Los testimonios de algunas familias cuyos hijos participaron en los campamentos de Bernero, Abaigar y Goñi han desatado una polvareda mediática y política, especialmente en las redes sociales, que amenaza con llevar los hechos, cuya gravedad parece que será juzgada en los tribunales, al terreno del debate político y la guerra cultural. De momento, el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco ha informado de que la Ertzaintza tiene registradas cuatro denuncias, todas ellas contra la libertad sexual, por hechos supuestamente sucedidos en estos campamentos de verano. Un juzgado de Vitoria-Gasteiz ha comenzado a citar a declarar a los menores.
La polémica saltó a la luz pública el pasado 5 de septiembre cuando el diario elcomún.es dio cuenta de las quejas de una madre sobre lo vivido por su hija este verano en estos campamentos, organizados por Sarrea Euskal Udaleku Elkartea en tres localidades de Álava y Navarra.
La menor, adolescente, le había transmitido que durante su estancia en este campamento de verano los monitores les obligaban a ducharse en grupos mixtos y sin ropa “porque podía haber alguna persona trans que se sintiera categorizada”. Los responsables de los menores, además, tampoco les habrían permitido ducharse con bañador o bikini, pese a las quejas de los adolescentes, e incluso los propios monitores y monitoras habrían llegado a ducharse desnudos con los menores, adolescentes.
A la luz pública
Después de esta primera denuncia pública, el diario El Correo se hizo eco de las quejas y la Ertzaintza reconoció que estaba investigando los hechos.
En realidad, no obstante, la investigación se remonta al pasado invierno. Entonces, en enero de 2024, la Policía vasca abrió las primeras diligencias al respecto, después de que las monitoras de tres menores tutelados que habían asistido a las colonias denunciasen posibles agresiones sexuales en la comisaría de Zarautz.
Las monitoras acudieron a la Ertzaintza después de que, meses antes, los menores les transmitiesen lo que habían vivido en este campamento de verano, con el agravante de que una de las menores tuteladas había padecido violencia sexual en el pasado.
La Policía vasca avanzó en la investigación, pudo identificar quiénes eran los organizadores y los monitores, y estableció un diálogo con la Diputación de Gipuzkoa. Finalmente, remitió el caso al juzgado número 3 de Vitoria-Gasteiz, donde quedó bloqueado. En este sentido, la fiscal superior del País Vasco, Carmen Adán, se ha defendido señalando que el caso no le había llegado.
La descoordinación en torno al caso, sin embargo, no ha sido únicamente judicial. A nivel institucional, la Diputación de Gipuzkoa decidió no enviar más menores tutelados a este campamento, pero no tomó más decisiones y tampoco trasladó su posición al resto de diputaciones.
La edición de 2025
Así las cosas, los campamentos se celebraron con normalidad este verano, hasta que varios jóvenes volvieron a manifestar quejas a sus familiares. En agosto, la Ertzaintza recibió una nueva denuncia por delitos contra la libertad sexual. Además, una de las familias transmitió a través de los medios de comunicación los episodios vejatorios vividos por su hija. Y es ahí cuando el caso terminó saltando a la luz pública.
El pasado viernes, 26 de septiembre, se registraron otras tres denuncias, en las comisarías de Laudio, Vitoria-Gasteiz y Deba-Urola, por delitos contra la libertad sexual.
Los menores que han presentado denuncias y otros que han participado en los campamentos de verano en los últimos años narran episodios similares. En general, denuncian que se les obligaba a ducharse en duchas mixtas y en presencia de los monitores, que en algunas ocasiones se duchaban junto a ellos y les ayudaban a asearse, a pesar de que eran ya adolescentes. Varios jóvenes también han denunciado que no les permitían utilizar bikinis o ropa interior, así como comentarios repetidos en torno a sus preferencias sexuales o que cocinaban y se paseasen desnudos.
Los campamentos organizados por esta asociación se celebran hace más de cuatro décadas, si bien las quejas se ciñen a hechos ocurridos en los últimos años.
Los monitores se defienden
“Buscamos crear espacios seguros para todas las identidades y cuerpos”
Los monitores de los campamentos de Berneo, Abaigar y Goñi hicieron público un comunicado en las redes sociales en el que denunciaron que los medios de comunicación han publicado “un relato muy alejado de la realidad” porque han “fomentado el sensacionalismo y el morbo”.
Para hacer frente a las “mentiras” publicadas han explicado que el campamento se basa en “valores transfeministas” y busca “crear espacios seguros para todas las identidades y cuerpos” lo que pasa por “romper estereotipos de género”.
Cada actividad del campamento es “una herramienta para trabajar la convivencia, la autonomía y el cuidado mutuo” y las duchas mixtas son “también una oportunidad para normalizar todos los cuerpos, romper estigmas y liberarse de la vergüenza y la sexualización” en una sociedad en la que “desnudez se asocia a sexualidad”.
En este contexto, continúan los monitores, las duchas mixtas “pueden ser espacios para desmontar esa sexualización”. En todo caso, son “conscientes” de que esta situación puede “generar incomodidad” y por ello “no obligan a nadie a desnudarse ante otras personas”. A estos menores les ofrecen “acompañamiento y alternativas personalizadas en cada caso”.
Asimismo, sostienen que con las duchas mixtas tratan de “garantizar lugares seguros para todas las niñas, niños y jóvenes sin necesidad de identificación de género previa” frente a la “lógica binaria” que “excluye a ciertos cuerpos e identidades”.
“Nos esforzamos en garantizar espacios seguros”, aseguran estos monitores, al tiempo que defienden que los menores del campamento “están constantemente cuidados” y llevados al médico si hace falta.
Recuerdan además que antes del inicio del campamento se informa de que no se puede llevar teléfono móvil ni hacer llamadas, aunque si es necesario ponerse en contacto con las familias, se hace “de inmediato” y los menores pueden también “hacerlo cuando lo necesitan”.
En el comunicado los monitores, que son voluntarios, denuncian los “ataques tránsfobos” y los “discursos difamatorios” que han sufrido estos días, aunque aseguran que las muestras de apoyo han sido “más numerosas”.
Por exhibicionismo
Abogados Cristianos denuncia ante el juzgado a los responsables del campamento
La Fundación Española de Abogados Cristianos ha denunciado a los responsables del campamento en Bernedo (Álava) -la asociación Sarrea Euskal Udaleku Elkartea- por un posible delito de exhibicionismo.
Según ha informado este martes Abogados Cristianos, han presentado una denuncia ante el juzgado de instrucción contra los organizadores del campamento, que también gestionan campamentos en Abáigar y Goñi (Navarra).
De hecho, una de las cuatro denuncias presentadas ante la Ertzaintza hace referencia a hechos supuestamente ocurridos en 2021 y 2022 en los campamentos de Abáigar y en 2023 y 2024 en Bernedo.
Abogados Cristianos considera que los responsables del campamento podrían haber incurrido al menos en un delito por ducharse con los menores, estar en el campamento semidesnudos o en topless y por hacer a los menores insinuaciones de carácter sexual.
La asociación no descarta iniciar acciones también contra la Diputación de Álava “por no haber tomado medidas pese a tener constancia de denuncias previas”.
Polonia Castellanos, la presidenta de Abogados Cristianos, ha justificado la denuncia porque “hay que endurecer la ley para proteger a los menores”. “Cada vez vemos cómo progresivamente se van normalizando ciertos comportamientos con niños y no lo podemos consentir”, ha añadido.
