Un cartel de Barcelona lleno de imanes cutres: arte urbano contra la masificación turística

Proyecto municipal

La señal puede verse en Via Favència y es una metáfora sobre “la ciudad que pierde su esencia” y que se convierte en un decorado asediado por forasteros

Octavi Serra, en plena faena para instalar los cerca de 800 imanes que ya llenan este cartel sito en Via Favència

Octavi Serra, ayer, en plena faena para instalar los cerca de 800 imanes que ya llenan este cartel sito en Via Favència

Nacho Vera

En la imagen superior solo hay una veintena de imanes, pero tres horas más tarde, este cartel estaba ayer a mediodía lleno de las figuras magnéticas más terribles que uno puede comprar en las tiendas de souvenirs de la Rambla. Guitarras, toros al estilo Miró, el dragón del Park Güell, una pata de jamón, la Sagrada Família en todas sus posibles versiones, una paella, la estelada o la bandera de España. No es ningún acto de vandalismo y Via Favència no marca la entrada de la ciudad; se trata de una de las 18 propuestas de arte urbano incluidas en un proyecto municipal desarrollado en Nou Barris.

La obra, ya casi terminada, con un curioso vecino echando un vistazo

La obra, ya casi terminada, con un curioso vecino echando un vistazo

Carlos Márquez Daniel

La obra lleva la firma del artista visual y diseñador Octavi Serra, que con esta propuesta invita a reflexionar sobre “un turismo que cada vez tapa más la realidad de Barcelona”. Parte de un elemento universal: el cartel que anuncia la entrada a una ciudad, un símbolo inocuo que aquí se convierte en un “artefacto crítico”. Se trata, explican los organizadores, de una “metáfora directa y contundente sobre cómo el turismo masivo puede llegar a devorar la identidad del lugar que visita”. “La ciudad -añade Serra- desaparece detrás de su propio decorado”. 

El objetivo

“Es una metáfora directa y contundente sobre cómo el turismo masivo puede llegar a devorar la identidad del lugar que visita”

“Solo faltan imanes de Cobi y de Copito de Nieve”, bromeaba ayer Marc Garcia, director de Rebobinart y responsable del proyecto. Este veterano dinamizador del arte urbano en Barcelona (suyo fue el proyecto de Murs Lliures que permitía grafitear legalmente determinadas paredes de Barcelona) no tiene ninguna duda de que esta es la obra más controvertida de las 18 que forman parte del proyecto municipal Nou Sentit Urbà, destinado precisamente a acercar el arte callejero a Nou Barris, un distrito repleto de espacios (paredes de edificios, grandes llanuras de cemento, muros sin gracia ninguna...) Perfectos para plasmar alguna propuesta artística.  

Uno de los imanes, un práctico abridor, colocados sobre el cartel de Barcelona

Uno de los imanes, un práctico abridor, colocados sobre el cartel de Barcelona

Nacho Vera

Cuenta Garcia que la señal la compraron a una empresa que se dedica a esto, es decir, a construir señales de tráfico. “No lo entendían, se quedaron alucinados”. La instalación en Via Favència no ha sido cosa menor: ha tocado perforar el suelo (el efecto vela, con el viento sobre la Ronda de Dalt, es siempre peligroso) y unos enormes tornillos la atan a un parterre del techo de la arteria viaria. Mientras Octavi se toma un respiro, varios vecinos pasan frente a la señal, la fotografían, y algunos se prestan a la tertulia. 

“A mi me encanta”, dice una joven que, sin embargo, admite no pillarle el sentido. Otro considera que el Ayuntamiento se tendría que gastar el dinero en otras cosas. El de más allá, y no es el único, sostiene que los imanes van a durar un telediario: “Los van a robar, seguro”. Octavi y Marc aseguran que están bien pegados, pero hace frío y la cola parece que tarda en hacer efecto. En cualquier caso, hay excedente. Sería, sin embargo, una bonita culminación de la metáfora originaria, con la ciudadanía borrando el turismo para que el cartel vuelva a relucir. Barcelona.

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