Es un fenómeno que un día tendrá que estudiarse en las universidades. ¿Por qué en Catalunya hay tanta gente a la que le chiflan los trenes? Por la calle son personas como cualquier otra, pero si las llevas a una estación terminal, son capaces de identificar cualquier locomotora, de hablarte de los voltios que llegan a través de la catenaria, de explicarte cómo funciona el enclavamiento (el cerebro que controla las señales), de detallarte con fechas y nombres la evolución del vapor a la electricidad. Uno de estos frikis -en el buen sentido de la palabra- es el ingeniero de caminos, canales y puertos Luis Ubalde, que tiene la suerte de haber convertido su pasión en su profesión. A partir de ahora, tras unos años dirigiendo los trabajos en la Sagrera, liderará la oficina técnica del plan de Rodalies 2020-2030, el nuevo think tank ferroviario de Catalunya que tendrá como misión velar por que las obras en marcha, casi 200, afecten lo menos posible a los trenes de los que a diario siguen dependiendo más de 400.000 viajeros.
Este nuevo organismo se pactó la semana pasada en la reunión que el president Salvador Illa mantuvo con los máximos responsables de Renfe y Adif. La consigna está clarísima y la ha vuelto a repetir la consellera de Territori, Sílvia Paneque, este mismo jueves: “No podemos renunciar a la inversión, pero tenemos que hacerlo de manera que se pueda garantizar el correcto funcionamiento de Rodalies”. Una sutil manera de admitir que hasta la fecha esto no ha sucedido, porque no solo están los cortes del servicio, lógicos para poder trabajar sobre la infraestructura, también está el día después de recuperar la normalidad, que en algunos casos ha sido muy deficiente. Los ejemplos más claros son las caóticas semanas posteriores a la reapertura del túnel de Roda de Berà, en Tarragona, o el fin de la primera fase de la duplicación de vías entre Parets y La Garriga de la R3.

Trajín de viajeros, en la estación de Sants
Parte de la presentación de la oficina, que empezará a trabajar en octubre, ha corrido a cargo de otro enamorado de la causa ferroviaria, el comisionado del traspaso de Rodalies, Pere Macias, que lo primero que ha hecho es glosar la obra literaria de Ubalde, que tiene dos libros escritos sobre la historia ferroviaria de Catalunya. “Nuestra gran obsesión en estos momentos -ha sostenido- es causar el mínimo de afectaciones en el servicio y que, cuando haya obras, se tengan que ejecutar los menos cortes de circulación posibles”. Unos y otros han ido y venido sobre la misma idea.
“Simboliza la voluntad de trabajar de manera más organizada, colaborativa y con rigor”, ha añadido la responsable de Territori. Sorprende ante semejante despliegue de team building que Renfe haya quedado al margen de la nueva oficina. Dependerá 100% de Adif, que pagará los sueldos de los 10 miembros del equipo liderado por Ubalde, que tendrá como nave nodriza las instalaciones de Adif en la Sagrera para, más adelante, moverse a Ocata. La Generalitat sí mantendrá sus reuniones periódicas con el gestor ferroviario, pero el operador queda al margen, quizás a expensas de que se termine de constituir la nueva empresa mixta de Rodalies de Catalunya, que será la que explotará la circulación de trenes.
Ritmo inversor
Del plan de Rodalies 2020-2030 ya se han contratado 4.000 millones de euros, de los 2.500 están ejecutados (obra hecha)
A día de hoy, ha detallado Paneque, en Catalunya hay en marcha 189 proyectos de distinta envergadura a lo largo de 1.200 kilómetros de red ferroviaria. Del plan de Rodalies de década, ya se han contratado 4.000 millones de euros, de los que 2.500 ya están ejecutados (obra terminada) y el resto están movilizados de una u otra manera (proyectos en concurso o trabajos en marcha). Para llegar a la promesa lanzada a finales de 2020, falta por contratar cerca de 2.300 millones de euros.
Antes de que termine el año están previstos cortes importantes de la circulación en cinco puntos de la red: Garraf, Castelldefels, Parets-La Garriga, Figueres-Portbou y Montcada. En todos estos casos, y en el resto de intervenciones, la nueva oficina realizará un seguimiento técnico de las obras, echará una mano en la burocracia para acortar plazos, tratará de identificar puntos flacos para poder anticipar y evitar problemas y asesorará en la redacción de proyectos para que las posibles cortes sean lo más cortos posibles y en momento

las obras ferroviarias de la Sagrera
Tras el acto, Ubalde ha admitido que asumió la responsabilidad “con cierto vértigo pero convencido de que este trabajo es un tren que pasa una vez en la vida”. Ha puesto como ejemplo los años que lleva trabajando en la Sagrera donde, explica, “el trabajo en equipo y rodearse de personas que creen en lo que están haciendo ha sido fundamental para poder ir cumpliendo con las fases del proyecto”. Sobre lo está por venir, asemeja el derecho a la movilidad con elementos caseros: “Es impensable dejar a la gente sin gas o agua en sus hogares. Creo que con la trenes tenemos que pensar de la misma manera, encontrando el equilibrio entre la construcción y la prestación del servicio”. En el mismo sentido se ha expresado el presidente de Adif cuando ha indicado que el “interés general de las obras debe ir de la mano del territorio”. Luis Pedro Marco ha pedido paciencia a los usuarios y les ha pedido disculpas en no menos de tres ocasiones. Y ha celebrado, en un guiño a Paneque, que el plan de Rodalies se desarrolle en “la senda del diálogo leal entre administraciones”.