Esto es, de hecho, una nueva carrera entre ciudades para obtener proyectos vinculados con las nuevas tecnologías. Valencia y Madrid ya disponían de este elemento y Barcelona todavía lo tiene pendiente, pero la competición debería resolverse a principios del 2026. Para el primer trimestre está prevista la aprobación de la ordenanza que debe permitir que la calle o los equipamientos públicos se conviertan en un laboratorio de innovación urbana. Se entiende rápido: hay muchas propuestas que no se pueden llevar a cabo en la vía pública -la prueba de un robot, unos sensores de control del tráfico...- porque la normativa municipal vigente no lo permite. Lo que hace esta nueva ordenanza es crear un paréntesis temporal y físico para que aquello que sobre el papel es ilegal, se pueda llevar a cabo siempre que tenga como finalidad el bien común.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, ha sido la encargada de compartir los detalles de la nueva ordenanza durante la comisión municipal que aborda los asuntos de su departamento. “No sabemos qué nos van a pedir, pero queremos estar preparados y hasta ahora no disponíamos de un procedimiento ágil y claro. De esta manera dispondremos de una ventanilla única a la que poder dirigirse para exponer las propuestas, que siempre deberán apuntar al bien común y poner por delante los derechos de la ciudadanía”, ha resumido la concejal del PSC. La ordenanza se ha aprobado de manera inicial y tras el periodo de alegaciones, se espera que tenga el plácet definitivo en un par o tres de meses.
La idea del Ayuntamiento no es abrir convocatorias anuales, como hace Madrid, sino que las propuestas puedan llegar cualquier día del año. Pueden ser proyectos vinculados a la movilidad (robots de transporte de mercancías, vehículos autónomos, drones...), materiales de construcción, temas vinculados con la iluminación o la seguridad, eventos deportivos que aporten información sobre rendimiento y salud...; todo, con el límite de no mancillar en ningún caso datos personales, y dando, por ejemplo, un acceso muy restringido a la grabación de imágenes en la calle.

