La crisis de los restaurantes obliga a redefinir el modelo de los puertos catalanes

Instalaciones públicas

Los concesionarios la achacan a las condiciones abusivas de la administración de Ports de la Generalitat

Restaurantes en desuso en el espigón de poniente del puerto de Arenys de Mar .

Restaurantes en desuso en el espigón de poniente del puerto de Arenys de Mar.

Ana Jimenez

La mayoría de los puertos catalanes que antaño se distinguían por su oferta gastronómica hoy sufren una crisis sin precedentes que ha obligado a la administración catalana, a través de la empresa Ports de la Generalitat, a estudiar fórmulas para redefinir el modelo de los puertos catalanes, hasta ahora centrado en la restauración y el ocio. Cientos de emprendedores que hace unos cinco años vieron en los puertos catalanes una gran oportunidad de negocio, ahora se han visto atrapados por la recesión en el sector de la restauración en estos emplazamientos.

Manel Nadal, Secretari de Mobilitat de la Generalitat y President de Ports, asegura que “tenemos detectado el problema” por lo que se ha iniciado un estudio para “intentar redefinir los usos en determinados espacios” de los puertos, especialmente aquellos que han quedado en desuso, como sucede en la mayoría de puertos catalanes, para abrirlos a nuevas actividades “relacionadas con la economía azul”. El Plan de Usos portuario permite instalar nuevas actividades como oficinas y tiendas.

El restaurante El Pòsit, cerrado

Una porción de la calamitosa situación de la restauración, según una mayoría de profesionales con negocio en los puertos catalanes viene causada por “las condiciones draconianas que impone Ports de la Generalitat” que, entre otras tasas obliga a abonar un porcentaje, que oscila entre el 5% y el 7% de la facturación total “tengamos o no beneficios” lamentan.

Para la Generalitat, esta situación es un riesgo que los emprendedores saben que asumen cuando optan a concursar por una concesión portuaria. Según Ester Roca, directora general de Ports de la Generalitat, en el cierre de los restaurantes concurren otras circunstancias como “la gestión económica, los objetivos que se fijaron y no han podido alcanzar, el modelo de explotación o la orientación del negocio”.

Restaurante El Pòsit en el puerto de Arenys de Mar .

Restaurante El Pòsit en el puerto de Arenys de Mar.

Fede Cedó

En este aspecto, el Port de Arenys de Mar es el paradigma de la crisis de los restaurantes portuarios. De los 17 establecimientos dedicados a la gastronomía que la Generalitat gestiona en la zona, nueve han tenido que cerrar. Los comercios que no han prosperado se concentran en el espigón de poniente, que Ports habilitó como una nueva zonalúdica, con varios restaurantes, tanto en el paseo del espigón, como los que tiene salida a la playa de la Picòrdia. “Todos han tenido que cerrar porqué no les ha funcionado el negocio” explican fuentes del sector arenyense.

Alguno de los afectados incluso ha llegado a presentar una demanda en el contencioso administrativo al considerar que “imponer un porcentaje sobre la facturación, es una doble imposición anticonstitucional” una vez que los comercios ya abonan los impuestos correspondientes.

La zona de restauración en la entrada del puerto de Arenys de Mar presenta un aspecto desolador .

La zona de restauración en la entrada del puerto de Arenys de Mar presenta un aspecto desolador.

Ports de la Generalitat defiende que “las condiciones económicas, el régimen que se aplica, es el mismo para todos los puertos de Catalunya” con los correspondientes canon de tasas de ocupación, por el que pagan un valor por metro cuadrado y el de actividad, que supone otro porcentaje sobre “el volumen de la actividad que se aplica según el volumen de los resultados”.

Este sistema, para los concesionarios que han arriesgado, “grava a los nuevos emprendedores” que a menudo se declaran confundidos por los propios responsables de Ports durante la negociación previa a la apertura. “Se aprovechan de la ilusión de montar un negocio, te convencen y luego aplican a rajatabla la letra pequeña” por lo que la mayoría acaba con procedimientos ejecutivos ante la Agència Tributaria. “Si no no pagas, te aplican un recargo del 30% inmediato”.

Me he visto obligado a cerrar por falta de rentabilidad, sólo abrir cada día me suponía 12.000 euros al mes

Propietario concesiónPort d'Arenys de Mar

En Arenys, además, apuntan a varios agravios que impiden que los negocios dispongan de las mismas condiciones que en otros puertos. Así, lamentan que en la zona sur los estacionamientos sean de pago, “lo que nos obliga a pagar el aparcamiento a nuestros clientes para dar un mejor servicio” mientras que en la zona norte, junto a la playa del Cavaió “pueden aparcar en la playa y la zona azul no está siempre operativa”. Una pequeña diferencia, distinguen, “que supone tener que pagar 10.000 euros más al año para satisfacer a los comensales”.

Caso especial es el famoso restaurante El Pòsit, que hace cinco años se remodeló para instalar un restaurante de comida italiana, también especializado en platos de pescado, pero que se ha visto abocado al cierre “por falta de rentabilidad” según el propietario, que también detalla que “sólo abrir la puerta, el coste del restaurante ascendía a 12.000 euros mensuales” incluyendo el gasto de personal y de gestión. A esto se suma “unos 30.000 euros al año de ocupación pública” además del 1% sobre la facturación “ya que tuve suerte al de negociar que no hubiera nadie interesado”. Aún así, para adecuar el establecimiento “gastamos 400.000 euros”. El concesionario, un restaurador que ha dirigido restaurantes por todo el mundo, afirma que “nunca he encontrado unas condiciones tan lamentables como las de Ports de la Generalitat”.

Uno de los restaurantes sobre el espigón de poniente del Port d'Arenys .

Uno de los restaurantes sobre el espigón de poniente del Port d'Arenys.

Fede Cedó

“En diez años Ports de la Generalitat ha recaudado 70 millones de euros” apunta otro restaurador que también deplora que “aquí nos mantengan las condiciones, pese a la situación crítica”. Recuerdan otros momentos “en los que incluso tuvimos que amenazar con denuncias” cuando Ports cobraba directamente por el suministro eléctrico, hasta que las empresas suministradoras oficiales intervinieron. “Nos cobraban el doble por la luz” afirma.

Tampoco ayuda “el estado de abandono en el que se encuentra el puerto” con falta de limpieza, deficiente alumbrado público y falta de seguridad. Otros, recuerdan que “tuvimos que pagar 1,5 millones para construir el nuevo local y aún así debemos pagar el 5% sobre la facturación”, cuando lo que para ellos sería lo más lógico es “que cobren sobre los beneficios obtenidos”.

Con tales condiciones, resumen, “es muy difícil amortizar la inversión” ya que además, contrariamente a otros puntos de España, aquí la concesión se limitan a 20 años, desgrana un empresario que ha tenido que cerrar su establecimiento. En diez años “el IPC ha subido el 19,7%, y en cambio Ports ha subido el 47%”.

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