El metro de Barcelona se encuentra inmerso en la celebración de su centenario. Un amplio programa de actividades conmemorativas apela a la nostalgia y a la larga historia de un transporte público en el que todos los usuarios tienen su propia historia particular. Pero ni Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ni el Ayuntamiento se quieren recrear más de la cuenta en el pasado y afrontan esta cifra redonda con un futuro en el que se contemplan importantes ampliaciones en la red, más allá del tramo central de la L9, que en los últimos 20 años se ha llevado todos los titulares y las partidas presupuestarias.

Metro Barcelona
La mayoría de prolongaciones planteadas miran al área metropolitana, aunque hay una que se queda muy cerca del centro de Barcelona y afronta una espinita clavada de la Barcelona preolímpica de Pasqual Maragall. La posibilidad de llegar al Estadi Olímpic y el resto de equipamientos de la montaña de Montjuïc en metro vuelve a estar sobre la mesa y ahora parece que puede materializarse, aunque la inversión requerida sea multimillonaria y, por lo pronto, será necesario dedicar unos años a realizar los estudios previos.
El metro llegará a Montjuïc mediante la L2, pero con una prolongación que no tiene como destino final la montaña, ni mucho menos. El objetivo es atravesarla y llevar una nueva línea de metro al nuevo barrio de la Marina del Prat Vermell, la última gran reserva de suelo residencial que queda en la capital catalana y que de este modo sumará una conexión rápida al centro de la ciudad además de la ya existente L10.
Ampliaciones estratégicas
Las líneas del metro del futuro

Más allá de Montjuïc y la Marina, el trazado proyectado de la L2 sigue hasta el recinto ferial de Gran Via en l’Hopitalet, conectándolo así con el recinto de Montjuïc. El nuevo túnel se prolongará hasta llegar a la estación de Parc Logístic, en la Zona Franca, donde se conectará con el ya existente de la L9 para que los trenes de esta línea lleguen también al aeropuerto desde el centro de Barcelona.
Otro proyecto de calado es el correspondiente a la prolongación de la L3 hasta el centro de Esplugues. También cayó en el olvido y el traslado del hospital Clínic a las pistas de la Universitat de Barcelona (UB) en la parte alta de la Diagonal será el revulsivo definitivo para reactivar una actuación fundamental que debe facilitar la movilidad hasta el futuro campus sanitario y dar servicio a la única ciudad que linda con la trama urbana de Barcelona y todavía no tiene metro. La previsión es inaugurarlo en el 2035 y el compromiso es que el metro llegue antes de que el primer médico pase consulta en el nuevo lugar a caballo de la capital catalana, Esplugues y l’Hospitalet.
La Generalitat acaba de licitar la modificación del proyecto constructivo para adaptar a estas necesidades la prolongación de la L3 desde Zona Universitària hasta el centro de Esplugues, con una parada previa. Los técnicos deberán definir el formato exacto pero la intención es colocarla a medio camino del hospital Sant Joan de Déu y el nuevo Clínic, en el extremo del parque Cervantes, de manera que no sea necesario alterar el trayecto previsto. Para subir al materno-infantil se instalarán unos ascensores que permitirán superar el desnivel y para llegar al nuevo hospital de referencia habrá unos largos pasillos que desembocarán directamente allí. En una segunda fase más lejana en el tiempo se abordará la extensión hasta Sant Feliu de Llobregat.
Unas ampliaciones tan pequeñas como estratégicas facilitarán la conexión entre líneas
Mucho menos compleja es la prolongación de la L3 en el otro extremo, entre Trinitat Nova y Trinitat Vella. Es menos de un kilómetro de túnel que permitirá unir bajo tierra dos barrios ahora separados por la Meridiana. No solo será una ventaja para los vecinos. En clave metropolitana facilitará el transbordo de los viajeros entre las líneas 1 y 3 en este ámbito norte de la ciudad, de manera que el tiempo de un trayecto al hospital Vall d’Hebron desde Sant Andreu o Santa Coloma se reducirá a más de la mitad.
Tampoco es muy complicada la prolongación de la L4 de La Pau a La Sagrera, de la que apenas queda medio kilómetro de túnel por excavar. Cuando entre en servicio, facilitará el intercambio entre numerosas líneas (1, 4, 5, 9 y 10) en La Sagrera, donde algún día se espera que también paren los trenes de Rodalies, los de alta velocidad y haya una nueva terminal de buses interurbanos.
También en el lado Besòs se proyecta la prolongación de la L1 desde Fondo hasta el centro de Badalona, una actuación de algo menos de dos kilómetros fundamental tanto para mejorar la movilidad metropolitana como a nivel logístico. Incluye unas nuevas cocheras y talleres que son urgentes para la línea 1, donde aún se utilizan unas cocheras inauguradas hace un siglo en Santa Eulàlia.
La tuneladora de la L9 tiene 1,6 kilómetros por delante para finalizar el tramo central
Todas estas actuaciones forman parte de un horizonte a medio y largo plazo sin calendario definido ni presupuesto por parte de la Generalitat, que es quien financia las obras de ampliación del metro. A corto plazo, sí tiene partidas comprometidas la finalización de la L9, el gran proyecto convertido en quebradero de cabeza para los gobiernos de todos los signos políticos que han pasado por el Departament de Territori durante las dos últimas décadas. La tuneladora está parada en Mandri desde el verano pasado a la espera de una nueva rueda de corte para afrontar los 1,6 kilómetros que tiene por delante hasta Lesseps.

L9
Línea 9
El tramo central debe dar sentido a los extremos norte y sur, ya en servicio

Sin necesidad de esperar a que se alcance ese hito, en el lado norte se está avanzando en la construcción de cuatro nuevas estaciones que ya tienen el túnel hecho desde hace una década. Se trata del tramo entre La Sagrera y Guinardó Hospital Sant Pau, que se sumará al ramal de la L9 Nord, con pozos a más de 50 metros de profundidad que, si nada se tuerce, se llenarán de viajeros a partir del 2027. La obra completa, en cambio, no será antes del 2031.
La prolongación de la L8 supondrá una nueva línea de metro que atraviesa el Eixample
A esas alturas ya debería estar en funcionamiento la prolongación de la L8 desde plaza Espanya hasta Gràcia pasando por Hospital Clínic y Francesc Macià. Este servicio
lo operará Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), que mejorará las frecuencias para los pasajeros de la línea del Llobregat a la vez que se convierte en una línea más de metro que atraviesa la ciudad y conecta las líneas del Llobregat y el Vallès.