Homenaje floral japonés en la tumba de Macià

El álbum

A mediados de mayo de 1934, atracaron en la dársena de Sant Bertran dos históricos cruceros acorazados japoneses: Iwate y Asama . Tras la visita protocolaria al president Companys del ministro plenipotenciario de Japón y del vicealmirante Mat-sushita, junto con otras autoridades, se dirigieron al cementerio de Montjuïc. Al pie de la tumba del president Francesc Macià, recién fallecido, depositaron un gran macizo ovalado de claveles rojos y blancos, los colores de la bandera japonesa.

El día siguiente, a las 9 de la mañana, se efectuaba en la citada dársena el desembarco de dos compañías de marinos con bandera y música. El espectáculo era contemplado por una gran multitud allí agolpada. El contingente se encaminó con marcialidad hacia la calle Tòquio; el desfile fue seguido con curiosidad por la ciudadanía.

Barcelona ya había dedicado en 1930 una calle que fue bautizada con el nombre de Tòquio

En la mencionada calle aguardaban las autoridades. Se procedió a la plantación de cuatro árboles por parte del ministro plenipotenciario nipón, el vicealmirante Matsushita, el ministro de Marina de la República Juan José Rocha y el alcalde Carles Pi i Sunyer.

¿Qué justificaba aquellos actos tan ceremoniosos y cargados de simbolismo?

album permanyer 17 juliol

El alcalde Pi i Sunyer (izquierda), el president Companys y los militares nipones 

JOSEP DOMÍNGUEZ / IMAGEN CEDIDA POR EL ARXIU FOTOGRÀFIC DE BARCELONA

Japón agradecía de esta suerte el haber inaugurado ya el 15 de noviembre de 1930 la calle bautizada con el nombre de Tòquio. La ceremonia, presidida por el alcalde conde de Güell, fue realzada por la presencia de los príncipes Takamatsu, tercer hermano del emperador Hirohito; era la primera vez que un miembro de la casa imperial visitaba Barcelona. La visita fue casi relámpago y de riguroso incógnito.

De ahí, quizá, que se organizara en 1934 una serie de actos con protocolo muy cuidado y a lo largo de tres días.

Unos fueron presididos por las autoridades y otros fueron dedicados a la oficialidad, como por ejemplo la visita turística a Montserrat. No todo fueron banquetes encopetados con discursos o conciertos de su banda militar o una representación de gala en el Liceu, sino también visitas técnicas, como por ejemplo a la Facultad de Medicina.

Y fue llevada a cabo con mucho detenimiento e interés la efectuada a los talleres de la gran fábrica Hispano Suiza, donde les fueron mostrados los nuevos motores de aviación que en su país ya montaba la empresa Mitsubishi.

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