La Bisbal d'Empordà instalará ocho cámaras de videovigilancia en el centro del municipio para luchar contra los robos ocurridos en los últimos meses. El Ayuntamiento las pidió hace un año y ahora ha recibido el permiso para poder ponerlas.
El objetivo es hacer frente a los robos “constantes” que ha habido en los últimos meses y facilitar la identificación de los ladrones.
El Ayuntamiento de La Bisbal asegura que el problema es la “poca contundencia judicial” contra los multirreincidentes y destacan que los ladrones “están plenamente identificados”. Los vecinos, en cambio, reclaman más cámaras en otras partes del municipio donde ha habido robos y lamentan que sólo se coloquen en el centro de la población.
La Comisión de Control de Dispositivos de Videovigilancia de la Generalitat ha dado luz verde a la instalación de ocho cámaras en el núcleo comercial del centro de la Bisbal d'Empordà.
No son dispositivos como los que registran las matrículas de los coches que entran y salen de una localidad, sino que están destinados a “grabar caras” para luchar contra los robos.
Por eso, la instalación de estas cámaras debe estar avalada por esta comisión formada, entre otras, por magistrados del Tribual Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).
El carrer Ample del centre de la Bisbal i un dels més comercials
La instalación de estos aparatos debe estar “plenamente justificada”, ya que el objetivo es que sirvan exclusivamente para identificar a los autores de un eventual robo en un comercio o vivienda de la ciudad. En caso de producirse, las imágenes pueden aportarse como prueba de cargo contra el responsable y puede servir a los Mossos para identificarlos.
Efecto disuasorio
El Ayuntamiento de la Bisbal d'Empordà señala que las cámaras también tienen un “efecto disuasorio” para los ladrones para que se piensen dos veces si entrar a robar en un sitio determinado.
El concejal de Seguridad de la Bisbal, Xavier Dilmé, reconoce que esto puede ser una de las ventajas de instalar estos dispositivos, más que los de identificar a los responsables.
“Creemos que pueden ser un elemento importante de seguridad y disuasorio, pero hay que tener en cuenta que sabemos perfectamente quiénes son los que cometen estos robos. Están plenamente identificados y son un grupo que se dedica a cometer robos en distintos sitios”, señala Dilmé
Reincidencia
Dilmé, sin embargo, ha señalado que uno de los “problemas” es que no se pene la multirreincidencia y ha reclamado a la Fiscalía que “actúe” para que los multirreincidentes acaben en prisión preventiva por riesgo de reiteración delictiva. En este sentido, Dilmé recuerda que han tenido el caso de una persona que no entró preventivamente en prisión hasta que no tuvo 53 antecedentes policiales.
Actualmente, hay dos jóvenes que acumulan más de una veintena de detenciones y “siguen haciendo”. “Son un grupo puntual, concreto y conocido que entran en el juzgado y vuelven a salir y eso no es un mito, sino que es lo que ocurre. Como institución te queda cara de tonto y la ciudadanía es aún peor”, lamenta Dilmé.
El concejal asegura que se han reunido con la fiscal jefe de Girona para pedir mayor dureza pero lamenta que “no vemos que se haga nada y eso genera una alarma social evidente”.
No salir demasiado de casa
Montse es una vecina de la calle del Pedró de la Bisbal en la que se han producido varios robos en los últimos meses que han alertado a los vecinos.
Montse explica que, desde hace unas semanas, han decidido con su pareja no salir al mismo tiempo de casa, de tal modo “que siempre esté vigilada”. Entre las medidas de seguridad que han tomado se encuentra el haber tapiado una puerta lateral, por donde entraron los ladrones.
Además de tapiar las puertas, muchos han optado por advertir a los ladrones de que dentro de la casa hay perros o que se han instalado alarmas. De hecho, los comerciales de alarmas han sido habituales en la calle en los últimos días ofreciendo productos a sus clientes.
Los vecinos celebran que se instalen cámaras, pero lamentan que no se pongan “en todos los lugares donde hay problemas”, uno de ellos, su calle. “Estamos hartos y no entendemos por qué no se ponen más dispositivos en todos los lugares”, destaca Montse.

