Arranca la temporada de “bolets” con una previsión optimista: 120 kilos por hectárea

El universo del hongo

Los buscadores están de enhorabuena por el augurio, aunque con los hongos nunca se puede cantar victoria 

Tres ‘boletaires’ probaron fortuna este fin de semana en un bosque de la Ribagorza oscense

Tres ‘boletaires’ probaron fortuna este fin de semana en un bosque de la Ribagorza oscense

LA VANGUARDIA

Es una de las voces más autorizadas cuando toca hablar de setas. Y aunque no es adivino –es científico– nunca rehúye los augurios cuando arranca una temporada. Es Juan Martínez de Aragón, experto en micología e investigador del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), con sede a Solsona.

La primera pregunta, cuando ya florecen las primeras setas en los bosques y abusando de la predisposición de este ingeniero a adelantar previsiones, es obligada: ¿Cómo apunta esta temporada?

Solo hay algunos “peros”; que no caiga la lluvia esperada, que sople más viento de lo normal o suban los termómetros

Los ‘boletaires’ están de enhorabuena, pues Martínez de Aragón augura que esta campaña recién estrenada va “a ser buena o, incluso excelente” Aunque siempre hay “peros” con esto de las setas. 

¿El primero? “Todo irá bien si las predicciones meteorológicas que tenemos a día de hoy (esta semana) se cumplen. Si es así, la temporada de 2025 puede ser incluso mejor que la pasada, que ya fue muy buena”. Entonces florecieron alrededor de 120 kilos de hongos por hectárea, “cuando la producción normal en las últimas campañas–-salvando la de 2024– se ha movido entre los cincuenta y sesenta kilos”.

Setas tras las lluvias.

Las últimas olas de calor frenaron el nacimiento de los primeros ceps en cotas altas del Pirineo.

Josep Soldevila

Todo se puede torcer –de ahí ese primer “pero”– si no llega la lluvia esperada y sopla más viento de lo habitual en los bosques. Por el contrario, si los indicadores meteorológicos con los que trabaja ahora este investigador se cumplen –anuncian un otoño con las lluvias normales para esa estación– la temporada que acaba de arrancar “podría ser recordada como una de las mejores de los últimos años”, repite Martínez de Aragón.

Un segundo “pero”. Si esa optimista predicción se cumple y la fortuna acompaña a los buscadores, cuando acabe la temporada “se marcará un hito en los libros de historia de la micología. ¿Por qué? Responde el mismo ingeniero: “es muy raro encontrar dos campañas seguidas excelentes; lo más normal, aunque no tenga explicación científica, es que después de una buena la siguiente sea mala”. Ya se verá, pues, si se hace o no historia en este universo con miles de aficionados en Catalunya.

Y un tercer “pero”. Lo que más podría alterar estas optimistas predicciones, si caen las lluvias previstas para un otoño normal, es el anuncio de un incremento de la temperatura de entre dos y tres grados para esta estación. “Eso podría jugar en contra de las setas, pues a más calor más rápida es la evaporación del agua que caiga”, recalca el experto en micología.

Las dos últimas olas de calor ya frenaron a finales de julio y durante las primeras semanas de agosto el nacimiento de las primeras setas –principalmente el cep– en el Pirineo. Este año en cotas altas de esas montañas florecieron muy pronto. Pero este es un contratiempo pasajero, pues cuando los termómetros recuperan los valores normales y cae el agua necesaria, “las olas de calor pasadas no suelen pasar factura a los hongos”, añade Martínez de Aragón.

Las primeras setas. Un grupo de boletaires recogió ayer las primeras setas de la temporada, o casi, en un bosque de la Ribagorça

El “rovelló es la seta estrella. Se espera que florezca en abundancia en los próximos días tras las últimas lluvias

LV

En estos momentos los bosques del Pirineo y prepirineo son, revela este ingeniero del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), los mejores destinos para los buscadores. Las latitudes donde hay más probabilidades de éxito. La situación, augura Martínez, “puede mejorar mucho en los próximos días gracias a las recientes lluvias caídas en muchos de esos valles de montaña, con precipitaciones de más de treinta litros”.

En la Catalunya Central también se espera que la probabilidad de llenar los cestos aumente en los próximos diez días. Así que se puede dar ya por inaugurada, con setas en cualquier cota, la temporada 2025, también para los “boletaires” más inexpertos. Que sea mejor o peor solo depende de una cosa: el clima.

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