La Ertzaintza acumula cuatro denuncias contra la libertad sexual relacionadas con el campamento de Bernedo

Colonias de verano

Los adolescentes censuran que les obligasen a ducharse junto a los monitores y en duchas mixtas; un juzgado ha comenzado a citarles

Una imagen del albergue de Bernedo, en Álava.

Una imagen del albergue de Bernedo, en Álava.

Adrian Ruiz de Hierro

Los testimonios de algunas familias cuyos hijos participaron en los campamentos de Bernero, Abaigar y Goñi han desatado una polvareda mediática y política, especialmente en las redes sociales, que amenaza con llevar los hechos, cuya gravedad parece que será juzgada en los tribunales, al terreno del debate político y la guerra cultural. De momento, el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco ha informado de que la Ertzaintza tiene registradas cuatro denuncias, todas ellas contra la libertad sexual, por hechos supuestamente sucedidos en estos campamentos de verano. Un juzgado de Vitoria-Gasteiz ha comenzado a citar a declarar a los menores.

La polémica saltó a la luz pública el pasado 5 de septiembre cuando el diario elcomún.es dio cuenta de las quejas de una madre sobre lo vivido por su hija este verano en estos campamentos, organizados por Sarrea Euskal Udaleku Elkartea en tres localidades de Álava y Navarra.

La menor, adolescente, le había transmitido que durante su estancia en este campamento de verano los monitores les obligaban a ducharse en grupos mixtos y sin ropa “porque podía haber alguna persona trans que se sintiera categorizada”. Los responsables de los menores, además, tampoco les habrían permitido ducharse con bañador o bikini, pese a las quejas de los adolescentes, e incluso los propios monitores y monitoras habrían llegado a ducharse desnudos con los menores, adolescentes.

A la luz pública

Después de esta primera denuncia pública, el diario El Correo se hizo eco de las quejas y la Ertzaintza reconoció que estaba investigando los hechos.

En realidad, no obstante, la investigación se remonta al pasado invierno. Entonces, en enero de 2024, la Policía vasca abrió las primeras diligencias al respecto, después de que las monitoras de tres menores tutelados que habían asistido a las colonias denunciasen posibles agresiones sexuales en la comisaría de Zarautz.

Las monitoras acudieron a la Ertzaintza después de que, meses antes, los menores les transmitiesen lo que habían vivido en este campamento de verano, con el agravante de que una de las menores tuteladas había padecido violencia sexual en el pasado.

La Policía vasca avanzó en la investigación, pudo identificar quiénes eran los organizadores y los monitores, y estableció un diálogo con la Diputación de Gipuzkoa. Finalmente, remitió el caso al juzgado número 3 de Vitoria-Gasteiz, donde quedó bloqueado. En este sentido, la fiscal superior del País Vasco, Carmen Adán, se ha defendido señalando que el caso no le había llegado.

La descoordinación en torno al caso, sin embargo, no ha sido únicamente judicial. A nivel institucional, la Diputación de Gipuzkoa decidió no enviar más menores tutelados a este campamento, pero no tomó más decisiones y tampoco trasladó su posición al resto de diputaciones.

La edición de 2025

Así las cosas, los campamentos se celebraron con normalidad este verano, hasta que varios jóvenes volvieron a manifestar quejas a sus familiares. En agosto, la Ertzaintza recibió una nueva denuncia por delitos contra la libertad sexual. Además, una de las familias transmitió a través de los medios de comunicación los episodios vejatorios vividos por su hija. Y es ahí cuando el caso terminó saltando a la luz pública.

El pasado viernes, 26 de septiembre, se registraron otras tres denuncias, en las comisarías de Laudio, Vitoria-Gasteiz y Deba-Urola, por delitos contra la libertad sexual.

Los menores que han presentado denuncias y otros que han participado en los campamentos de verano en los últimos años narran episodios similares. En general, denuncian que se les obligaba a ducharse en duchas mixtas y en presencia de los monitores, que en algunas ocasiones se duchaban junto a ellos y les ayudaban a asearse, a pesar de que eran ya adolescentes. Varios jóvenes también han denunciado que no les permitían utilizar bikinis o ropa interior, así como comentarios repetidos en torno a sus preferencias sexuales o que cocinaban y se paseasen desnudos.

Los campamentos organizados por esta asociación se celebran hace más de cuatro décadas, si bien las quejas se ciñen a hechos ocurridos en los últimos años.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...