El proyecto europeo Cimer busca romper barreras de colectivos vulnerables en zonas rurales

Ripoll acoge este viernes un taller participativo con técnicos y usuarios para buscar soluciones a la falta de recursos

Taller del proyecto proyecto Cimer.

Taller del proyecto proyecto Cimer.

ACN / Lourdes Casademont

Ripoll (Girona) ha acogido este viernes un taller participativo del proyecto europeo CIMER, que busca fomentar comunidades más inclusivas en entornos de montaña. y técnicos de diferentes puntos del Ripollès, Girona y la Cerdanya, han identificado algunas de las “barreras” de su día a día y han buscado soluciones imaginativas.

 “No somos invisibles”, explica a ACN Laura Expósito, que ha tenido que venir en taxi desde Puigcerdà por la falta de transporte público.

Durante toda la mañana, una veintena de personas -entre técnicos, usuarios y representantes de entidades- han trabajado situaciones cotidianas para conocer y detectar situaciones de vulnerabilidad. 

“Hemos identificado muchas barreras que se encuentran en su entorno vital y comunitario como la accesibilidad arquitectónica y también estereotipos sociales que no les permiten desarrollarse con naturalidad”, señala Meritxell Prat, dinamizadora de los Living Labs del proyecto Cimer.

El ámbito laboral es otra de las asignaturas pendientes, según los participantes. Laura Expósito, vecina de Puigcerdà de 22 años, es usuaria de un taller ocupacional de una fundación para personas con discapacidad. Cuando se le pregunta qué servicios deben mejorarse lo tiene claro. 

Reclama “más apoyos” para que la gente como ella pueda desarrollarse en un mundo laboral y reivindica que, con acompañamiento, pueden realizar muchos trabajos. “Hay mucha gente que necesita trabajar para comprarse un piso y hacer otras cosas”, añade. Anteriormente, ella se ofreció para trabajar en tiendas de la localidad y le cerraron la puerta por su condición, algo que la hicieron sentir “mal” tal y como ella recuerda. Sin embargo, ahora está muy contenta con el trabajo actual.

No hay pisos sociales disponibles

Entre los participantes también se encuentra Sergi Garcia, un joven de Puigcerdà. Se queja de que las personas vulnerables por salud mental como él no encuentran vivienda social disponible en su pueblo. 

“Es imposible por los precios y muchos son de segunda residencia”, afirma. Cree que las administraciones deberían valorar “la persona” a la hora de destinar los recursos públicos disponibles y ofrecer “más flexibilidad” para ajustarse a cada caso. Trabajó en tres establecimientos sin embargo, “no tuvo los recursos de acompañamiento que necesitaba” y finalmente le han reconocido una incapacidad laboral. 

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“Cobro una pensión de 1.000 euros, pero no estoy contento, necesito hacer algo laboral, quiero trabajar como la otra gente, tengo derecho a ello”, afirma. Y subraya que su ilusión es poder independizarse en la Cerdanya, de donde no quiere irse.

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