Con una inversión de casi 5 millones de euros y año y medio de obras, por fin se ha resuelto una reivindicación histórica -esta de verdad- en Barberà del Vallès. Este mediodía se ha inaugurado el puente peatonal y para ciclistas que une el municipio con el Sector Empresarial Baricentro.
La infraestructura, que sobrevuela la autopista A-7 y da continuidad a la N-150, ayudará a que cientos de personas circulen con seguridad para ir a comprar al centro comercial o a trabajar en las diferentes empresas de la zona (con 3.000 empleados).
La consellera de Territori, Sílvia Paneque, y el alcalde de Barberà del Vallès, Xavier Garcés, han reivindicado que con el puente de la Farigola -nombre de una masía cercana- “se resuelve una antigua reivindicación, de 1980, cuando se estrenó el centro comercial”.

Las autoridades cruzan el puente de la Farigola
“Ligamos un recorrido de muchos siglos, adaptando la ciudad a lo que nos reclama el futuro”, ha destacado Paneque. “El puente cambia el paisaje en forma y fondo, conectando dos partes que se miraban de lejos”, ha añadido sobre una causa “justa y digna” que, al fin y al cabo, persigue “unir a personas”.
La infraestructura, que se presenta en sociedad este sábado con una fiesta popular, tiene 3,6 metros de ancho, 480 metros de largo, hasta el límite municipal de Ripollet, y una altura de 25 metros. En 2011 comenzaron a buscarse opciones para sacar adelante el proyecto, hasta que Generalitat y el Consistorio encontraron la fórmula económica.

Trabajos de construcción del puente inaugurado hoy
El alcalde ha celebrado este gran paso “hacia una ciudad más conectada, segura y accesible”. “Generamos nuevos flujos de actividad y nuevas sinergias”, ha apuntado, señalando los tres cipreses, símbolo de hospitalidad en la cultura catalana, que dan la bienvenida al emplazamiento. Confía que el impulso del puente servirá para explorar conjuntamente la transformación de la N-150, una soñada “avenida del Vallès” que una desde el hospital Taulí hasta el ansiado hospital Ernest Lluch, en Cerdanyola.

Trabajos nocturnos en la recta final de la construcción del puente de la Farigola
Las asociaciones vecinales también se muestran satisfechas porque se ha ganado seguridad y se ha hecho una apuesta por los peatones y ciclistas. “Antes era un peligro y esto debe suponer un cambio muy importante”, ha destacado Juan Ruz, presidente de la Asociación de Vecinos de la Románica. “Hacía muchos años que lo pedíamos. Tenías que venir en coche o poniendo en riesgo tu integridad”, ha asegurado José García, portavoz de la entidad de Can Llobet.