Investigan agresiones sexuales a una sintecho con discapacidad en un albergue municipal en Mataró

Sucesos

Los hechos se remontan a febrero de 2024 y tenían lugar en torno al centro de acogida de Can Solaret

El Ayuntamiento avanza ahora que la víctima dispondrá de un alojamiento al estar en el programa de atención a los sintecho desde hace muchos meses

El albergue de Can Solaret en Mataró, gestionado por la Cruz Roja .

El albergue de Can Solaret en Mataró, gestionado por la Cruz Roja .

Jordi Pujolar / ACN

Los Mossos d'Esquadra investigan una serie de agresiones sexuales a una mujer sin techo, usuaria del albergue municipal Can Solaret de Mataró (Maresme). La víctima además tiene una discapacidad reconocida del 75%. Los hechos se remontan a febrero del 2024, pero se han denunciado un año después por el estado en el que quedó la mujer: “No lo denuncié antes porque estaba muy mal. Tengo mucho miedo”, relata en la denuncia en comisaría. 

Fuentes policiales detallan que la investigación está abierta y, por el momento, no hay detenidos. El Ayuntamiento se ha puesto a disposición de los Mossos para colaborar en la investigación y ha condenado cualquier tipo de violencia y más si “se ejerce contra una mujer en situación de vulnerabilidad”.

Viviendo en una furgoneta

La mujer ingresó en el centro de acogida municipal a finales de 2023, después de sufrir un ictus y ser dada de alta en el hospital. Cuando llegó al albergue, detalla, “no podía andar ni hablar” y, poco a poco, tuvo que volver a “aprenderlo todo de nuevo”. En las primeras semanas explica que se sentía bien en Can Solaret, pero la situación cambió llegados en febrero de 2024.

El día de la primera agresión, según recoge la denuncia, un hombre que también era usuario del centro de acogida le estaba esperando en la entrada del edificio y la convenció para retirarse a una zona boscosa. Allí, relata, le obligó a practicarle una felación. La escena se repitió pocas semanas después. En ambos casos fue antes de la hora de la cena del albergue.

Silenciar agresiones machistas es muy grave y deja en brutal indefensión hacia los más vulnerables

Fundación Montse MompartMataró

Según la declaración de la víctima, al menos dos trabajadoras del centro de acogida habrían presenciado sus agresiones desde las ventanas de la cocina. “No me ayudaron”, se lamenta. Tras estos episodios, la mujer se habría marchado del albergue: “Tengo pánico de volver, prefiero vivir en la furgoneta”.

El Ayuntamiento de Mataró conoce el caso desde hace pocos días, según admitió la teniente de alcalde de Ciudad Inclusiva, Laura Seijo. “Llevamos tiempo trabajando con ella, pero la agresión la hemos conocido a partir de la denuncia”. Seijo detalla que el centro de acogida lo gestiona Creu Roja y que la policía ya se habría desplazado a hacer pesquisas.

En este sentido, la concejala se ha puesto a disposición de los investigadores para colaborar en la investigación en todo lo posible: “Estamos en contacto permanente con el gestor del espacio para intentar averiguar qué ha pasado”. No obstante, Seijo pone en duda que “si los trabajadores vieron la agresión no activasen el protocolo inmediatamente”.

Se da la circunstancia de que pocas semanas antes de presentar la denuncia ante los Mossos, la víctima intervino en un pleno municipal para reclamar “ayuda urgente” en forma de vivienda social después de haber sufrido “maltratos”. Ahora, la concejal ha anunciado que la mujer, después de muchos meses viviendo en la calle, tiene una vivienda concedida, en el marco del sistema de atención a personas sintecho que impulsan los Servicios Sociales.

Seijo, que entonces no respondió públicamente a la interpelación, asegura que se está ayudando a la mujer en esta cuestión, como tampoco respondió el departamento municipal a la petición de La Vanguardia, el pasado 13 de febrero, también en relación de parentesco familiar de la víctima con un miembro del gobierno municipal PSC-ECPM.

Por otra parte, la asociación Montse Mompart que se dedica al acompañamiento de mujeres sin hogar, ha puesto el grito en el cielo al conocer los hechos. “Silenciar agresiones machistas es muy grave y deja en brutal indefensión hacia los más vulnerables”, afirma la entidad. El silencio, insisten, genera “dolor, revictimización y sufrimiento”.

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