Un pueblo del Alt Empordà se queda sin escuela cinco años después de abrir

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El alcalde de Palau de Santa Eulàlia aduce razones económicas, las familias ven el cierre “injustificado”

La escuela publica de Palau de Santa Eulàlia (Alt Empordsà), cuenta con 15 alumnos inscritos. Pere Duran / Nord Media

El centro educativo ocupa el edificio que antes era el Ayuntamiento de Palau de Santa Eulàlia

Pere Duran / NORD MEDIA

Solo cinco años después de que reabriera sus puertas, tras cinco décadas clausurada, cerrará de nuevo al terminar este curso la escuela rural de Palau de Santa Eulàlia, un pequeño municipio de poco más de 130 habitantes del interior del Alt Empordà, a 20 minutos de Figueres.

Ubicada en dependencias municipales, en lo que era antes el Ayuntamiento, consultorio y centro cívico, el actual alcalde Xavier Baldrich aduce razones principalmente económicas para justificar una decisión que ha sido criticada por las familias, que consideran “injustificado” el cierre. “Cerrar una escuela rural es condenar a un pueblo a desaparecer”, explican desde la Asociación de Familias de Alumnos (AFA).

De los 18 alumnos de infantil, primaria y guardería, solo dos viven en Palau de Santa Eulàlia

Los perjudicados son los siete alumnos, entre educación infantil y primaria, y los once de la guardería, abierta en el mismo espacio en 2022, que también echará el cierre en junio de 2026 si nadie lo remedia. De los 18 alumnos, solo dos, que son hermanos, residen en Palau de Santa Eulàlia. Esta ha sido otras de las razones que arguye el alcalde para prescindir de la escuela a final de curso.

“Con los pocos recursos de los que disponemos, hay que invertirlos en satisfacer las necesidades de la gente del pueblo, no tiene demasiado sentido que los tengamos que destinar a escolarizar también a los niños de otros pueblos”, explica Baldrich, que se presentó en los últimos comicios municipales bajo las siglas de Agrupació d’Electors de Palau de Santa Eulàlia.

Interior de la escuela rural, que abrió sus puertas en 2021.

Interior de la escuela rural, que abrió sus puertas en 2021.

Pere Duran/Nord Media

El edil señala que cuando llegaron a la alcaldía en 2023, se encontraron con un déficit de 124.000 euros, cifra que –asegura- supera el 50% del presupuesto ordinario, que ronda los 200.000 euros. “No era un déficit puntual sino estructural, que cada año se incrementaba en unos 30.000 euros”, dice. 

Los números rojos llevaron al Consistorio a presentar un plan de saneamiento que la tutela financiera de la Generalitat les obligó a redactar para el periodo 2024-2027. A raíz de ese plan, el Consistorio recortó en algunos servicios, despidiendo a la administrativa, eliminando servicios extraescolares y reduciendo el servicio de limpieza. 

Eso, sumando a un avance de anualidades de los fondos de cooperación de la Diputación de Girona por valor de 35.000 euros, que deben devolver, y una aportación excepcional por parte del Gobierno, saldaron el 2024 con un remanente positivo de 85.000 euros. “Es una condición de la estabilidad presupuestaria y el objetivo del plan de saneamiento”, dice Baldrich. El gasto anual que supone la escuela ronda los 25. 000 euros, el 10% del presupuesto ordinario, según fuentes municipales.

La idea de reabrir el centro educativo nació del exalcalde Xavier Camps (ERC). Una apuesta que validó también el Departamento de Educació, que en 2021 inauguraba la escuela de la mano del entonces conseller, Josep González-Cambray, que lo puso como “ejemplo para atender las necesidades de escolarización de las familias del pueblo”. 

“Cerrar una escuela rural es condenar a un pueblo a desaparecer”, explican desde la Asociación de Familias de Alumnos (AFA)

En aquel primer curso se contó con seis alumnos, entre infantil y primaria. El exalcalde explica que la apertura de una escuela rural hay que basarla “no a partir de la foto actual del padrón del municipio”, sino con la idea de que contribuya a que en un futuro más familias apuesten por ir a vivir al municipio y echar raíces. Explica que los primeros años tras su apertura, tres familias con dos hijos cada una llegaron al pueblo. 

“Con los pocos recursos de los que disponemos, hay que invertirlos en satisfacer las necesidades de la gente del pueblo, no tiene demasiado sentido que los tengamos que destinar a escolarizar también a los niños de otros pueblos

Xavier BaldrichAlcalde de Palau de Santa Eulàlia

Critica la decisión del actual alcalde de prescindir del centro educativo y dice que si no hay más niños que acudan a la escuela –son 9 los que están en edad escolar– es porque el actual alcalde “ha infundido el miedo de que la iba a cerrar”.

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La Generalitat, que en su momento vio viable la apertura de la escuela, asegura que no puede oponerse al cierre por las razones económicas y de alumnado esgrimidas por el alcalde. El centro de Palau de Santa Eulàlia forma parte de una Zona de Escolarización Rural (ZER) Empordà, junto con los centros de Cistella, Garrigàs, Pont de Molins y Vilanant, separadas por pocos kilómetros, un modelo que e Suman unos 150 alumnos y 24 docentes, según se puede consultar en su página web.

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