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El puerto de Tarragona renaturaliza un valioso humedal de 38 hectáreas

La otra Ricarda

Els Prats d’Albinyana siempre se consideró un espacio degradado, sucio e insalubre

E humedal en fase de restauración, con el puerto tarraconense de fondo, junto al núcleo turístico y la playa en la Pineda, en Vila-seca

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En una zona de enorme presión industrial y urbanística, junto al puerto de Tarragona y varios bloques de apartamentos, cerca de la petroquímica, languideció durante décadas el humedal de Els Prats d’Albinyana. Un potencial tesoro natural, con especies amenazadas y enorme valor paisajístico y biológico, sumergido entre el olvido y el abandono. Reducto natural en el núcleo de la Pineda (Vila-seca), junto a la playa, se consideró durante mucho tiempo como un lugar degradado, insalubre y sucio.

“Ha sido un lugar antropizado y maltratado”, destaca Pere Segura, alcalde de Vila-seca. Un cúmulo de circunstancias y la voluntad política lo han convertido en un proyecto de renaturalización modélico, impulsado por el puerto de Tarragona, propietario de los terrenos, como medida de compensación pactada y exigida por parte del Ayuntamiento de Vila-seca y la Generalitat para poder ampliar su área logística. Ayuntamiento y Generalitat participarán en la gestión del espacio junto al puerto.

El humedal, en unos terrenos que originariamente tenían uso agrícola, ha adquirido el blindaje que supone formar parte de la Red Natura 2000 y estar en zona protegida (PEIN). Se tuvieron que realizar expropiaciones, derruir viejas construcciones y limpiar el espacio de los residuos vertidos, además de actuar ante la entrada de especies invasoras.

Por su valor natural y dimensión, de 37,8 hectáreas, después de la recuperación de l’Estany d’Ivars es la obra de restauración medio ambiental más importante que se ha hecho en Catalunya en 25 años, según sostienen desde el puerto de Tarragona.

La restauración empezó hace un año y las obras, que en una primera fase consistieron sobre todo en un gran movimiento de tierras, ya están a más del 50% de ejecución. A finales de año estará listo.

Es una de las zonas húmedas recuperadas de más valor entre el delta del Llobregat y el delta del Ebro

Se convertirá, según los técnicos que han ejecutado el proyecto, en una de las zonas húmedas más importantes entre el delta del Llobregat y el delta del Ebro. Casi un milagro convertido en realidad que se articulará como un gran espacio natural visitable de forma regulada, con caminos internos y puntos de observación. La fragilidad del humedal, con especies animales de gran valor, obligarán a protegerlo con esmero.

El Ayuntamiento de Vila-seca proyecta además un gran centro de interpretación (Cal·lípolis) pegado al humedal sobre la biodiversidad del lugar y su valor estratégico, en medio de una zona súper industrializada. El estudio catalán de arquitectos RCR, premio Pritzker, está elaborando el proyecto con un presupuesto de más de ocho millones de euros.

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Además de una profunda limpieza, el proyecto de renaturalización ha consistido en la creación de una gran laguna (10,7 hectáreas) con una isla central de casi tres hectáreas. Aquí es donde se espera se detengan las aves durante los procesos de migración o que ejemplares como la gaviota de Audouin puedan nidificar. También será el hábitat de especies acuáticas, convertida la gran laguna en motor ecológico del humedal.

El plan incluye un bosque de ribera con la plantada de más de 13.000 árboles, incluidos sauces, olmos o álamos, para favorecer la presencia de las aves.

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Los técnicos encargados de supervisar el proyecto explican con sorpresa que el abandono de toda la zona húmeda durante décadas, sin presencia humana, ha favorecido la recuperación “espontánea” de varias especies de animales. Se han localizado más de ochenta anguilas, lo que demuestra la conexión entre el humedal y el mar, a escasa distancia.

Entre las especies halladas destaca la presencia del chorlitejo patinegro, la mariposa monarca o el escarabajo azul. Hay casi una decena de especies protegidas. Durante las obras de renaturalización se han trasladado cientos de animales, de 40 especies, a un espacio natural cercano, el de la Séquia Major. “Ha sido un proyecto de gran meticulosidad para proteger toda la fauna y la flora: como si fuese una actuación arquitectónica con yacimientos arqueológicos”, compara el alcalde Segura.

Con el tiempo se quiere consolidar como un gran pulmón verde en el litoral de Tarragona. “Devolvemos al territorio parte de las heridas que ha podido causar la actividad urbana e industrial”, explica Santiago Castellá, presidente del puerto de Tarragona. El siguiente desafío será preservar el humedal en el futuro, finalizadas las obras de restauración.