El Institut per al Desenvolupament de les Comarques de l'Ebre (IDECE) i Centre d'Estudis de rius Mediterranis (CERM) han realizado la tercera liberación de esturiones en el río Ebro este miércoles. 44 nuevos ejemplares se han soltado el río, después de unos días de adaptación al centro acuícola del IRTA de la Rápita, a donde llegaron desde Francia.
Con éstos son ya 138 los esturiones que se han reintroducido en el Ebro, donde hacía medio siglo que la especie había desaparecido. Marx Ordeix, coordinar del proyecto y del CERM, ha destacado el “correcto” comportamiento que han tenido los peces liberados en el río desde 2023.
Ordeix también ha remarcado que las rampas de peces creadas con el Life MigratoEbre han favorecido la recuperación de otra especie migradora, la saboga.
Como se ha hecho en los últimos dos años por estas fechas, el IDECE y el CERM han vuelto a liberar en Tivenys (Baix Ebre) algunos de los esturiones criados en Francia en el marco del programa de reintroducción de esta especie en el río Ebro. Gracias al convenio con el gobierno francés, cada año llegan varias decenas de ejemplares desde el centro de reproducción en cautividad del INRAE (Instituto Nacional de Recherche en Sciences et Technologies por el Environnement et la Agriculture) de Saint Seurin-sur-l'Isle, en la zona de Nueva Aquita.
Como en 2023, este año se han llevado 44 ejemplares que ya nadan en el río desde este miércoles por la mañana. El año pasado se liberaron 50. El próximo año no se podrá hacer la cuarta liberación porque, como “es complejo hacerlos criar”, este año no se ha conseguido. La siguiente soltada se hará en el 2027, si la reproducción en Francia el próximo año “es exitosa”. La liberación se realiza en esta época del año por la adecuada temperatura del agua del río.
Adaptación correcta
Los ejemplares que se liberaron en 2023 y 2024 “se han adaptado bien” al Ebro y al entorno marítimo deltaico. “Cuando les hemos soltado, hemos visto que se iban hacia el tramo final del río, algunos se han ido al mar, alrededor del Delta, otros se han quedado en el estuario (en la confluencia). Unos están en un lugar, otros en el otro, pero es normal que se muevan entre el estuario y el mar cuando tienen esta Ordeix, coordinador del proyecto y del CERM de la Universidad de Vic. Se trata de un comportamiento “idóneo y esperado” que también se han producido en la reintroducción del esturión en el Garona o Dordoña en las que se refleja la del Ebro.
Dos décadas de espera
Ordeix ha recordado que la reintroducción del esturión “es un proceso muy lento” y habrá que esperar a cerca de dos décadas para pasar a la segunda fase, cuando estos esturiones tendrán entre 15 o 20 años y remontarán el río para reproducirse - los machos entre 13 y 15 años y las hembras entre 18. “Harán falta muchas liberaciones, muchos años, mucha paciencia e ir viendo cómo se comportan en el río”, ha apuntado el científico.
El esturión desapareció del Ebro en los años 70, pero era una especie de gran “importancia ecológica y económica”, en éste y otros grandes ríos del Mediterráneo y de Europa. Para reintroducirlo es necesario que “los motivos por los que se extinguió, no estén”. Ya no hay sobrepesca, ni una mala calidad de las aguas del río ni, en este caso, barreras físicas. El IDECE ha ayudado a sortear las grandes infraestructuras que se construyeron en el río, como el azud de Xerta y Tivenys, y que impedían a las especies migradoras de peces remontar el río y reproducirse.

