El macizo de Rocacorba, en la comarca del Gironès, es una de las zonas de Catalunya que concentra una alta densidad de jabalíes, en torno a los nueve ejemplares por cada kilómetro cuadrado. Una sobreabundancia que se traduce en daños agrícolas y accidentes de tráfico y en un posible foco de propagación de la peste porcina africana.
En el año 2024, se contabilizaron un total 39 siniestros viarios en la zona, según datos del departamento de Agricultura de la Generalitat, que ha impulsado un plan para reducir en un mínimo de dos tercios el total de ejemplares del macizo.
El Govern da permiso para cazar unos 1.800
animales este primer año, con el foco puesto en las hembras y los jabatos
Este plan, con una vigencia de cinco años, va dirigido a una docena de áreas privadas de caza de varios municipios de las comarcas de la Selva, el Pla de l’Estany, el Gironès y la Garrotxa que este año deberían cazar unos 1.800 jabalíes, poniendo el foco en hembras y jabatos para evitar que lleguen a la edad adulta.
El director general de Boscos i Gestió del Medi, Jaume Minguell, explica que el objetivo final es reducir los daños, tanto en la red vial como en los campos. En muchos casos, estos ungulados que tienen una gran capacidad reproductiva se han adueñado de los cultivos, donde encuentran su alimento.
“Cada noche hay cien ladrones que nos roban”, afirma Vicenç Armengol, responsable de fauna cinegética de Unió de Pagesos en las comarcas del Gironès y la Selva y uno de los afectados. Los ladrones a los que se refiere son los cerdos que muchas noches campan a sus anchas por los campos de cereal que tiene en Canet d’Adri y otros municipios próximos.

Campo pisoteado por los jabalíes en el entorno del macizo de Rocacorba.
Dice que de sus 85 hectáreas agrícolas, unas 50 están afectadas y que la situación se ha agravado en la última década. “Solo el año pasado perdí 14.000 euros por cosecha por los campos pisoteados por los jabalíes. Esto es inasumible”, lamenta Armengol que dice que se ha sacado el permiso de caza “forzado, para poder defender mis campos”.
Agricultura ha empezado a sobrevolar, día y noche, los cultivos del macizo con drones para evaluar los daños ocasionados por los jabalíes y detectar en que puntos hay más ejemplares para poder actuar.
Unió de Pagesos pide extrapolar la medida
El sindicato agrario Unió de Pagesos reclama a la administración que este plan de control poblacional que se ha empezado a aplicar en el macizo de Rocacorba se haga extensivo a toda Catalunya. Una opción que, de momento, no se baraja desde el departamento, al considerar que desvirtúa el objetivo del plan. Sin embargo, si el plan en Rocacorba funciona, el director de los servicios territoriales de Agricultura en Girona, Josep Guix, no descarta implantarlo en el Alt Empordà para proteger las viñas.
La Generalitat sitúa el núcleo del problema en las áreas privadas de caza de Sant Martí de Llémena y Sant Aniol de Finestres y en Canet d’Adri, zonas que concentran una mayor población y a las que la administración impone unos deberes extra: entre los meses de setiembre a marzo, coincidiendo con la época de siembra y maduración de la cosecha, los cazadores de estas zonas tendrán la obligación de realizar una salida nocturna semanal. En caso de que no puedan asumir el número de capturas ni salir cada semana, será la administración quien actuará.
El presidente territorial de Girona de la Federació Catalana de Caça, Joan Espona, considera que el plan debería haber sido “más quirúrgico” centrándose solo en la zona del núcleo. Espona defiende la labor de los cazadores.
Solo el año pasado perdí 14.000 euros por cosecha por los campos pisoteados por los jabalíes. Esto es inasumible
“Son la primera línea de defensa ante los accidentes causados por los jabalíes en la carretera y en los cultivos y para evitar la entrada de la peste porcina. El 99% hacemos los deberes”, sostiene. Por otra parte, avisa del “peligro” de posibles accidentes que puede suponer que los titulares de una explotación agraria puedan también cazar.