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Vivir sin gluten: subvenciones municipales, menús festivos para intolerantes y más empatía

Colectivos vulnerables

Solo dos localidades de la Comunidad Valenciana, Onda y Riba-roja del Túria, conceden ayudas para celíacos

El Gobierno rebaja el IVA del pan sin gluten y lo sitúa en el 4%

Una persona empuja una cesta de la compra en un supermercado 

Ajuntament d'Onda

En un céntrico bar de València, Helena pide una cerveza sin gluten y unas patatas fritas de bolsa también para celíacos. “Ni lo uno ni lo otro”, le viene a contestar la camarera, joven y novata con cara de pena. “No es fácil socializar, ese es el mayor problema”, explica sobre una situación habitual que se suma a otras tantas, como la revisión constante de las cartas de alérgenos en los restaurantes o la compra exhaustiva en el supermercado sabiendo que el precio se disparará mucho más que si el consumidor no presentara celiaquía. 

Aunque el precio sea más alto generalmente, la variedad ha ido aumentando en paralelo a la concienciación social de que no todos podemos comer igual. En lineales como los de Mercadona había, a cierre de 2023, un total de 1.533 productos libres de gluten. La cadena de supermercados valenciana fue pionera en la introducción del “sin gluten” en sus tiendas, tanto que cuando la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) incluye en el 2002 por primera vez una lista de productos aptos para celíacos, Mercadona ya disponía de 50 productos sin gluten en su surtido.

Mercadona, pionera en la introducción de productos sin gluten, cuenta actualmente con 1.533 referencias para celíacos

Ante una realidad cada vez más conocida, surgen iniciativas que las amparan e incluso cambios normativos que facilitan la vida a las personas afectadas. Por ejemplo, la rebaja del IVA del pan sin gluten que demandaban desde estos colectivos y que finalmente esta semana pasada la Dirección General de Tributos ha cambiado, publicando en el BOE que todos los productos de panadería pasan a tributar al tipo superreducido del 4%, eliminando la distinción que había hasta ahora entre los panes comunes y los panes especiales, que estaban gravados al 10% y que incluían los “sin gluten”. 

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La reducción del IVA del pan sin gluten era una de las demandas que ponía encima de la mesa la Asociación de Celíacos de la Comunidad Valenciana (ACECOVA), cuya portavoz Beatriz Escuriola explica que “se van dado pequeños pasitos, pero muy interesantes”. Entre ellos, las facilidades crecientes en ambientes festivos como la fiesta de las Fallas, donde hasta hace unos años era imposible imaginar una churrería sin gluten como la que se instalará en los próximos días. Escuriola explica que para ello hubo que cambiar el bando fallero, para que incluyera -como lo hace este año- que “se permite la elaboración de masa fritas aptas para celíacos a partir de los ingredientes básicos (harinas que no sean de trigo, agua y sal) o bien si éstos se preparan a partir de un producto final acabado y congelado”.

El bando que rige la organización de la fiesta fallera que da inicio mañana en València con la primera mascletà también establece que “en el caso de que en un mismo puesto se elaboren masas fritas aptas para celíacos y no celíacos, para evitar contaminaciones cruzadas, el puesto deberá estar subdividido totalmente para que exista una separación física adecuada y se utilizarán utensilios distintos para ambas elaboraciones”. 

Hay puestos de venta ambulante de churros y buñuelos sin gluten y este año se dará la primera falla sin gluten en sus menús

Este año además habrá alguna novedad para celíacos, ya que la falla Fray Luis Colomer-Rubén Darío de València se convertirá en la primera “falla sin gluten”. Desde ACECOVA explican que la comisión fallera “cuenta con solo dos personas celíacas en su censo, pero aún así han pensado que todos sus menús estarán exentos de gluten”. También hasta este domingo estará disponible la Taberna sin Gluten del Mercado Medieval de Orihuela, que lleva ya quince años dando esta posibilidad a los y las celíacas.

Onda y Riba-roja, precursoras en ayudas

Y eso a pesar del precio más elevado que abonan los consumidores celíacos: según la FACE, la diferencia en el gasto entre la compra de productos con y sin gluten se sitúa en 1.087,72 euros adicionales al año. Por esas dificultades, ACECOVA plantea que se activen medidas económicas, subvenciones o ayudas que den un respiro a los bolsillos de los celíacos. La idea la recogen, por ahora, solo dos ayuntamientos de la Comunidad Valenciana: Onda, en Castellón, y Riba-roja del Túria, en Valencia. 

En el primer municipio, el Ayuntamiento ha asignado este año un presupuesto de 20.000 euros para la concesión de ayudas a familias en cuyo núcleo existan uno o más miembros con diagnóstico médico de celiaquía, tanto para mitigar el sobrecoste derivado de la compra de productos sin gluten, así como contribuir a la financiación de tratamientos médicos y complementos específicos. En la práctica, se establece un máximo de 260 euros por mes para familias con miembros celíacos, con la posibilidad de ampliación en caso de contar con más de un miembro afectado por la enfermedad. 

Asimismo, el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha autorizado este año el pago de un total de 9.999 euros correspondiente a las subvenciones destinadas a las personas de la localidad diagnosticadas médicamente con celiaquía. El consistorio ha recibido 17 solicitudes de vecinos y vecinas de la localidad para financiar productos y alimentos de personas con celiaquía por valores que oscilan entre los 250 y los 820 euros, en función de los criterios y las necesidades de cada una de las peticiones.