Endesa y el Ayuntamiento de Barcelona se coordinan para no levantar la misma calle dos veces
Infraestructuras
Los planes de obra de la compañía eléctrica y de la administración pública se acompasan para minimizar la afectación sobre los vecinos
Un operario recorre la canalización de servicios en la subestación de Les Corts
Es habitual que los operarios de una compañía de agua, luz o gas abran una zanja en la calle para arreglar alguna cuestión relacionada con su suministro. Y tampoco es muy raro que dos semanas después otra compañía o el Ayuntamiento levanten la misma acera para otra actuación de su negociado.
Es una situación recurrente que enfada a los comerciantes y vecinos afectados y con la que el Ayuntamiento de Barcelona quiere acabar. En el marco del plan Endreça, el gobierno municipal se está sentando con los diferentes agentes implicados para coordinarse mejor. “Ponemos en común las obras que tenemos programadas unos y otros para los próximos años; allí donde se detectan coincidencias, nos ponemos de acuerdo y se acompasan los calendarios de actuaciones para trabajar a la vez”, destaca Marcos Lalueza, responsable de Endesa en el Barcelonès.
La planificación de mejoras en la red eléctrica se acostumbra a proyectar a medio plazo, lo que facilita encontrar con tiempo esos puntos coincidentes sobre el mapa que permiten acordar actuaciones y conseguir que las obras tengan menos impacto sobre los vecinos y la movilidad. El plan actual abarca el periodo 2025-2027 y a la hora de coordinar los detalles se han implicado técnicos de Endesa y de diferentes departamentos del Ayuntamiento, así como de la empresa municipal Bimsa.
Esta manera de trabajar más sensata coincide con un nuevo plan de inversiones de Endesa en la capital catalana que incluye obras por un valor cercano a 54 millones de euros, un 32% más que el año pasado, cuando fueron alrededor de 40 millones. En total, son algo más de un centenar de actuaciones con un espíritu continuista siguiendo el plan estratégico marcado. El foco se pone en las infraestructuras de media y baja tensión para hacerla más robusta, mallada y preparada para los nuevos usos energéticos.
La compañía eléctrica centra esfuerzos en conectar las diferentes subestaciones para mejorar la fiabilidad
La conexión entre unas y otras subestaciones para mitigar caídas de suministro y repartir mejor la demanda es una estrategia que se viene desarrollando desde hace años. La última actuación en ese sentido es la renovación de un tramo de kilómetro y medio de alta tensión por debajo de la Travessera de les Corts entre las subestaciones de Collblanc y Les Corts. Esta última alimenta a más de 27.000 clientes y su reforma acaba de finalizar. Además, hay cinco instalaciones más en las que están previstas o ya se han hecho obras: Sant Andreu, Trinitat, Besòs, Eixample y Mata (en el Poble Sec).
El plan de inversiones se complementa con la construcción de nuevas infraestructuras como la nueva subestación de Cerdà, al lado de la ronda Litoral, puesta en marcha para alimentar al nuevo barrio de la Marina del Prat Vermell y el proceso de electrificación del puerto de Barcelona, que a su vez requiere otra subestación en sus terrenos para alimentar los grandes enchufes para cruceros y portacontenedores.
En ese sentido, muchas de las obras están relacionadas con un refuerzo de las instalaciones para disponer de la capacidad requerida por una población creciente y un futuro en el que los vehículos eléctricos requerirán una mayor potencia. Los tramos de cableado de baja y media tensión que llegan al final de su vida útil se van sustituyendo y la tensión en diferentes cometidas se aumenta de 11 a 25 kV. Además, se han sustituido medio centenar de transformadores en el último año que ya han acabado su vida útil por otros nuevos de última generación.
Digitalización y sensorización para adelantarse a las averías
Endesa también está potenciando la digitalización de la red, que da servicio a 951.532 clientes de Barcelona. Por un lado, a medida que se renuevan las instalaciones, los trabajadores pasan de estar en las subestaciones a gestionarse todo mediante sistemas de telemando desde el centro de control.
Por otro lado, en la parte de los usuarios, se están incorporando sensores que permiten una monitorización de toda la red y anticiparse a posibles incidencias al detectar anomalías antes de que impacten en los vecinos. “Esto agiliza la localización de las averías y permite maniobrar a distancia para restablecer el servicio por vías alternativas siempre que sea posible”, destaca Lalueza. Las alteraciones del consumo relacionadas con el fraude eléctrico también son fácilmente identificables con este sistema.