fue acuchillado por un hombre de 50 que viajó desde Londres para un encuentro sexual
Los hechos ocurrieron hace dos años. A. Rainbow aterrizó en el aeropuerto del Prat en un vuelo procedente de Londres a las 19 horas. El viaje tenía como único propósito reunirse con Óscar, un joven al que había contratado en ocasiones anteriores y que ofrecía servicios de chemsex , unas fiestas de sexo y drogas. Durante la velada, Rainbow y Óscar tomaron todo tipo de sustancias: cocaína, ghb (ácido gammahidroxibutírico), metanfetamina, anfetamina y MDMA. “Durante el encuentro instalaron un colchón en el salón de la casa y dispusieron distintos juguetes sexuales, viagras y las sustancias estupefacientes”, escribe el fiscal. La fiesta empezó a las 21:45 h. Sobre las 2:45 h, el acusado se dirigió a la cocina y cogió un cuchillo con el que apuñaló a la víctima en varias ocasiones. Óscar trató de huir. Se dirigió a la puerta, bajó las escaleras de la terraza y trató de escabullirse, pero la puerta exterior estaba cerrada por lo que el joven saltó a la calle desde una altura de 3 metros. Logró caminar unos pasos pero se desplomó segundos después debido a la gravedad de las heridas.

Vista desde el interior del patio desde donde tuvo que saltar la víctima para huir del atacante
El joven había instalado cámaras en el interior del domicilio como medida de seguridad, pero al mantener las relaciones con el acusado decidió apagarlas. Sin embargo, también había dispositivos en el exterior que se activaron con el movimiento y que captaron como A. Rainbow salía a la terraza con el cuchillo en mano con la voluntad de rematar al joven. Los vecinos de la casa de al lado al ver lo sucedido llamaron a los Mossos, que tras llegar al lugar de los hechos tuvieron que disparar al aire y reducir al individuo ante la gran resistencia que opuso.
“Me preocupaba que cogieras un cuchillo para atacarme”, le dijo un hombre con el que pasó otra velada 'chemsex' dos días antes del crimen
En el juicio, para el que todavía no hay fecha señalada pero que se celebrará ante un jurado popular, se debatirá si las drogas ingeridas nublaron la conciencia del acusado hasta el punto de no responsabilizarse de lo que hizo. El fiscal y el abogado de la familia de la víctima tienen claro que era consciente de todo. En este punto ha jugado un papel importante unos mensajes de whatsapp hallados en el curso de la investigación que demuestran que el acusado sabía que el consumo de drogas lo volvía violento. Solo dos días antes mantuvo relaciones en el marco de otra fiesta chemsex con un joven británico que al día siguiente le afeó su comportamiento violento. “Estaba realmente preocupado de que no cogieras un cuchillo o cualquier cosa para atacarme mientras decías protegerte de mí. Lo pensé y tuve que marcharme por mi propia seguridad”, escribió. Rainbow lleva en prisión desde el día de los hechos.
Una familia consternada
“La víctima, Óscar T., tenía 38 años cuando fue asesinado. Era padre de una niña de 9 años con quien mantenía una relación de afecto y cercanía”, destaca el fiscal, que agrega que “tenía una relación muy estrecha con su familia basada en la confianza y el cariño y un contacto muy cercano con la madre de su hija. Todos han padecido una gran consternación y sufrimiento a consecuencia de los hechos”. La familia, representados por el abogado Ignacio García Vituri, reclama un pena de 20 años de prisión para el acusado. “Es cierto que pudo tener afectadas sus capacidades, pero conocía los efectos que tenían las drogas en su conducta y podía predecir las consecuencias de su consumo”, advierte el letrado.