La crítica de arte en la actualidad de Marisol Salanova

Damas y tramas

La crítica de arte en la actualidad de Marisol Salanova
Historiadora del Arte

Hace unos cuantos años, una amiga de una amiga me preguntó que para qué servía la crítica de arte.

Por aquel entonces, yo acababa de empezar primero de historia del arte, y le contesté que era un ejercicio de reflexión necesario. Lo confieso, no la convencí. Me rebatió de una manera bastante curiosa: ¿Qué pasa, que entonces algo es bueno o malo según lo decida algún crítico? La pregunta iba con inquina y una tiende a hacerse pequeñita cuando se pone en duda una gran parte de su vida, pero ahora, tras una lectura atenta a la obra de Marisol Salanova La crítica de arte en la actualidad (Akal, 2024), seguramente habría sabido qué responderle.

Portada del libro de Marisol Salanova

Portada del libro de Marisol Salanova

LVE

Cualquier persona que tenga cierta predilección por las exposiciones, la reflexión y la divulgación en el ámbito nacional conoce a Marisol Salanova. No únicamente por sus recientes -y divertidos a la vez que interesantes- Tiktoks, sino por su enorme contribución al pensamiento contemporáneo en el ámbito valenciano. Galeristas, pintores, académicos y estudiantes la reconocemos tan pronto como entra en cualquier sala, y al menos en mi caso, nos alegramos; significa que hemos apostado por el mismo evento cultural que ella.

Lo cierto, es que ante la sobreproducción cultural uno tiende cada vez más a aborrecerse ante determinados discursos un tanto viciados, pero para nuestra sorpresa, los agradecimientos de La crítica de arte en la actualidad dicen así: “Al personal del Hospital Doctor Peset, por los cuidados y el cariñó que hicieron posible que terminase este libro en plena convalecencia. ¡Viva la sanidad pública!” Innegablemente, se trata de un buen augurio.

El ensayo, se estructura en tres bloques que van desde la contextualización de la crítica artística reciente, pasando por la herencia del siglo XX en la crítica del siglo XXI, hasta llegar al futuro de la crítica y el periodismo cultural. Sin embargo, lejos de sentar cátedra en cualquiera de estos aspectos, la autora parte de un marco teórico para acabar rebatiéndolo y poner en entredicho aquello que considera oportuno. Lejos de una recensión bibliográfica, aspecto que comparte una gran parte de la ensayística reciente, Salanova no titubea en señalar la buena o mala praxis llevada a cabo por determinados agentes culturales. De esta manera, -al fin- nos encontramos ante lo que es un buen ejercicio crítico, donde vislumbramos un poco de luz ante lo que a mi parecer resulta desquiciante: el manido colegueo dentro de los círculos más culturetas. No me malinterpretéis, al igual que defiende la autora, no se trata de ser cruel o mezquino en nuestras valoraciones, de hecho, comparto con ella su animadversión hacia aquellos críticos que en búsqueda de la notoriedad venderían su alma al mismísimo diablo, sin embargo, estas actitudes son reprochables y merecen ser señaladas.

Lejos de sentar cátedra en cualquiera de estos aspectos, la autora parte de un marco teórico para acabar rebatiéndolo y poner en entredicho aquello que considera oportuno"

Lo mismo ocurre con sus valoraciones hacia las políticas llevadas por determinados museos de cara a la aplicación de perspectivas feministas o decoloniales. Hay cosas que están bien hechas y otras no tanto, como por ejemplo el caso relatado por la autora de cara a la iniciativa llevada a cabo por Pablo González Tornel a la hora de situar en la segunda planta del Edificio Pérez Castiel una sala con obra exclusivamente realizada por mujeres para luego, tras un cambio de gobierno, acabar presciendiendo de esta ya que “ya había cumplido su misión”. Creo que no hace falta añadir nada más. De nuevo, y aludiendo a las reflexiones que ya se hicieron Wilde, Horckheimer o Nochlin, a las que al autora no duda en acogerse como punto de partida, este ensayo supone una revisión contemporánea de los inacabables debates que son la comidilla del público twittero y no tanto. Destaco con cierta admiración su reflexión entorno a la resignificación de conceptos aludiendo a la actuación de Nebulossa en la pasada edición de Eurovisión con su canción “Zorra” y los peligros de todo aquello que no se somete a una extenuante crítica provocando precisamente el efecto contrario: el rechazo a todo un movimiento. Salanova es consciente de los ritmos de la historia y no duda en explicar de manera minuciosa como funcionan.

En definitiva, y con una lucidez, honestidad y clarividencia a la hora de alejarse de la constante condescendencia de la gran mayoría de teorizaciones entorno al hecho artístico, Marisol Salanova consigue con este ensayo no únicamente traer a colación la gran mayoría de problemas a los que se enfrenta la crítica artística actual, donde el intrusismo laboral es incluso más preocupante que la inteligencia artifical, sino que también consigue invitar al lector a hacerse todo tipo de preguntas que no tienen porqué ser contestadas inmediatamente, he ahí el corpus de esta obra.

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