Pedro Sánchez puso ayer en Santander, en la Conferencia de Presidentes, el foco sobre la negociación de la quita de la deuda de las comunidades autónomas. Para ello, el presidente anunció que convocará un Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). Además, propuso “acordar entre todos un nuevo modelo de financiación autonómica, que concilie la multilateralidad y la bilateralidad, blinde la solidaridad entre territorios, y garantice que todas las comunidades autónomas reciban más recursos de los que reciben hoy”.
La valenciana es la segunda autonomía más endeudada del Estado coon casi 60.000 millones de euros
La posibilidad de condonar parte de la deuda es, en el caso valenciano, una prioridad histórica. Los últimos datos, referidos al segundo trimestre de 2024, sitúan la deuda de la Comunidad Valenciana en 59.569 millones de euros, cerca del 80% se ha generado a causa de la infrafinanciación latente, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, IVIE. Es, además, el 41,1 % con respecto al PIB del territorio. De ellos, 52.783 millones son deuda con el Estado. Un dato más: es la segunda autonomía más endeudada de España tras Catalunya.
Carlos Mazón inició la legislatura priorizando la exigencia de un fondo de nivelación transitorio, calculado en unos 1.700 millones de euros anuales, y soslayando la exigencia de la quita de la deuda. Con el paso del tiempo, el president valenciano, como confirmó ayer, está abierto a esta negociación para “la reestructuración o condonación” de la deuda, pero lo observa como un “parche” si no viene acompañado de un cambio de modelo de financiación autonómica. Insiste en que lo primero debe ser ese fondo de nivelación que el Gobierno no contempla, como tampoco lo pide el PSPV. Sí lo demanda Compromís y el IVIE lo ve factible para reequilibrar las finanzas valencianas hasta que haya un nuevo modelo.
Carlos Mazón inició la legislatura priorizando la exigencia de un fondo de nivelación transitorio que rechaza el PSPV
Pedro Sánchez, en el pacto alcanzado con ERC, contemplaba extender la quita de la deuda catalana al resto de las comunidades autónomas de régimen común. Hasta que no se negocie un nuevo modelo de financiación, para el que ayer el presidente pidió la colaboración de todas las comunidades, la medida más concreta puesta sobre la mesa es justamente esa, la de aliviar la deuda que en el caso valenciano supone destinar a intereses un pedazo importante de los presupuestos anuales de la Comunidad Valenciana.
A esta razón se suma el hecho de la necesidad de recurrir al Fondo de Liquidez Autonómico, FLA, que otorga el Estado para poder sostener los servicios públicos y el pago a proveedores. El FLA, al fin, no deja de ser deuda que se acumula en las cuentas valencianas. Para 2025, el coste de los intereses de la deuda valenciana se elevará hasta rozar los 1.200 millones de euros, según datos de la conselleria de Hacienda. Las patronales valencianas también se suman a la exigencia de esta quita de la deuda.
Con este escenario, Carlos Mazón está obligado a negociar la condonación de una parte de la deuda valenciana al margen de que las autonomías del PP puedan presionar al Gobierno para forzar un nuevo modelo de financiación autonómico. No parece factible que el Gobierno acepte activar ese fondo de nivelación que exige el president valenciano. Lo que parece probable es que la cuestión de la financiación autonómica vuelva a ser materia de confrontación del Gobierno con las autonomías a expensas de cómo evolucione la negociación para el caso de Catalunya.