Empieza la cosecha de maíz en el Urgell con rendimientos heterogéneos por la araña y las olas de calor
Agricultura
Tras la sequía de 2023 se empieza a recuperar el volumen de producción aunque todavía es inferior a su capacidad productiva
Maíz recolectado en una finca de Torregrossa.
La campaña de recolección del maíz ha comenzado en la llanura de Urgell y lo ha hecho con rendimientos “heterogéneos” por dos factores que han mermado la producción final.
Uno es la presencia de la araña en muchas plantaciones y el otro las dos oleadas de calor del verano, la de finales de junio y la del 15 de agosto, que motivaron que la temperatura en algunas noches no bajara de los 25 grados y esto provocó “estrés” en las plantas. Santi Vergé, de la Cooperativa de Miralcamp, explica que la producción va entre las 10 y las 14 toneladas por hectárea en función de si ha habido afectación de estos problemas.
Tras la sequía del 2023 se vuelve a plantar maíz aunque el volumen es sólo del 40% de un año normal.
En las fincas que se han visto afectadas por la presencia de la araña la producción de maíz se ha quedado en unas 10 toneladas por hectárea.
En las que no ha habido este problema, se logra alcanzar cifras de entre 13 y 14 toneladas por hectárea. Sin embargo son volúmenes de producción relativamente más bajos que los que se pueden registrar en un año normal, cuando se llega tranquilamente a las 15, 16 o 17 toneladas por hectárea.
Una cosechadora recolectando maíz.
El bajón generalizado de las producciones finales se debe a los dos picos de calor que ha habido este verano. El primero fue a finales de junio, con temperaturas anormalmente más altas para la época y el otro en torno al 15 de agosto. Fueron muchos días seguidos de elevadas temperaturas durante el día que se alargaban por la noche, cuando en el termómetro le costaba bajar de los 25 grados. Esto provocó estrés en las plantas con un bochorno que no se marchaba y ha acabado provocando una disminución de kilos
En cuanto a los precios, la tonelada de maíz se paga actualmente a unos 210 euros. Es algo menos del precio habitual de mercado, que debería estar entre 220 y 240 euros por tonelada. Según Vergé, este bajón de entre un 10 y un 15% se debe a las importaciones de maíz de sur América.
La llanura de Urgell recupera progresivamente el volumen de plantaciones de maíz tras la caída en picado del año 2023, cuando por culpa de la sequía y la falta de reservas hubo que cerrar de forma anticipada el canal de Urgell y no pudo sembrarse. El año pasado la recuperación fue todavía poco perceptiva porque no había una certeza absoluta sobre si se podría regar o no porque el agua todavía no estaba asegurada.
Este 2025, con un buen estado de reservas al inicio de la campaña de riego, se ha vuelto a animar a los agricultores a sembrar maíz; sin embargo, el volumen de fincas donde se ha cultivado aún se sitúa entre el 30 y el 40 % del promedio de un año normal. El maíz es un cultivo que requiere mucha agua y su demanda aumenta en verano, durante los meses más calurosos, por lo que es importante asegurar el riego.