BComú desespera a Collboni, que se aboca a la cuestión de confianza por el presupuesto del 2026
Política municipal
Los socialistas dan de plazo hasta el pleno del viernes para pactar las cuentas del 2026, mientras que los comunes piden “tiempo, concreción y valentía”
Gemma Tarafa (BComú) y el teniente de alcalde Jordi Valls, este miércoles, charlan tras la incolora comisión de Economía
En el 2026 se cumplirán 15 años de la victoria de Xavier Trias en las elecciones municipales que dieron la alcaldía a CiU. No fue solo un cambio de era después de tres décadas de gobiernos socialistas en la ciudad, también marcaron el inicio de una nueva época de alambicada aritmética política, con un pleno más atomizado y nuevos partidos que rompieron el statu quo instalado en Sant Jaume. El resultado es un Ayuntamiento al que le cuesta más avanzar. Lo vemos estos días, una vez más, con la negociación de los presupuestos del 2026. El PSC tiene 15 votos garantizados (sus 10 y cinco de Esquerra), pero tiene que llegar a 21 y para ello solo puede contar con BComú. El partido que ahora lidera Janet Sanz prefiere alargar el diálogo, pero el gobierno tiene prisa: la decisión final, persevera, tiene que tomarse el próximo viernes.
Este miércoles se ha celebrado una fugaz comisión extraordinaria de Economía para resolver las cerca de 600 alegaciones a la propuesta de cuentas presentada en público el 9 de octubre. Se ha cumplido el guion clásico de este tipo de cónclaves, con la oposición acusando al gobierno de orillar el consenso y con el gabinete del alcalde tendiendo la mano y blandiendo un presupuesto que se centra en las necesidades reales de la ciudadanía. Aquí, en el fondo, lo que estaba sobre la mesa es cómo Jaume Collboni podrá dar salida a los números del próximo ejercicio, el tercer presupuesto en el contador de su primer mandato municipal.
Valls, durante su alocución en defensa de las cuentas del año que viene, este miércoles
En 2025 tocó prorrogar las cuentas del 2024, y para las del 2024 tuvo que echar mano de la cuestión de confianza, una herramienta contemplada en la ley orgánica del Régimen Electoral General por la que la oposición dispone de 30 días para encontrar un candidato a la alcaldía. Si no dan con el aspirante, cuentas aprobadas, amén del desgaste político del regidor vigente. Ese es el as en la manga que guardan los socialistas, ya que saben que en vísperas electorales, esto es, de cara al presupuesto del 2027, no se puede usar la cuestión de confianza (tocará otra prórroga, ya se lo avanzamos). La otra salida es pactar con los comunes. El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, lo ha expresado con mucha claridad este miércoles: “La ciudad no puede esperar ciertos tempos, y como no puede esperar, tiramos adelante”.
Los comunes
“A la respuesta que hemos recibido le falta concreción y valentía; falta tiempo”, sostiene la concejala Tarafa
Se refería a su deseo de finiquitar el tema, a más tardar, el viernes, cuando se celebra el pleno del mes de noviembre, anticipado porque la semana que viene medio Ayuntamiento se marcha a la feria internacional del libro de Guadalajara. El concejal socialista respondía así a las palabras de la edila de BComú Gemma Tarafa, que ha pedido más tiempo para seguir negociando: “¿Usted quiere presupuestos, señor Valls? Conoce bien las propuestas y a día de hoy, a la respuesta que hemos recibido le falta mucha concreción y valentía para aterrizar las propuestas”, ha resumido.
Tarafa, este miércoles, defendiendo la postura de BComú
Horas antes, por la mañana, Janet Sanz ha solicitado en los micrófonos de Catalunya Ràdio la implicación personal de Collboni, mientras que un portavoz municipal ha dicho poco después que la voluntad de acuerdo “se mantiene hasta el último minuto”, aunque también ha señalado que el plazo vence el viernes, concretamente, a las 9.59 horas, un minuto antes de que empiece el pleno municipal. “El interés de la ciudad no se puede supeditar a otros intereses”, ha zanjado.
Lo que separa a ambas partes no es cosa menor. Entre otras cosas, los comunes reclaman que se recupere el plan de ejes verdes, es decir, pacificar Sants-Creu Coberta y el paseo de Maragall, y terminar la obra de Consell de Cent hasta Glòries. También quieren frenar la promoción turística de Barcelona y muscular la política pública para hacer frente al sinhogarismo. En todo hay diferencias muy importantes que Valls resumió con sutileza: “Valientes sí, pero responsables también”. Se refería, entre otras cosas, a los procesos judiciales abiertos contra el proyecto de supermanzana.
Tarafa y Valls, tras la comisión, en dependencias municipales
La comisión, además de ventilar las alegaciones, se ha resuelto con una reserva de voto de los comunes al presupuesto (o sea, que decidirán en el pleno). Patada al balón hacia delante. Así las cosas, el viernes pueden pasar tres cosas: acuerdo y bloque unido de la izquierda municipal, abstención (menos doloso que la negativa total y BComú sin compadrear con la derecha) o voto en contra y que empiece la campaña electoral.