Cada día resultan heridas 23 personas en un siniestro de tráfico en Barcelona. Es cierto que la ciudad ha logrado en los últimos años reducir la cifra de fallecidos (11 en el 2024, la cifra más baja desde que hay registros) pero los números siguen muy lejos del objetivo de cero víctimas. La reciente muerte de dos menores en circunstancias muy similares (fueron atropelladas por autobuses) ha puesto en alerta al Ayuntamiento. En la comisión de Presidencia, Seguridad y Régimen Interior, se ha debatido sobre estas dos tragedias. El teniente de alcalde Albert Batlle ha prometido que se tomarán medidas en los dos puntos: acera más ancha y una cámara de control fotográfico y mejora en la señalización.
El concejal del PSC ha comparecido a petición del PP y ha recordado que los dos casos están judicializados, por lo que, por ahora, es imposible abordar las circunstancias concretas de los dos casos. El 28 de octubre, una adolescente de 14 años, que iba acompañada de su madre, perdió la vida a la altura del número 107 de Gran Via de Carles III, muy cerca de la Diagonal. Un bus interurbano la atropelló. Pocos días después, el 2 de noviembre, otra menor de 11 años resultaba arrollada también por un bus, en este caso urbano, junto al 595 de la Gran Via, donde se encuentra el teatro Coliseum. La niña falleció al día siguiente en el Hospital Clínic. “En ambos siniestros -ha detallado Batlle- la Guardia Urbana y los servicios de Movilidad del Ayuntamiento se desplazaron a los lugares para estudiar qué mejoras se pueden implementar para evitar que se repitan tragedias como estas”.
La acera y la calzada de la Gran Via, en el lugar en el que una menor de 11 años fue arrollada por un autobús
El responsable municipal de Movilidad ha avanzado dos medidas. Para el caso de Carles III está prevista la instalación de “una cámara de control fotográfico”. En cuanto a la Gran Via, Batlle ha hablado de una “ampliación de la acera”, pero basta con darse una vuelta por el lugar para comprobar la dificultad de la empresa. Es cierto que el corredor peatonal lateral es estrecho, pero justo al lado tiene el carril bus y un vial ciclista. Después ya viene la línea de árboles (intocable) y la rambla-paseo central. Resulta difícil adivinar de dónde saldrá el espacio para dar más holgura a los viandantes que pasean bajo la línea de fachada de los edificios.
La idea, detallan fuentes municipales es que antes de Navidad se haga una intervención provisional para ampliar la acera, con unas plataformas de 1,5 metros de ancho desde Rambla Catalunya hasta pasado el Coliseum. En este tramo, ahí está la trampa, se eliminará el carril bici, cosa que no gustará lo más mínimo a las entidades que defienden a la bicicleta en Barcelona. La de los ciclistas compartan espacio con los autobuses de TMB es una situación que ya se vive en Via Laietana, Pi i Margall y Creu Coberta. En el segundo trimestre del 2026 se ejecutará un proyecto definitivo “para consolidar esta intervención”.
