El PPCV de Mazón (que ahora está atado por Vox, porque no sé si otro PP se hubiera atrevido a tanto disparate) ha realizado una consulta en la Comunitat Valenciana nada menos que interpelando y llamando a filas a los padres del alumnado de esta tierra para que eligieran si papá o mamá, o sea, si castellano o valenciano. Su gran esperanza, el vuelco civil hacia el castellano, no se ha dado y han perdido la contienda, aunque nos han vuelto a meter en sus barros. Enfangados.
El conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo de la Generalitat Valenciana, José Antonio Rovira, en la presentación de la campaña de la consulta
No sé qué pasaba con los alumnos, ellos no votaban, votaban sus progenitores, porque la primera en la frente es que estos “gobernantes” no creen que el alumno tenga absolutamente ninguna voz por sí mismo, los padres reinan sobre la opinión de su prole. O eso o que peleen dentro de casa unos con otros y que gane el mejor, le llaman “libertad” a esto, pero es que de liberales tienen muy poco, ya lo sabemos. No digo que un chico o chica de 15 o 16 años deba elegir soberanamente, pero tampoco vale darles un cero a la izquierda de facto. No es una cuestión doméstica, es el futuro de cada uno.
La otra cuestión, es que debía elegirse entre el valenciano o el castellano como lengua base, de manera que esa lengua base supondría en las zonas de predominio lingüístico valenciano que la no elegida estaría presente entre el 25% y el 27’5% o 32’5% de las clases… la diferencia entre ese 27’% y el 32’5% dependería de lo que se estudie de inglés, el otro perjudicado por estas cabezas privilegiadas de Rovira&cía, pues ya sabemos que difícilmente pasará del 15%, (qué oportunidad perdida para ponerse las pilas con el inglés). Conozco no pocos centros que funcionaban con programas que se llamaban experimentales en los cuales se impartía un 33% en castellano, inglés y valenciano, ahora que se ha votado, estos programas saltan por los aires otra vez y habrá que estar a lo votado, porque nadie dio a elegir esa opción del 33% y no se va a pasar ahora por encima de los resultados obtenidos, lo que equivale a dejar la feliz solución en el limbo.
En este desafío (en el cual, por cierto, no te podían decir, por ejemplo, si tu hijo estudiaría matemáticas en castellano o en valenciano, que no es poca broma) ha votado el 58’61% del censo total de la Comunidad Valenciana, resultando que la mayoría ha votado con 50’53% por el valenciano y el 49’47% por el castellano. Gana el valenciano con el viento en contra y sobre todo no consiguen la escabechina pretendida. Pero esto quiere decir, también, que el 41’39% no ha votado, no ha querido participar, ni elegir entre papá y mamá. Ahora hacemos números, que los números son democracia: teniendo en cuenta el 100% del censo, los que votaron valenciano representan el 29’64% del total y los que votaron castellano el 28’97% del total de los alumnos. Esto quiere decir que los que no han querido elegir entre blanco o negro, línea en valenciano o línea en castellano, son patente e importante mayoría, concretamente un 39’63% más que los de la línea en valenciano y un 42’86% más que los de la línea en castellano.
Ahora el marrón para los colegios e institutos, porque tienen que inventarse líneas donde no hay medios ni humanos, ni materiales, ni económicos"
Qué voz? Qué espacio se les da a la opción mayoritaria, a los que ni por papá ni por mamá? Qué quiere decir en este caso concreto? Es la abstención de los indiferentes? Son padres y madres a los cual no les importa nada la lengua en que se eduque a sus hijos? Qué interpreta y responde a esto la autoridad responsable (irresponsable)? Son defensores oprimidos del castellano o valencianos enmudecidos? Rovira dice que los arrastro la riada de los votantes, aunque sean un puñado de unos u otros. Pues no, los que no han votado tienen un significado, son padres y madres que son igual de responsables, conscientes y preocupados que el resto, son los que no ven necesario salirse del modelo vigente, los que quieren valenciano y castellano, los que no han podido tener opción de tanto una lengua como la otra, los que quieren inglés, castellano y valenciano, a los que no se los ha dado más alternativa que, o con los unos o con los otros, los que quieren una convivencia en pie de igualdad de las dos lenguas, los que no entendían a santo de qué romper el sistema, entrar en disputa, los que querían una opción donde las lenguas estén en las mismas proporciones, vehículos emparejados de aprendizaje.
Esa paz la han roto en su nombre los de Mazón, Rovira, Vox y demás responsables de desembocar en este destarifo, como diría si los impulsores fueran de cualquier otras siglas. Ahora el marrón para los colegios e institutos, porque tienen que inventarse líneas donde no hay medios ni humanos, ni materiales, ni económicos. A reventar la paradeta, que era de aquello que se trataba y que es lo único que hacen bien. Esa era la mala intención.