La Policía Municipal de Madrid ha retirado de un establecimiento del distrito de Usera casi 10.000 golosinas caducadas y mal etiquetadas que estaban preparadas para su venta con motivo de Halloween. En total, se intervinieron 9.830 bolsas de dulces, mientras que el propietario del local destruyó otras 500 en el momento de la inspección.
Los hechos ocurrieron durante una revisión de la Oficina de Atención al Ciudadano, en el marco de los controles preventivos por la celebración de Halloween este fin de semana. Los agentes detectaron que en el interior del local había numerosos productos mal envueltos y sin las etiquetas reglamentarias.
Tras un examen más detallado, los policías comprobaron que las golosinas estaban caducadas desde hacía aproximadamente un año. Además, las bolsas carecían de información sobre ingredientes y posibles alérgenos, un requisito obligatorio por motivos sanitarios.
Ante la falta de documentación, los agentes solicitaron al responsable del establecimiento las facturas o albaranes de los productos. El hombre declaró que no disponía de esos documentos y que únicamente recibía los pedidos directamente.
El material incautado fue retirado del local para evitar su distribución y se levantó el correspondiente acta de inspección.


