Se hicieron virales en redes sociales este verano unas imágenes en las que una pareja de guardias urbanos, de paisano y en moto, se detienen junto a un vehículo en un semáforo de la Via Laietana de Barcelona y alertan al copiloto sobre el riesgo de asomar el reloj por la ventana. Los policías, tras identificarse, insisten al hombre, turista extranjero, que actúe con prudencia.
La pareja de agentes, del grupo de delincuencia urbana, especializados en ladrones multirreincidentes, entendieron que aquel reloj de alta gama que asomaba por la ventana era un reclamo demasiado goloso para los amantes de lo ajeno. Otra cosa es que su actuación gustara más o menos a los responsables políticos de la ciudad, que insisten en reivindicar unas estadísticas que recogen una bajada de prácticamente todas las denuncias relacionadas con los delitos contra el patrimonio, en los últimos diez meses.
El ladrón fue detenido el jueves en la calle de la Cera tras ser localizado por los ‘fura’ de Ciutat Vella
El robo con violencia de relojes de alta gama se ha mantenido estable este verano, con semanas intensas con varios asaltos al día y con un dato que merece un titular: la sustracción del que parece ser el reloj más caro robado y denunciado hasta ahora en Barcelona.
El pasado 29 de agosto, a la altura del número 18 del paseo Marítim del Port Olímpic, un ciudadano chino que estaba sentado en la terraza de una cafetería sufrió un tirón y le arrebataron con violencia el reloj. No era una pieza cualquiera. Se trataba de un Richard Mille Chronograph RM65-01 al que había incorporado algunos elementos extras y que está valorado en unos 500.000 euros.
La imagen del reloj que la víctima aportó para tratar de encontrarlo
La víctima sufrió arañazos en el brazo y dudó en un primer momento en presentar denuncia. Había llegado hacía unos días a la ciudad, para participar en un torneo de póquer en el Casino de Barcelona por cuya inscripción pagó 100.000 euros. Finalmente, denunció y aportó varias imágenes suyas con el reloj en la muñeca izquierda, una pieza muy llamativa con la correa de caucho de un azul turquesa intenso. Poco habitual.
El hombre abandonó Barcelona hace semanas y todavía no ha enviado a los Mossos la documentación que acredita la compra del reloj y confirmaría que se trata de una pieza auténtica y no una más de las excelentes réplicas que se llevan con cada vez mayor frecuencia pero si son sustraídas se denuncian como auténticas. Aunque en esta ocasión no parece que se trate de una imitación, como confirma a este diario un responsable del grupo Titani de los Mossos, especializado en esta tipología de delito. El autor del robo fue identificado y el viernes por la tarde, después de que su imagen fuera compartida con los policías que están permanentemente en las calles, una pareja del fura de Ciutat Vella lo reconoció y detuvo en la calle de la Cera. Tiene 19 años, 13 antecedentes policiales y, evidentemente, no dijo nada del reloj.
Solo en las últimas dos semanas, los mossos del Titani detuvieron a siete personas acusadas de ser los autores de algunos de los robos de relojes que instruye este grupo. Como en el caso de la pieza de medio millón de euros, estos investigadores trabajan con la ayuda de las imágenes de las cámaras de seguridad, entre otros elementos.
El arrestado tiene 19 años, 13 antecedentes policiales y, evidentemente, no dijo nada del reloj cuando le cazaron
El pasado jueves 18 de septiembre, después de que dejara una de las suites del Palauet del paseo de Gràcia, cuatro individuos rodearon y arrancaron con violencia a un visitante un reloj valorado en 120.000 euros. Lo primero que hicieron los investigadores es ir a comprobar las imágenes de las cámaras de seguridad del hotel y la del resto de establecimientos para identificar a los asaltantes.
La mayoría de estos robos, asegura el mismo interlocutor, están protagonizados por oportunistas ladrones que actúan con violencia y lo mismo estiran una cadena de oro que se llevan a la carrera un teléfono o arrancan, solos o en grupo, un buen reloj.
Operativo de los Mossos d'Esquadra
Hace dos sábados, a la altura del número 24 del paseo de Picasso, tres jóvenes rodearon a un visitante al que arrebataron con violencia un Maserati valorado, aseguró, en más de 80.000 euros.
Solo los profesionales del robo de relojes dedican un tiempo previo para confirmar la autenticidad de la pieza. Merodean por los establecimientos de lujo, hoteles o restaurantes y, en cuanto detectan un buen reloj, tratan de acercarse y grabar unas imágenes que envían a un tercero, conocedor del producto y capaz de determinar la autenticidad con unos segundos de grabación.
Los robos de relojes de lujo no son un problema exclusivo de Barcelona. Este julio, Eurojust coordinó a las policías de España, Francia e Italia para detener en este último país a nueve miembros de una banda especializada que se dedicaba al robo de relojes de lujo, principalmente en Ibiza, Saint-Tropez y Milán. Los sospechosos saltaban de un sitio al otro buscando piezas exclusivas que previamente les habían solicitado receptadores que ya tenían compradores esperando unos relojes que es muy difícil encontrar en el mercado legal por el reducido número que las marcas de lujo producen.
