Sant Joan de les Abadesses tiene más de la mitad del municipio con “deficiencias graves” en la cobertura 4G y, en una parte importante, no es de calidad. Los que están peor son los núcleos diseminados: cinco no reciben señal de ninguno de los tres operadores, y en dos de los polígonos industriales también hay carencias.
El Ayuntamiento culpa a las empresas de telefonía de no invertir para revertir la situación. “Estamos en un callejón sin salida”, explica el alcalde, Ramon Roquer, a la ACN. El municipio cuenta con una torre de telecomunicaciones disponible desde hace diez años —la Generalitat y el Ayuntamiento han invertido más de 400.000 euros—, pero ninguna de las tres operadoras ha decidido utilizarla. Mientras tanto, envían señal desde una torre más baja con “muchas limitaciones” de señal.
“Tenemos muchos vecinos en núcleos diseminados sin cobertura de un servicio tan básico como el telefónico”, denuncia el alcalde. Lo mismo ha ocurrido con la fibra. “Las operadoras han llegado al núcleo y han hecho despliegues parciales y, fuera, hay una total despreocupación por hacerla llegar a los diseminados”, detalla. El político denuncia que el servicio “no responde a las necesidades de las personas y las empresas” y que estas deficiencias “perjudican el desarrollo y el empleo”.
Pero pasan los años y la cobertura no mejora. De hecho, cree que incluso ha empeorado desde que las operadoras han empezado a retirar el cobre. “Muchos se han quedado sin teléfono porque no tienen cobertura y no pueden mantener el servicio”, afirma. El alcalde denuncia que, como ocurre en otros puntos del territorio, las operadoras no realizan mejoras porque “buscan rentabilidad en las inversiones y eso no ayuda a tener coberturas más correctas y de calidad”.
Y es que, además de no tener aún 5G, la señal que llega al núcleo urbano también es deficiente. “Si vienes desde Ripoll en coche, la cobertura desaparece totalmente y también ocurre al ir hacia Ogassa o en dirección a Camprodon, hay enormes deficiencias”, se queja el alcalde, que recuerda que “no están tan lejos de Barcelona o Girona” y que esto debería haberse resuelto hace muchos años. Recuerda que quedarse con el 4G mientras la tecnología avanza tan rápido les perjudica en el día a día. Por eso piden a la Generalitat que “presione” a las operadoras.
Solo un 23% de los puntos medidos tiene buena señal
Hace unos meses, el Ayuntamiento pidió a los vecinos que les informaran de las carencias de telefonía móvil. Y este marzo la Generalitat, a través de la Secretaría de Telecomunicaciones, ha elaborado un informe técnico del servicio de Movistar, Vodafone y Orange con mediciones realizadas sobre el terreno.
De los 13 puntos analizados, solo 3 tienen buena cobertura y señal (un 23%) —Carrer Major, Campo de Fútbol y polígono de Coromina del Bac—. Del 77% restante, destacan cinco núcleos diseminados sin ningún tipo de señal móvil (Ribamala, Caramelles, el Planàs, Cal Caire y Santigoses) y dos polígonos, Colònia Llaudet y Colònia Jordana-Cal Gat, con deficiencias importantes.
“En los últimos años ha sido catastrófico”
Oriol Guixà es el propietario de una masía en Santigosa, donde no hay ningún tipo de cobertura. Hace unos años tenían teléfono fijo. “Siempre fue un mal servicio, pero en los últimos diez años ha sido catastrófico”, detalla.
Oficialmente, Telefónica no les ha comunicado que ya no funciona, pero en la práctica la señal ha dejado de llegar. Lo atribuye a la falta de mantenimiento. “Y no nos permiten conectarnos a la línea de fibra óptica que pasa por su terreno” porque no es para particulares, sino que debe gestionarla una operadora, pero “no les interesa”. “No nos han dado respuesta ni soluciones”, se queja.
Para suplirlo, han tenido que contratar internet por satélite, pero es mucho más caro. La cuota ronda los 100 euros mensuales. Hay vecinos, sobre todo personas mayores, que viven sin teléfono. Para este vecino, es un factor más que contribuye a que el despoblamiento continúe avanzando con “la falta de servicios”. Cree que es la Generalitat quien debería exigir a las operadoras que garanticen el servicio a toda la población.
Cuando los clientes no pueden pagar 'in situ'
Convivir con la mala cobertura es también un obstáculo para empresas como Nova Belle Can, un centro dedicado al cuidado y cría de perros. Su copropietario, Pere Boada, explica que, en el mejor de los casos, solo tienen “una raya de cobertura” con Vodafone. “Tiramos del wifi de casa y los días de lluvia va muy lento y nunca tenemos 5G”, detalla. Antes de tener fibra era “muy complicado”. “Ahora podemos trabajar, lento, pero podemos”.
Esto les dificulta cobrar a los clientes. Si son de otras compañías, han tenido que cobrarles cuando llegan a casa y, los más habituales, ya hacen el pago antes de llegar a la empresa porque saben que no hay cobertura.
En el caso de las llamadas, también tienen un sistema adaptado. “Tenemos la finca dividida por la mitad en cobertura: de la mitad al río es imposible, y en la otra mitad, en dirección a la carretera, tenemos algo de señal para poder hablar”, añade.