Lahuerta y los momentos detonantes

Veles e Bens

Lahuerta y los momentos detonantes
Felip Bens
Escritor y periodista

Nos gusta creer que somos conscientes de los momentos detonantes de nuestra vida, esos que representan un punto de inflexión, esos que, aún sutiles, lo cambian todo, inclinan la balanza… pero no es cierto. Nos gusta creerlo porque nos excita que nuestra vulgar existencia se parezca, aunque sea un poco, a las películas, las series y las novelas que hemos disfrutado. Por eso también lo del Instagram y tantas otras cosas. Para sentir que nos parecemos a quienes nos deslumbran. Sin embargo, lo de ser conscientes de los momentos detonantes forma parte, sobre todo, del mundo de la ficción, del negociado de guionistas y escritores. En la vida “real” ocurre excepcionalmente y solo a brillantes memoriosos como Lahuerta.

Rafa Lahuerta

Rafa Lahuerta

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O quizá también nos sucede al resto de los mortales, pero no tenemos la capacidad de abstracción y perspectiva para asociarlos a un giro decisivo en nuestra existencia, para percibir que se trata de un “momento detonante”. O se nos pierde en algún esbozo borroso de nuestro pasado. Y si conservamos algún detalle es porque, a lo largo de los años, tras reparar en él, lo hemos convertido en una anécdota recurrente, en una especie de ancla.

Como otros grandes escritores, Lahuerta los usa en sus novelas. Lo hace como los más grandes: no los usa, abusando, para trampear el ritmo natural de la narración. El célebre autor de «La balada del bar Torino» conoce la importancia de los “momentos detonantes” y los dosifica con maestría cuando fabula, como en «Noruega», para definir el carácter de los personajes, y también cuando ajusta cuentas consigo mismo, como en «La promesa dels divendres», con la dificultad añadida de incorporarlos a una historia inequívocamente autobiográfica. En sus primeras entrevistas tras la publicación de su último libro (que cierra la trilogía), Lahuerta desliza la necesidad de analizar la propia vida para asumirse en plenitud, con aciertos y errores. Su gran privilegio, le explica a Xavi Aliaga en «El Temps», es que ha tenido mucho tiempo para elaborar heridas profundas. Es humilde, como acostumbra: además de tener tiempo (o buscarlo), hace falta ser honesto, osado y brillante para hacerlo, para escribirlo y para publicarlo.

Alguien te coge de las solapas y te exige que espabiles, cuando estás perdido, hundido. Ese es un momento detonante. Que la literatura te salve. Momento detonante. Olga. Momento detonante. Padre. Momento detonante. Y hasta aquí puedo contar, sin caer en el spoiler.

La mejor obra de Lahuerta es «La balada del bar Torino», un libro de fútbol donde el fútbol solo es el pretexto, como en todos los grandes libros de fútbol. Con la totémica «Noruega», donde un tipo recorre Valencia en Vespa, le llegó el éxito de ventas y crítica. Valencia es el pretexto, de nuevo. En «La promesa dels divendres» desarrolla los “momentos detonantes” que aportan una entidad poderosa a la novela y nos hacen entender cómo sucedió todo en «La balada» y en «Noruega», además de algún porqué. No hay pretexto. Es meollo. Es una novela colosal. Las tres lo son. Porque Lahuerta es un autor colosal, del que hay que leer hasta sus listas de la compra, aunque seguro que se las sabe de memoria.

La mejor obra de Lahuerta es «La balada del bar Torino», un libro de fútbol donde el fútbol solo es el pretexto, como en todos los grandes libros de fútbol"

Felip Bens (El Cabanyal, Valencia, 1969) es escritor y periodista. Tiene publicadas las novelas Toronto y El caso Forlati y otros libros como València, riu i platja, Dones e altri, Valencia al mar o La cocina del Cabanyal.

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