Las penurias de un taxista barcelonés detenido en Francia porque sus clientes no tenían papeles

Movilidad

El conductor cuenta que tras dos noches en un calabozo ahora se encuentra pendiente de juicio

 taxista detenido en Narbona por llevar viajeros sin documentación ll

Juanjo Sánchez, en una parada de taxis de Barcelona

Xavi Jurio

Un taxista del barrio de la Prosperitat de Barcelona fue detenido en Francia porque sus pasajeros no tenían su documentación en regla. Este es el relato de las muy inesperadas penurias de Juanjo Sánchez. “Me pasé dos noches durmiendo en calabozos y me picaron un montón de pulgas –dice incrédulo, aún sin creerse que es el protagonista de esta rocambolesca historia–. Ahora tengo el taxi inmovilizado y encima todavía estoy pendiente de juicio”.

Sobre las once y media de la noche del 12 de agosto Sánchez circulaba por el paseo de Sant Joan. “Un hombre muy amable me dijo que unos amigos suyos necesitaban viajar hasta Narbona porque la madre de uno de ellos se encontraba muy enferma –prosigue este conductor de 52 años–. Se trata de un servicio muy normal. A veces la gente tiene urgencias. Yo otras veces llevé clientes a Galicia, Madrid, Cádiz... pero la verdad es que nunca había salido de España”.

“Me quitaron los cordones y me metieron en una celda donde me picaron un montón de pulgas”

Los cuatro pasajeros no hablaban ni castellano ni catalán, pero se mostraban muy amables. El viaje transcurría con normalidad. “Y al poco de entrar en Francia me encontré con un control de la Gendarmerie y me paré tranquilamente –recuerda el taxista–. La verdad es que podría haberme ido por otro lado, pero me estaba haciendo un lío con el Google Maps...”. Los policías del control pidieron a todos su documentación...

“Y mis pasajeros no la tenían en regla. Que son ilegales, me dicen los policías, que estoy metiendo ilegales en el país ¡y me cogen y se me llevan a una comisaría! yo no sé ni en qué pueblo estaba ¡me quitaron los cordones de los zapatos para que no me suicidara! el caso es que en la celda de al lado hay otro taxista que me cuenta que le ha pasado lo mismo. Y a los pasajeros los dejan marchar al poco ¡yo no entendía nada! hasta que llegó una traductora... Me preguntaron cuánto tiempo llevaba metiendo gente en Francia ¡si yo jamás había salido de España!”.

Sánchez fue trasladado a Perpiñán, donde pasó otra noche antes de pasar a disposición judicial. “Y aquel calabozo sí que estaba sucio ¡ahí es donde me picaron las pulgas! yo pedí una fregona, porque aquello estaba fatal... Y me declaré culpable, sin poder ducharme ni nada, porque me lo dijo el fiscal, porque era obvio que había hecho lo que había hecho ¡pero yo no tenía ni idea! y todo el rato rodeado de policías, como si fuera Al Capone, y luego me dejaron marchar, pero mi taxi se quedó allí, inmovilizado. Me bajé a Barcelona en un autocar. Mi mujer me compró el billete por internet”.

El juicio de Sánchez tendrá lugar el 6 de enero. “Ahora estoy buscando un abogado francés con la ayuda de la traductora, que es muy maja, porque el que me pusieron de oficio no da señales de vida. Y a ver si así consigo un documento que acredite la inmovilización de mi taxi, porque en el Institut Metropolità del Taxi me dijeron que si no lo presentaba no podía trabajar con mi licencia y otro coche. Así que ahora, entretanto, trabajo como asalariado, para una flota, en el turno de noche”.

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